De refinerías a hubs multienergéticos: el sector se transforma

De refinerías a hubs multienergéticos: el sector se transforma

Las refinerías se preparan para un futuro sostenible. El objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2050 supone un estimulante reto para esta industria y una excelente oportunidad de consolidarse como una fuente de riqueza y creación de empleo estable y de calidad.

Marta Molina


La energía se ha subido a la ola de la sostenibilidad y la está cabalgando en toda su magnitud. Propulsada por su potente brazo de innovación, la industria del refino está inmersa en un profundo cambio hacia un modelo productivo cero emisiones netas, en sintonía con los objetivos de reducción de emisiones fijados por la Comisión Europea. La patronal española lo califica como “la mayor transformación en 50 años” y permitirá al sector reducir en un 90% sus emisiones de CO2. El nuevo paradigma supondrá, además, un importante impulso económico y de creación de empleo para el país.

Combustibles alternativos, tecnología inteligente, digitalización, Big Data, inteligencia artificial, demanda ajustada con la producción... Las refinerías se están transformando para ser más sostenibles y seguir mejorando su eficiencia energética. Un importante salto en aras de la descarbonización de la economía dirigido a producir, bajo los principios de la circularidad, biocombustibles avanzados a base de residuos de biomasa y otros residuos, o combustibles sintéticos a partir de hidrógeno renovable y CO2 capturado. Con ello, la intensidad de emisiones de los carburantes se podrá reducir hasta el 80%, en datos recogidos por la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) en su Estrategia para la Evolución hacia los Ecocombustibles.

El objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2050 está suponiendo un estimulante desafío para un sector que emplea a 200.000 personas en España. Según la AOP, este nuevo paradigma impulsará la economía circular gracias a la reutilización de residuos, creando oportunidades de desarrollo en zonas rurales ligadas a la gestión de residuos agrícolas y forestales y otras materias primas, que se usarán para la producción de los nuevos biocombustibles. Además, este modelo hará posible el desarrollo de nuevos proyectos industriales ligados a la descarbonización, que impulsarán la I+D+i, la transferencia de tecnología entre industrias y la creación de nuevos empleos en el sector.

En España ya hay compañías que se están transformando para impulsar la industria energética del futuro. Repsol, que se ha comprometido a ser cero emisiones netas en 2050, ha trazado un plan para convertir sus infraestructuras en hubs multienergéticos capaces de utilizar materias primas recicladas para generar productos de baja, nula o incluso negativa huella de carbono y desarrollar nuevos modelos de negocio basados en la digitalización y la tecnología. En números: solo en eficiencia energética invertirá más de 400 millones de euros entre 2021 y 2025 para reducir 800.000 toneladas de CO2 anuales y sentar las bases para convertir sus centros industriales en instalaciones cero emisiones netas, según ha anunciado en la reciente presentación de su nuevo Plan Estratégico.

Uno de los primeros objetivos que se ha planteado la energética es alcanzar una producción de 1,3 millones de toneladas anuales de biocombustibles sostenibles en 2025 y superar los dos millones en 2030. Además de realizar modificaciones en sus instalaciones actuales, Repsol cuenta ya con varios proyectos punteros en marcha, entre los que figuran una planta de fabricación de biocombustibles avanzados a partir de residuos en Cartagena, que producirá 250.000 toneladas anuales a partir de 2023, y una planta de producción de biogás a partir de residuos urbanos en Bilbao. Además, su complejo industrial de Puertollano, en Ciudad Real, produjo este pasado verano el primer lote de biocombustible para aviación del mercado español: 7.000 toneladas de keroseno con biojet fabricado a partir de biomasa, que aportarán una reducción de emisiones equiparable a la que supondrían 40 vuelos Madrid-Barcelona.

La apuesta del sector por alcanzar las cero emisiones netas es firme. La industria está a la vanguardia de las tecnologías para reducir emisiones, como las de captura, uso y almacenamiento de CO2 (conocidas por sus siglas en inglés, CCUS), que permiten reutilizar el dióxido de carbono que emitimos para fabricar combustibles o productos de baja o nula huella de carbono. En España, Repsol utilizará el CO2 capturado en su refinería de Petronor para fabricar combustibles sintéticos cero emisiones netas en la planta que va a construir en el puerto de Bilbao. Estos combustibles, que se fabrican a partir de CO2 e hidrógeno renovable, se pueden usar en los motores actuales de combustión, y en las próximas décadas serán esenciales para reducir las emisiones en sectores difícilmente electrificables como el transporte pesado por carretera, el aéreo y el marítimo.

Estos son solo algunos ejemplos del firme compromiso del sector del refino con los objetivos de descarbonización fijados por la Unión Europea, que en los próximos años seguirá apostando por la innovación tecnológica para reducir emisiones e incorporar materias primas recicladas a los procesos industriales. Se trata de un proceso de transformación que no solo garantizará la sostenibilidad del sector, sino que servirá para impulsar el desarrollo de la economía circular y la creación de nuevas oportunidades de empleo en España.

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