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Murphy Brown
Ver galería >Les confieso algo: con estos días en los que el tiempo está tan revuelto, lo último que me apetece es arreglarme, ponerme tacones y salir por ahí. La verdad, prefiero un buen sofá, una pinza en el pelo, ropa cómoda y una maratón de series de los 80, acompañada de un bol gigante de palomitas. ¡Eso es vida! Los años 80 fueron una época dorada para la televisión, y quienes crecimos en esa década solo guardamos buenos recuerdos. Slim-fitting, calentadores, vídeos de Jane Fonda, corbatas de cuero y cazadoras holgadas... ¡Qué estilazo! Las chaquetas de pana y los pantalones de pitillo también hicieron lo suyo. Y, por supuesto, no podemos olvidar esos peinados imposibles y las medias o leggins que te cegaban con su colorido. En cuanto a las series, estaban llenas de tramas que muchas veces no tenían ni pies ni cabeza, pero nos hacían reír, y algunas incluso nos hubieran hecho reflexionar si hubiéramos sido un poco más mayores. ¿Recuerdan a McGyver? Aquel genio que desactivaba bombas con un chicle y un clip. Yo, mientras tanto, sigo peleándome con los paquetes de abrefácil. Y cómo olvidar Aquellos maravillosos años o la adorable Punky Brewster que alegraba nuestros mediodías. Luego estaba V, con su villana de otro mundo, y los culebrones, como Dallas o Dinastía, donde la gente rica solo se preocupaba por si subía la bolsa o la manicura. Ahora, entre fines de semana y maratones, revivo esas series. Son como una fiesta continua, llena de risas, lecciones de vida y, sobre todo, también, mucha moda. ¿Quién no querría volver a esos días de pantalones anchos y música pegadiza? Así que, mientras seguimos avanzando como los capítulos de esas series, les agradezco, una semana más, que nos acompañen en este viaje que durante los pasados días lo ha hecho por lo más artístico de Palma.
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Les confieso algo: con estos días en los que el tiempo está tan revuelto, lo último que me apetece es arreglarme, ponerme tacones y salir por ahí. La verdad, prefiero un buen sofá, una pinza en el pelo, ropa cómoda y una maratón de series de los 80, acompañada de un bol gigante de palomitas. ¡Eso es vida! Los años 80 fueron una época dorada para la televisión, y quienes crecimos en esa década solo guardamos buenos recuerdos. Slim-fitting, calentadores, vídeos de Jane Fonda, corbatas de cuero y cazadoras holgadas... ¡Qué estilazo! Las chaquetas de pana y los pantalones de pitillo también hicieron lo suyo. Y, por supuesto, no podemos olvidar esos peinados imposibles y las medias o leggins que te cegaban con su colorido. En cuanto a las series, estaban llenas de tramas que muchas veces no tenían ni pies ni cabeza, pero nos hacían reír, y algunas incluso nos hubieran hecho reflexionar si hubiéramos sido un poco más mayores. ¿Recuerdan a McGyver? Aquel genio que desactivaba bombas con un chicle y un clip. Yo, mientras tanto, sigo peleándome con los paquetes de abrefácil. Y cómo olvidar Aquellos maravillosos años o la adorable Punky Brewster que alegraba nuestros mediodías. Luego estaba V, con su villana de otro mundo, y los culebrones, como Dallas o Dinastía, donde la gente rica solo se preocupaba por si subía la bolsa o la manicura. Ahora, entre fines de semana y maratones, revivo esas series. Son como una fiesta continua, llena de risas, lecciones de vida y, sobre todo, también, mucha moda. ¿Quién no querría volver a esos días de pantalones anchos y música pegadiza? Así que, mientras seguimos avanzando como los capítulos de esas series, les agradezco, una semana más, que nos acompañen en este viaje que durante los pasados días lo ha hecho por lo más artístico de Palma.
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Les confieso algo: con estos días en los que el tiempo está tan revuelto, lo último que me apetece es arreglarme, ponerme tacones y salir por ahí. La verdad, prefiero un buen sofá, una pinza en el pelo, ropa cómoda y una maratón de series de los 80, acompañada de un bol gigante de palomitas. ¡Eso es vida! Los años 80 fueron una época dorada para la televisión, y quienes crecimos en esa década solo guardamos buenos recuerdos. Slim-fitting, calentadores, vídeos de Jane Fonda, corbatas de cuero y cazadoras holgadas... ¡Qué estilazo! Las chaquetas de pana y los pantalones de pitillo también hicieron lo suyo. Y, por supuesto, no podemos olvidar esos peinados imposibles y las medias o leggins que te cegaban con su colorido. En cuanto a las series, estaban llenas de tramas que muchas veces no tenían ni pies ni cabeza, pero nos hacían reír, y algunas incluso nos hubieran hecho reflexionar si hubiéramos sido un poco más mayores. ¿Recuerdan a McGyver? Aquel genio que desactivaba bombas con un chicle y un clip. Yo, mientras tanto, sigo peleándome con los paquetes de abrefácil. Y cómo olvidar Aquellos maravillosos años o la adorable Punky Brewster que alegraba nuestros mediodías. Luego estaba V, con su villana de otro mundo, y los culebrones, como Dallas o Dinastía, donde la gente rica solo se preocupaba por si subía la bolsa o la manicura. Ahora, entre fines de semana y maratones, revivo esas series. Son como una fiesta continua, llena de risas, lecciones de vida y, sobre todo, también, mucha moda. ¿Quién no querría volver a esos días de pantalones anchos y música pegadiza? Así que, mientras seguimos avanzando como los capítulos de esas series, les agradezco, una semana más, que nos acompañen en este viaje que durante los pasados días lo ha hecho por lo más artístico de Palma.
