El hidrógeno es el elemento más abundante del universo, también en nuestro planeta, pero siempre está combinado con otros elementos. Como tal el hidrógeno no es una fuente de energía y debe ser liberado de sus compuestos, o creado, mediante el uso de otras energías.
El hidrógeno es el elemento más abundante del universo, también en nuestro planeta, pero siempre está combinado con otros elementos. Como tal el hidrógeno no es una fuente de energía y debe ser liberado de sus compuestos, o creado, mediante el uso de otras energías.
Contenido ofrecido por:
El hidrógeno verde es el originado gracias a las energías renovables bajas en emisiones. Se puede usar en el transporte, en la fabricación industrial, para calentar casas y, en realidad, para cualquier cosa. Es muy eficiente y limpio porque a diferencia de la producción del hidrógeno gris, el hidrógeno verde reduce sus emisiones de CO2 hasta en un 70%.
Para diferenciarlos hablamos de tres tipos de hidrógeno:
Todavía los combustibles fósiles suponen dos tercios del consumo energético en España. Su peso es todavía grande en sectores como el transporte, donde cubren casi el 95% del total, o en las calefacciones, donde suponen cerca del 85%. En el caso de la industria, ese porcentaje desciende a alrededor de un 60%, ya que más de un 30% del consumo en este sector proviene de la electricidad.
La electrificación sigue siendo la primera opción para lograr avanzar en la descarbonización, aprovechando su origen renovable como fuente de menor coste y sin emisiones, así como la ventaja en eficiencia de los equipos eléctricos sobre las tecnologías de combustión. Por este motivo, el hidrógeno verde, fabricado partiendo de electricidad renovable, ha reaparecido con fuerza como una vía para conseguir reducir las emisiones en aquellos sectores de difícil electrificación donde no existe una alternativa más eficiente. Las industrias consumidoras de hidrógeno procedente de combustibles fósiles, las industrias cuyos procesos requieren de altas temperaturas y obtienen su energía a partir del uso de combustibles fósiles y algunos usos de movilidad pesada, por ejemplo, se pueden beneficiar mucho de la adopción del hidrógeno verde para su funcionamiento.
Iberdrola encabeza el desarrollo del hidrógeno verde con más de 60 proyectos en ocho países (España, Reino Unido, Brasil, Estados Unidos, entre otros) para responder a las necesidades de descarbonización. Para cumplir los objetivos climáticos es imprescindible la electrificación. No obstante, por razones tecnológicas es difícil electrificar el consumo de sectores industriales como el de los fertilizantes, el del refino, la industria de alta temperatura y del transporte pesado. Para ellos, la producción de hidrógeno verde por electrólisis a partir de energía 100% renovable es clave para lograr la neutralidad climática.
Al igual que ya hizo con las renovables hace ya 20 años, la compañía ha vuelto a ser pionera en el nuevo reto tecnológico que supone la producción y suministro de hidrógeno verde. Iberdrola se pone así al frente de esta nueva revolución renovable, apoyando a la industria para reducir sus emisiones contaminantes.
Ahora, Iberdrola ha inaugurado en Puertollano (Ciudad Real) la mayor planta de hidrógeno verde de uso industrial de Europa, con un electrolizador capaz de producir 3.000 toneladas de H2 renovable al año.
Con una inversión total de 150 millones de euros, la instalación podrá evitar la emisión de hasta 48.000 toneladas de CO2 al año. Esta central pionera generará hidrógeno 100% verde con cero emisiones de CO2 gracias a la utilización de fuentes renovables. La electricidad necesaria para la producción del hidrógeno proviene de una innovadora planta solar fotovoltaica de 100 MW directamente conectada al electrolizador. Esta planta fotovoltaica es la primera instalación de la compañía en España que cuenta con paneles bifaciales y un sistema de almacenamiento por baterías de ion-litio con una capacidad de 20 MWh.
La planta solar tendrá una producción anual de unos 156.000 MWh, evitando así la emisión de más de 30.000 toneladas de CO2 al año.
Pero lo más interesante del proyecto son las ventajas que supone el hidrógeno verde como fuente de energía:
Hay varias formas de extraer el hidrógeno de sus posibles compuestos, pero la forma más habitual es la electrolisis. Este método utiliza la corriente eléctrica para separar el hidrógeno del oxígeno que hay en el agua, por lo que, si esa electricidad se obtiene de fuentes renovables, se puede producir energía sin emitir dióxido de carbono a la atmósfera. La obtención de hidrógeno verde por electrólisis a partir de fuentes renovables consiste en la descomposición de las moléculas de agua (H2O) en oxígeno (O2) e hidrógeno (H2).
Esta manera de obtener hidrógeno verde ahorra 830 millones de toneladas anuales de CO2 cuando este gas se produce mediante combustibles fósiles.
El aumento de la escala de producción, la bajada del coste de los electrolizadores y de la electricidad renovable hará que a final de la década el hidrógeno verde sea el más competitivo y su coste podría ser inferior a los dos dólares por kilo esta década y quedarse por debajo del dólar en 2050. Esto significa que el hidrógeno verde será una opción de producción limpia más barata a largo plazo, con un potencial de reducción de costes mucho mayor que el hidrógeno azul, que se espera que disminuya solo entre un 5 y un 10% de aquí a 2050.