Acércate a las estrellas desde el Observatorio del Teide :: Prensa Ibérica para Volcano Teide

Acércate a las estrellas desde el Observatorio del Teide

La isla de Tenerife es una referencia mundial en la observación del cielo gracias a su posición privilegiada

Pueden sentir como se acercan a las lejas estrellas en una experiencia inolvidable

Se puede disfrutar de las grandezas del Teide en cualquier época del año. La isla, además de ser un paraíso declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco, es referencia mundial en la observación del cielo. Volcano Teide ofrece una actividad que dura casi 8 horas en el Observatorio Astronómico del Teide y en el Teleférico del Teide donde se encontrarán un montón de sorpresas.

Cada vez son más los viajeros que deciden su destino motivados por el astroturismo para observar el cielo. En la actividad mencionada, se comienza poco antes de la puesta del sol para poder introducir a los visitantes en una atmósfera de otro mundo con las luces anaranjadas y violetas que rodean al Teide. En la primera parte se visita el Observatorio del Teide, el centro científico de referencia mundial. Una forma didáctica de acercarnos a la ciencia.

En la montaña de Guajara se creó la primera estación astronómica en altura del mundo. El célebre Isaac Newton creía que los telescopios ofrecían una mejor visión a cuanta mayor altura se encuentren. Fue en Tenerife donde se demostró en 1856 esta teoría.

Gracias a las condiciones meteorológicas de las Islas Canarias, nos encontramos con 300 días año de buena observación. Las nubes que acarician la corona forestal protegen al Teide de la luz de las ciudades. La Ley del Cielo de Canarias afecta al transporte aéreo y por ello, antes de aterrizar en el aeropuerto sur de la isla, el avión realiza un rodeo para evitar que afecta a la observación científica de primer nivel que se está realizando.

Actualmente hay 60 instituciones de una veintena de países que trabajan en este enclave. A cambio se les pide el 20% del uso del telescopio. Gracias a esto, científicos de cualquier parte del mundo pueden acceder a ellos y el Instituto de Astrofísica de Canarias cuenta con tecnología puntera. Ejemplo de ello es el Telescopio Carlos Sánchez, en el que se utilizaron piezas de un tanque alemán un buque de guerra en construcción. Es un instrumento con capacidad para observar la luz infrarroja y el espectro visible al mismo tiempo. Otro de ellos es el Telescopio Gregor, que posee el nivel de detalle suficiente para observar la superficie a la isla de Tenerife en la superficie del astro rey. Es el mejor de su género ya que tiene la ventaja de contar con un panal de espejos sincronizados cuyo impresionante tamaño también se puede conocer en la actividad.

Las cúpulas redondas son las utilizadas en los telescopios del cielo nocturno. Uno de los más importantes es la Estación Óptica Terrestre, encargado de vigilar la basura espacial que rodea a la Tierra. Con velocidades que superan los 20.000 kilómetros por segundo, destruirían cualquier satélite que se encuentren en su camino. Gracias a esta observación se puede corregir ligeramente su órbita, permitiendo que el mundo pueda seguir comunicándose a la velocidad de la luz.

En la actividad organizada por Volcano Teide se puede mirar directamente al sol gracias a dos telescopios solares profesionales robotizados que permiten mirar sin riesgo sus manchas y eyecciones solares.

Uno de los momentos más interesantes de la visita llega cuando se conoce cómo funcionan los telescopios por dentro. El IAC-80 fue el primero en la historia que observó una estrella enana marrón y recibió el nombre de Teide-1. Su espejo, que pesa cientos de kilos, debe ser enfriado continuamente. Para mantenerlo a 100 grados bajo cero hay una máquina trabajando continuamente.

Al llegar la noche, las cúpulas de los edificios comienzan a abrirse y mostrar su interior para prepararse para una nueva noche de trabajo. La visita al Observatorio finaliza en el centro de visitantes donde se descubre la labor de detectives que realizan los astrofísicos. Ya no se observa el cielo con los ojos, ahora se utilizan todo tipo de instrumentos capaces de mirar en el amplio espectro de la luz. El espectro visible permite observar las nebulosas, los invernaderos de estrellas. Pero esa nube de gas impide conocer qué estrellas están cultivando las fuerzas del cosmos. En este punto es donde los infrarrojos entran en acción y permiten quitar el velo y observar las nuevas estrellas que están naciendo en su interior. Esta primera parte termina con una demostración en directo de cómo los astrofísicos podrían ver a través de una bolsa o comprobar la huella que vamos dejando a nuestro paso con nuestro calor térmico.

La segunda parte de la actividad transcurre en la estación base del Teleférico del Teide. En esta última parte se pueden divisar diferentes objetos astronómicos gracias a los telescopios profesionales robotizados. Siempre hay algo que ver en un cielo como el del Teide, sin luna las estrellas brillan más y si hay luna llena, será la protagonista de la observación.

La ciencia ha demostrado que las líneas imaginarias que unen el cielo solo están en nuestra imaginación y no tienen sentido astronómico. Las estrellas que forman cada constelación no tienen relación entre sí y solo pueden imaginarse desde nuestra posición. Pero es asombroso descubrir gracias a la explicación del guía Starlite como podemos conectar con nuestros antepasados y soñar con un escorpión o un cisne.

Canarias vuelve a demostrar ser un lugar privilegiado al poder observar a lo largo del año 83 constelaciones de las 88 que oficialmente están reconocidas por la Unión Astronómica Internacional.