La nueva entrada sustituirá la larga rampa que parte ahora de la calle Marina, que se desmantelará a finales de año, dejando libre una superficie que sumará 8.000 metros cuadrados para el paseo y el ocio. A través del paso, los vehículos accederán directamente al parking BSM Litoral Port, que entrará en funcionamiento a mediados de 2024, por lo que desaparecerá la circulación en superficie, dejando libre todo el espacio para los peatones.
Las obras del nuevo acceso, que se iniciaron en julio del año pasado, han costado 3,6 millones de euros.
El Ayuntamiento de Barcelona se propone abrir este espacio, transitado básicamente por los propietarios de los amarres, al público en general, fomentando la práctica de deportes náuticos y actividades relacionadas con el mar. El Port Olímpic albergará de esta forma una cincuentena de locales que ocuparán empresas relacionadas con la economía azul, es decir, toda la actividad en torno al mar (recreativa, deportiva, de servicios, divulgativa, de investigación y fomento de la conservación y la sostenibilidad), así como un auditorio.
También ha concebido esta zona para acoger actividades a lo largo del año dirigidas a la divulgación náutica y a la dinamización del tejido deportivo y empresarial del entorno. La fiesta de inauguración, con música y talleres, invitó a las familias a acercarse para imaginar cómo será el espacio el próximo verano, cuando, coincidiendo con la celebración de la Copa América de Vela, se prevé que hayan concluido buena parte de las obras y abrirán los nuevos locales.
A su vez, el Port Olímpic mejorará la conectividad con la playa Nova Icària a través del Moll de Gregal mediante nuevos accesos, en los que, según el ayuntamiento, “el uso de materiales transparentes como el vidrio y la construcción de diferentes escaleras y ascensores reforzarán el diálogo entre el mar, la ciudad y la actividad portuaria”.