Varios cientos de coches Mini se están preparando para este propósito, con lo que, tras su construcción en la planta de Oxford, recibirán las modificaciones correspondientes en Múnich y serán equipados para el proceso de pruebas.

Las pruebas con los propulsores alternativos en la carrocería Mini serán utilizadas en los próximos 12 a 18 meses para depurar la tecnología.

"Este paso permitirá a BMW Group obtener un conocimiento inicial de cómo puede conseguirse movilidad eficiente utilizando vehículos con propulsión puramente eléctrica", explicó el presidente del grupo, Norbert Reithofer.

Reithofer subrayó que la tarea de la compañía consiste en "combinar una experiencia de conducción soberbia con un propulsor eléctrico eficiente y prácticamente sin emisiones".