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Les confieso algo: con estos días en los que el tiempo está tan revuelto, lo último que me apetece es arreglarme, ponerme tacones y salir por ahí. La verdad, prefiero un buen sofá, una pinza en el pelo, ropa cómoda y una maratón de series de los 80, acompañada de un bol gigante de palomitas. ¡Eso es vida! Los años 80 fueron una época dorada para la televisión, y quienes crecimos en esa década solo guardamos buenos recuerdos. Slim-fitting, calentadores, vídeos de Jane Fonda, corbatas de cuero y cazadoras holgadas... ¡Qué estilazo! Las chaquetas de pana y los pantalones de pitillo también hicieron lo suyo. Y, por supuesto, no podemos olvidar esos peinados imposibles y las medias o leggins que te cegaban con su colorido. En cuanto a las series, estaban llenas de tramas que muchas veces no tenían ni pies ni cabeza, pero nos hacían reír, y algunas incluso nos hubieran hecho reflexionar si hubiéramos sido un poco más mayores. ¿Recuerdan a McGyver? Aquel genio que desactivaba bombas con un chicle y un clip. Yo, mientras tanto, sigo peleándome con los paquetes de abrefácil. Y cómo olvidar Aquellos maravillosos años o la adorable Punky Brewster que alegraba nuestros mediodías. Luego estaba V, con su villana de otro mundo, y los culebrones, como Dallas o Dinastía, donde la gente rica solo se preocupaba por si subía la bolsa o la manicura. Ahora, entre fines de semana y maratones, revivo esas series. Son como una fiesta continua, llena de risas, lecciones de vida y, sobre todo, también, mucha moda. ¿Quién no querría volver a esos días de pantalones anchos y música pegadiza? Así que, mientras seguimos avanzando como los capítulos de esas series, les agradezco, una semana más, que nos acompañen en este viaje que durante los pasados días lo ha hecho por lo más artístico de Palma.
Murphy Brown
Les confieso algo: con estos días en los que el tiempo está tan revuelto, lo último que me apetece es arreglarme, ponerme tacones y salir por ahí. La verdad, prefiero un buen sofá, una pinza en el pelo, ropa cómoda y una maratón de series de los 80, acompañada de un bol gigante de palomitas. ¡Eso es vida! Los años 80 fueron una época dorada para la televisión, y quienes crecimos en esa década solo guardamos buenos recuerdos. Slim-fitting, calentadores, vídeos de Jane Fonda, corbatas de cuero y cazadoras holgadas... ¡Qué estilazo! Las chaquetas de pana y los pantalones de pitillo también hicieron lo suyo. Y, por supuesto, no podemos olvidar esos peinados imposibles y las medias o leggins que te cegaban con su colorido. En cuanto a las series, estaban llenas de tramas que muchas veces no tenían ni pies ni cabeza, pero nos hacían reír, y algunas incluso nos hubieran hecho reflexionar si hubiéramos sido un poco más mayores. ¿Recuerdan a McGyver? Aquel genio que desactivaba bombas con un chicle y un clip. Yo, mientras tanto, sigo peleándome con los paquetes de abrefácil. Y cómo olvidar Aquellos maravillosos años o la adorable Punky Brewster que alegraba nuestros mediodías. Luego estaba V, con su villana de otro mundo, y los culebrones, como Dallas o Dinastía, donde la gente rica solo se preocupaba por si subía la bolsa o la manicura. Ahora, entre fines de semana y maratones, revivo esas series. Son como una fiesta continua, llena de risas, lecciones de vida y, sobre todo, también, mucha moda. ¿Quién no querría volver a esos días de pantalones anchos y música pegadiza? Así que, mientras seguimos avanzando como los capítulos de esas series, les agradezco, una semana más, que nos acompañen en este viaje que durante los pasados días lo ha hecho por lo más artístico de Palma.
