¿Qué pasa cuando hacemos CombustiOFF? :: Prensa Ibérica para Philip Morris Spain
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¿Qué pasa cuando hacemos CombustiOFF?

Dejar de consumir tabaco o productos con nicotina es siempre la mejor opción para un fumador adulto. Sin embargo, no siempre es posible. Para aquellos que van a seguir fumando existen alternativas sin humo y sin combustión que la evidencia científica posiciona como una mejor opción frente al cigarrillo tradicional. Conocer sus características y las diferencias que hay entre ellas les ayudará a elegir y les permitirá tener información veraz para que, si lo desean, puedan decidir hacer CombustiOFF.

CombustiOFF vs. CombustiÓN. La diferencia está en el humo

Existen grandes diferencias entre quemar (combustiÓN) y calentar (combustiOFF) el tabaco. En ambos formatos, el tabaco contiene nicotina de forma natural. Sin embargo, el principal problema del hábito de fumar no se encuentra en la nicotina, sino en el humo que se produce al quemar el cigarrillo. Y ahí está la clave.

¿Sabes qué sucede cuando enciendes un cigarrillo tradicional? Pues que alcanza temperaturas tan altas que rondan los 900° C. Precisamente esta temperatura tan extrema esconde el principal problema del hábito de fumar: el humo.

En el proceso de quemar el tabaco, la combustión, desencadena una serie de reacciones que producen humo, y este humo, a su vez, contiene alrededor de 6.000 sustancias químicas. De todas ellas, cerca de 100 han sido identificadas por expertos de la salud pública como dañinas o potencialmente dañinas, y por tanto, la principal causa de las enfermedades relacionadas con el hábito de fumar.

Son varios los estudios científicos que subrayan el hecho de que según aumenta la temperatura, aumentan también los niveles de sustancias químicas dañinas que se liberan y que son inhaladas por el fumador.

Por el contrario, las alternativas sin humo -como los dispositivos de calentamiento de tabaco o los cigarrillos electrónicos-, generan un aerosol que contiene nicotina. Así, los dispositivos que calientan tabaco consiguen hacerlo a una temperatura lo suficientemente baja para evitar que el tabaco se queme. De esta forma, se mantiene la liberación de la nicotina1 que, aunque es una sustancia adictiva, no es la principal causa de las enfermedades relacionadas con el tabaquismo, como sí lo es el humo.

Situación actual del tabaquismo

Según datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud, OMS, a día de hoy 1.100 millones de fumadores en todo el mundo, y se espera que esta cifra no descienda significativamente en los próximos años, hasta 2025. De todas ellas, 8.822.400 viven en España tal y como indican las estimaciones extraídas de la Encuesta de Salud Pública.

En un contexto como este, el reto se sitúa en ofrecer la posibilidad de reducir el daño que provoca el hábito de fumar a aquellas personas que seguirán fumando. En este sentido, existen desarrollos tecnológicos, como los dispositivos de calentamiento de tabaco o los cigarrillos electrónicos, que, aunque con su uso se inhala nicotina y no son inocuos, están libres de combustión y de humo y, por tanto, son una mejor opción a continuar fumando cigarrillos, la forma de consumo de tabaco más nociva que existe.

Para conseguir que la población se vea menos expuesta a los daños del hábito de fumar y que, además, y de manera eventual suponga un beneficio a la salud pública, estas alternativas deben cumplir dos criterios. En primer lugar, debe quedar demostrado científicamente que su uso es significativamente menos nocivo que el consumo de cigarrillos tradicionales y, en segundo lugar, deben ser una alternativa satisfactoria para los fumadores adultos actuales, de manera que estén dispuestos a dejar atrás definitivamente el cigarrillo de toda la vida.

Ciencia y tecnología libre de humos y de combustión

Además del alquitrán, la American Cancer Society destaca que hay sustancias carcinógenas y otras tóxicas como el benceno, el monóxido de carbono, el amoniaco, el metanol, el butano, el arsénico, el amoniaco o el níquel que viajan en el humo y afectan a los fumadores.

Incluso a una temperatura de 400º C, empieza el proceso de combustión del tabaco que genera humo.

Así, el hecho de eliminar la combustión, como sucede en los productos sin humo, supone una reducción significativa de los niveles de sustancias químicas dañinas, un dato que debe evaluarse científicamente en comparación con el humo del cigarrillo tradicional, según cada producto. De ahí la importancia de que todas aquellas personas que vayan a seguir fumando cuenten con la información necesaria para puedan hacer CombustiOFF, es decir, que puedan mantener el consumo de nicotina, pero optar por una mejor alternativa que elimina el humo.

1 La nicotina es una sustancia adictiva presente de manera natural en la hoja de tabaco. Aunque no es la principal causa de las enfermedades relacionadas con el hábito de fumar, no es inocua y está contraindicada para determinados perfiles (menores, embarazadas, lactantes, diabéticos, personas con hipertensión o insuficiencias cardiacas).