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Alergia a las picaduras de insectos

Alergias: Entrevista al Dr. Enric Martí

Dra. Pilar Cots Marfil

Jefa de Servicio de Alergología del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo

Si hablamos de picaduras de insectos, ¿cuál es su incidencia y qué picaduras suelen dar más problemas de alergia?

La alergia a las picaduras de los insectos constituye un problema importante, pues causa fallecimientos en personas sanas. Son probablemente responsables de algunas muertes repentinas e inexplicadas. El alérgeno, contenido en el veneno, lo inyecta el insecto a través de la piel, burlando así una de las barreras clave de protección del organismo, y desde allí tienen acceso directo e inmediato al sistema inmunitario, por lo que las reacciones pueden ser muy rápidas.

Las picaduras suelen provenir de insectos sociales y la mayoría son himenópteros. Existen dos familias importantes: los véspidos y los ápidos. Los véspidos (avispa de chaqueta amarilla, el avispón y la avispa común) anidan en la tierra y fácilmente se remueven durante actividades agrícolas o de jardinería; también son atraídos por la comida y merodean en zonas de picnic, especialmente en verano y otoño. La segunda familia la constituyen los ápidos, que incluyen a las abejas y a los abejorros; estos suelen ser pacíficos y solo pican cuando son molestados.

Las personas pueden ser alérgicas a una o a varias especies, por lo que la identificación del insecto es capital para poder establecer un diagnóstico e indicar correctamente el tratamiento.

Otros insectos de interés en alergología son las garrapatas de las palomas. Las palomas, frecuentes en las grandes ciudades, se posan en los tejados de los áticos. Allí desprenden sus garrapatas y estas, generalmente por la noche, atacan a los inquilinos de la casa. A veces, es difícil identificarlas como causa de las reacciones alérgicas, ya que se esconden bien y pasan muchas veces desapercibidas. En contraste con los insectos que pican, los mordedores, como los mosquitos y tábanos, rara vez provocan reacciones alérgicas graves. Finalmente, también se han descrito reacciones a la mosca amarilla y a los chinches besadores.

¿Cuáles son los síntomas y manifestaciones de esta alergia?

En la mayor parte de los individuos alérgicos a estos venenos, la reacción habitual suele ser de tipo local; aparece una gran hinchazón en la zona de la picadura de más de 10 centímetros de diámetro, acompañada de intenso dolor, picor, y enrojecimiento, todo esto de forma inmediata, aunque a veces sucede a las pocas horas pudiendo durar entre 2 y 7 días (reacciones locales tardías).

En otras ocasiones tienen lugar reacciones sistémicas, cuyos síntomas se inician a los pocos minutos de producirse la picadura. Estas reacciones en muchos casos revisten poca gravedad, serían las urticarias generalizadas, que se pueden acompañar de angioedema, es decir hinchazón de cualquier área facial (párpados, labios, etc.); aunque otras veces pueden llegar a poner en riesgo la vida del paciente (las reacciones anafilácticas afectan a varios órganos y sistemas).

En el caso de reacciones graves (anafilaxia) los primeros síntomas son, por lo general, cutáneos (intenso picor, calor generalizado, eritema, urticaria con o sin edema), y se asocian en gran medida a cuadros de ansiedad, seguidos de tos, dificultad para respirar, opresión en el pecho, dolores abdominales, náuseas, vómitos, etc. Pudiendo originar un cuadro de colapso circulatorio o edema pulmonar denominado shock anafiláctico que representa una situación de extrema gravedad y mortalidad.

¿Hasta qué punto se trata de una alergia grave?

Entre el 15-25% de la población presenta sensibilización al veneno de avispas o abejas (himenópteros), en el caso de los apicultores sube hasta el 36% al estar especialmente expuestos. Las reacciones graves (generalizadas) aparecen entre el 5-15% de la población. No se disponen de datos fiables sobre la mortalidad, pero probablemente sea mayor de lo que se supone y algunos casos de muerte súbita sean debidos a esta alergia.

¿Existe un tratamiento?

Lo primero que hay que hacer es extraer el aguijón sin exprimirlo (en caso de tratarse de la picadura de una abeja) y alejarse del área donde haya ocurrido la picadura para impedir un ataque masivo, dado que cuando una avispa pica libera una feromona que incita a otros miembros de la colonia a picar.