Murphy Brown
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Murphy Brown
Les confieso algo: con estos días en los que el tiempo está tan revuelto, lo último que me apetece es arreglarme, ponerme tacones y salir por ahí. La verdad, prefiero un buen sofá, una pinza en el pelo, ropa cómoda y una maratón de series de los 80, acompañada de un bol gigante de palomitas. ¡Eso es vida! Los años 80 fueron una época dorada para la televisión, y quienes crecimos en esa década solo guardamos buenos recuerdos. Slim-fitting, calentadores, vídeos de Jane Fonda, corbatas de cuero y cazadoras holgadas... ¡Qué estilazo! Las chaquetas de pana y los pantalones de pitillo también hicieron lo suyo. Y, por supuesto, no podemos olvidar esos peinados imposibles y las medias o leggins que te cegaban con su colorido. En cuanto a las series, estaban llenas de tramas que muchas veces no tenían ni pies ni cabeza, pero nos hacían reír, y algunas incluso nos hubieran hecho reflexionar si hubiéramos sido un poco más mayores. ¿Recuerdan a McGyver? Aquel genio que desactivaba bombas con un chicle y un clip. Yo, mientras tanto, sigo peleándome con los paquetes de abrefácil. Y cómo olvidar Aquellos maravillosos años o la adorable Punky Brewster que alegraba nuestros mediodías. Luego estaba V, con su villana de otro mundo, y los culebrones, como Dallas o Dinastía, donde la gente rica solo se preocupaba por si subía la bolsa o la manicura. Ahora, entre fines de semana y maratones, revivo esas series. Son como una fiesta continua, llena de risas, lecciones de vida y, sobre todo, también, mucha moda. ¿Quién no querría volver a esos días de pantalones anchos y música pegadiza? Así que, mientras seguimos avanzando como los capítulos de esas series, les agradezco, una semana más, que nos acompañen en este viaje que durante los pasados días lo ha hecho por lo más artístico de Palma.
Murphy Brown
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Murphy Brown
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Murphy Brown
Les confieso algo: con estos días en los que el tiempo está tan revuelto, lo último que me apetece es arreglarme, ponerme tacones y salir por ahí. La verdad, prefiero un buen sofá, una pinza en el pelo, ropa cómoda y una maratón de series de los 80, acompañada de un bol gigante de palomitas. ¡Eso es vida! Los años 80 fueron una época dorada para la televisión, y quienes crecimos en esa década solo guardamos buenos recuerdos. Slim-fitting, calentadores, vídeos de Jane Fonda, corbatas de cuero y cazadoras holgadas... ¡Qué estilazo! Las chaquetas de pana y los pantalones de pitillo también hicieron lo suyo. Y, por supuesto, no podemos olvidar esos peinados imposibles y las medias o leggins que te cegaban con su colorido. En cuanto a las series, estaban llenas de tramas que muchas veces no tenían ni pies ni cabeza, pero nos hacían reír, y algunas incluso nos hubieran hecho reflexionar si hubiéramos sido un poco más mayores. ¿Recuerdan a McGyver? Aquel genio que desactivaba bombas con un chicle y un clip. Yo, mientras tanto, sigo peleándome con los paquetes de abrefácil. Y cómo olvidar Aquellos maravillosos años o la adorable Punky Brewster que alegraba nuestros mediodías. Luego estaba V, con su villana de otro mundo, y los culebrones, como Dallas o Dinastía, donde la gente rica solo se preocupaba por si subía la bolsa o la manicura. Ahora, entre fines de semana y maratones, revivo esas series. Son como una fiesta continua, llena de risas, lecciones de vida y, sobre todo, también, mucha moda. ¿Quién no querría volver a esos días de pantalones anchos y música pegadiza? Así que, mientras seguimos avanzando como los capítulos de esas series, les agradezco, una semana más, que nos acompañen en este viaje que durante los pasados días lo ha hecho por lo más artístico de Palma.
Murphy Brown
Les confieso algo: con estos días en los que el tiempo está tan revuelto, lo último que me apetece es arreglarme, ponerme tacones y salir por ahí. La verdad, prefiero un buen sofá, una pinza en el pelo, ropa cómoda y una maratón de series de los 80, acompañada de un bol gigante de palomitas. ¡Eso es vida! Los años 80 fueron una época dorada para la televisión, y quienes crecimos en esa década solo guardamos buenos recuerdos. Slim-fitting, calentadores, vídeos de Jane Fonda, corbatas de cuero y cazadoras holgadas... ¡Qué estilazo! Las chaquetas de pana y los pantalones de pitillo también hicieron lo suyo. Y, por supuesto, no podemos olvidar esos peinados imposibles y las medias o leggins que te cegaban con su colorido. En cuanto a las series, estaban llenas de tramas que muchas veces no tenían ni pies ni cabeza, pero nos hacían reír, y algunas incluso nos hubieran hecho reflexionar si hubiéramos sido un poco más mayores. ¿Recuerdan a McGyver? Aquel genio que desactivaba bombas con un chicle y un clip. Yo, mientras tanto, sigo peleándome con los paquetes de abrefácil. Y cómo olvidar Aquellos maravillosos años o la adorable Punky Brewster que alegraba nuestros mediodías. Luego estaba V, con su villana de otro mundo, y los culebrones, como Dallas o Dinastía, donde la gente rica solo se preocupaba por si subía la bolsa o la manicura. Ahora, entre fines de semana y maratones, revivo esas series. Son como una fiesta continua, llena de risas, lecciones de vida y, sobre todo, también, mucha moda. ¿Quién no querría volver a esos días de pantalones anchos y música pegadiza? Así que, mientras seguimos avanzando como los capítulos de esas series, les agradezco, una semana más, que nos acompañen en este viaje que durante los pasados días lo ha hecho por lo más artístico de Palma.
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