- Los apocalípticos vaticinios que el sector turístico formula sobre una temporada alta que debía ser una tabla de salvación.
- Que después de más de cuatro décadas de democracia las fosas sigan explicando historias de represión y horror.
- Los animados grupos de personas que se forman ante algunos bares teóricamente cerrados.
- Que algunos restauradores se quejen de la competencia desleal que les hacen las panaderías al vender cafés para llevar.
- Que el Govern reclame a Madrid el excedente del descuento de residente sin saber a cuánto asciende.
- Que ni la pandemia haya podido atajar el frenesí de la construcción que viven Santa Catalina y Son Espanyolet.
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