Independencia y una vida digna a través del trabajo. Un derecho de todos :: Prensa Ibérica para Fundación MAPFRE
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7 octubre 2021

Independencia y una vida digna a través del trabajo.
Un derecho de todos

La localidad madrileña de San Martín de Valdeiglesias y sus alrededores sufren un alto índice de paro juvenil, una situación que arrastra de la crisis anterior del ladrillo, en 2008. En la actualidad mantiene una tasa superior al 25%, un contexto duro, que se hace más complejo si se trata de personas con discapacidad intelectual.

A 70 km de Madrid, en San Martín de Valdeiglesias, la Asociación Talismán trabaja por promover y defender los derechos y la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual, abriendo un espacio de apoyo para los jóvenes discapacitados de la comarca y sus familias. Situarse fuera del radar de una gran ciudad supone estar alejados de grandes empresas. Aquí, hay muchas empresas familiares y autónomos, por lo que resulta complicado alcanzar acuerdos para lograr los objetivos de la Asociación: dar un futuro a los jóvenes de la zona con discapacidad intelectual y conseguir su inclusión sociolaboral. Además, estar tan lejos añade mayor dificultad en los desplazamientos para trabajar.

Al terminar la etapa escolar estos jóvenes se encuentran con que no tienen más futuro. Según Maribel Brito, coordinadora de la Asociación, “algunos de ellos casi no han aprendido a leer y escribir porque la adaptación curricular tampoco es fácil”. Aunque en 2009 -cuando nace esta Asociación sin ánimo de lucro- la situación era peor, tanto antes como ahora existe un vacío. Por eso, algunos padres tuvieron la necesidad de ponerse en marcha, hacer algo para eliminar ese vacío y permitir que sus hijos pudieran seguir estudiando para completar una formación profesional, porque “todos tenemos derecho al trabajo y a una vida digna”, comenta Brito.

Existe una realidad que no siempre salta a la vista: muchos de estos jóvenes tienen grandes capacidades para trabajar, “y si no les formas se van quedando atrás. Ahí es donde notábamos que no había nada, ni en San Martín de Valdeiglesias, ni en los pueblos de alrededor donde se les pudiera dar este tipo de atención”, aclara Maribel.

Una fórmula que funciona para la empleabilidad

A pesar de la situación de desempleo de la zona, desde la Asociación se muestran muy contentos de los resultados que están obteniendo. Han conseguido firmar un contrato indefinido en una compañía de seguros, otro en una agencia local de San Martín de Valdeiglesias, otro contrato para realizar trabajos de limpieza en un cuartel de la Guardia Civil de la zona, y prácticamente todos los jóvenes de la asociación han tenido una práctica laboral o un contrato temporal.

Además de los convenios que mantiene con el Ayuntamiento de la localidad madrileña para realizar trabajos en distintas instalaciones públicas, Talismán también trabaja con otras empresas que dedican esfuerzos a desarrollar políticas de Responsabilidad Social Corporativa o que tienen una sensibilidad por los temas sociales y de integración.

La ONG se ha centrado durante muchos años en la formación de sus beneficiarios como auxiliares de jardinería, como eje de su actividad. Su vivero es poco convencional: se llama el jardín de los sentidos y está todo estructurado como un jardín botánico, con el aspecto de una estación espacial con todo el sistema planetario. Allí es donde reciben a los chicos de los colegios que visitan el centro, les ponen un traje de astronauta, un mono con un casco, y simulan que están en Marte cuando en realidad lo que hacen son plantones de huerta, pero todo de forma divertida.

A partir de ahí han añadido nuevas formaciones con programas de auxiliar administrativo, atención de eventos y de comunicación, en función de las inquietudes de sus asociados, porque no todos los jóvenes quieren ser jardineros, y también en función de las demandas de las empresas. Igualmente amplían estos programas de formación tratando de adaptarlos a sus posibilidades, porque su estructura es pequeña. A pesar de ello, o precisamente por ello, pueden dar una formación casi individualizada y son capaces de adaptarse a las nuevas circunstancias, y tras la pandemia se han enfocado en el uso de las nuevas tecnologías, intentando inculcar el gusanillo de la ciencia y de lo bonito que es aprender.

Juntos desde 2013

Desde sus primeros pasos, Talismán ha contado con el respaldo de Fundación MAPFRE. Una relación que se consolidó formalmente en 2013, bajo el marco del Programa “Juntos Somos Capaces”, en colaboración con la Fundación Konecta. Gracias a este programa “firmamos un convenio con el ayuntamiento de San Martín de Valdeiglesias, y los chicos hacen prácticas con los jardineros municipales. Así, todo eso que les enseñamos de forma teórica en el vivero, lo ponen en práctica y están en un entorno laboral normalizado, porque están con los jardineros profesionales como uno más”, destaca Brito.

Con esta colaboración con el Ayuntamiento y el Área de Acción Social de Fundación MAPFRE, dentro de su programa “Juntos Somos Capaces”, los chicos vienen realizando prácticas tuteladas de jardinería en los jardines municipales de la localidad con las cuadrillas de jardineros municipales desde 2013, aprendiendo el oficio con esta formación complementaria a la que reciben dentro del vivero.

Este convenio se renueva cada año, y cada año supone una celebración para todos. Formar parte de “Juntos Somos Capaces” les permite disfrutar de una beca, de un trabajo en un ambiente normalizado, y además remunerado. La Asociación encaja perfectamente en los objetivos que tiene Fundación MAPFRE ya que son los mismos: impulsar la integración laboral de personas con discapacidad intelectual y enfermedad mental, fomentando las relaciones entre empresas y entidades sociales. Además, para la coordinadora también es importante ver cómo Talismán puede aportar al programa otra mirada, otra forma de hacer las cosas, la cercanía de una ONG pequeña y su familiaridad.

Más allá del entorno laboral

El apoyo del programa “Juntos Somos Capaces” va más allá de la posibilidad de hacer prácticas laborales y de hacer a estos jóvenes sentirse como los demás, que trabajan como los demás y que se les reconoce su trabajo como a los demás. El programa también fomenta otro tipo de actividades, desde los mercadillos solidarios de Navidad y Primavera, hasta las jornadas de voluntariado. “Incluso durante la pandemia hemos hecho jornadas de voluntariado online en un proyecto que ideamos junto a los voluntarios de Fundación MAPFRE, donde enseñaron a los chicos a cocinar, coser un botón, pedir una cita médica o poner una lavadora”, comenta la coordinadora.

Para pequeñas ONG como la Asociación Talismán formar parte de un proyecto como “Juntos Somos Capaces” les supone contar con el apoyo de otras empresas y fundaciones. Un compañero de viaje en la importante labor de ofrecer herramientas a las personas con discapacidad intelectual para llevar una vida digna e independiente.