Las reacciones locales se tratan mediante la aplicación de frío en la zona de la picadura, antihistamínicos y corticoides tópicos o sistémicos.

Las reacciones graves se tratan según el protocolo habitual de la anafilaxia Si una persona ha padecido ya alguna reacción sistémica por picaduras es conveniente que lleve siempre consigo adrenalina autoinyectable en jeringa precargada para inyección intramuscular de 0,15-0,30 ml en niños y 0,30-0,60 ml en adultos, por si ocurren nuevos ataques.

¿Se puede curar esta alergia?

La respuesta es sí. A diferencia de otras causas de alergia existe una alta posibilidad de curación gracias a las vacunas con extracto de veneno de estos insectos. Su eficacia está ampliamente demostrada. Su administración se realiza mediante inyecciones en el antebrazo una vez al mes durante unos 3 a 5 años. Con estas vacunas se consigue tolerancia frente al veneno del insecto, de manera que la persona con alergia reacciona igual que la persona que nunca ha padecido alergia. Hasta que se consigue este efecto, la persona alérgica debe continuar con las mismas precauciones.

El especialista de alergia es el que le comentará si en su caso está indicado o no vacunarse, durante cuánto tiempo y cuándo se debe interrumpir.

El efecto terapéutico de la vacuna es duradero, de modo que a los 10 años del fin de la inmunoterapia, alrededor del 90% de los pacientes siguen estando protegidos.

Las recomendaciones generales para prevenir las picaduras durante las épocas de mayor actividad (de abril a octubre) son:

  • No acercarse a colmenas, panales de abejas, ni a nidos de avispas.

  • En las piscinas procurar no pisar avispas por los alrededores de las duchas, donde acuden a beber.

  • Usar ropa de colores poco llamativos y no usar perfumes cuando se acuda al campo.

  • Abstenerse de caminar por huertos o campos con abundantes flores.

  • Durante la época de calor, si se bebe algún líquido azucarado, comprobar que no haya abejas o avispas en los bordes del recipiente.

  • Si una abeja o avispa se posa sobre alguna parte de nuestra anatomía, no intentar matarla ni espantarla; es mejor permanecer quieto o hacer solo movimientos lentos hasta que se aleje.

  • Tenga especial cuidado si va en bicicleta, moto o en coche descapotable por zonas de abundantes flores; los insectos pueden chocar contra usted y picarles.

  • En el coche: viajar con las ventanillas cerradas y llevar un spray insecticida. Si entra uno de estos insectos, debe detenerse, bajar del coche, pulverizar dentro con el spray insecticida, cerrarlo y asegurarse que el insecto ha muerto o huido, antes de reanudar el viaje.

¿Cuándo acudir al médico? ¿Cómo puede ayudarnos un alergólogo?

Debe acudir al médico si aparecen reacciones en sitios diferentes al de la picadura, es decir reacciones sistémicas que afectan a diferentes partes del cuerpo. Por ejemplo: no es normal que nos pique una avispa en un pie y se nos hinchen los labios o los párpados, o que aparezcan ronchas (urticaria) o dificultad para respirar o ganas de vomitar con mareos...

Estas reacciones pueden ser extremadamente graves, e incluso mortales y suelen aparecer de forma inmediata a los pocos minutos de la picadura.

Las reacciones sistémicas más habituales que deben alertarnos sobre una posible alergia son: urticaria (ronchas por el cuerpo), inflamación de ojos, boca o cualquier zona separada de la picadura, estornudos, picor y mucosidad nasal, lagrimeo y picor de ojos, tos, ahogo, silbidos en el pecho (asma), mareos y pérdida de conocimiento.

Cualquier persona que presente una reacción sistémica tras una picadura de abeja o avispa, debe acudir al especialista para realizar el estudio alergológico adecuado. Dicho estudio consiste en pruebas cutáneas (en la piel) y análisis de sangre. Con su resultado el alergólogo le confirmará si tiene o no una alergia a estos insectos y, lo más importante, le explicará el tratamiento más adecuado para su caso en particular.

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