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La sabiduría popular, acumulada a lo largo de siglos de experiencia, ensayo y error no se equivoca, y nos recuerda hoy más que nunca un conocido refrán: «Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo». La lluvia tan esperada en meses pasados se ha concentrado en unas semanas, cohgiéndonos a todos por sorpresa. Aunque hayamos comenzado el mes de junio, el paraguas y el chubasquero siguen siendo elementos indispensables en el equipaje diario. La tía Murphy ha sacado del armario sus mejores galas para no acabar con una bolsa del Pryca en la cabeza; dispuesta a todo menos a perder el glamour. Imagino que al igual que servidora, muchos de ustedes aun están con la resaca de las elecciones autonómicas y municipales. Cuando parecía que podíamos irnos de vacaciones tranquilos, ¡zas! El presidente del Gobierno de España nos anuncia que posterguemos nuestros planes. Una vez más nos vemos envueltos en la vorágine electoral, y no queda otra que esperar hasta que se elijan los miembros de las mesas electorales porque legalmente no podemos negarnos a ser parte de ellas, salvo circunstancias excepcionales. Y no, las vacaciones del pueblo o una uña rota no son consideradas causas suficientes, lo digo para aquellos avispados que estén leyendo estas líneas. En fin, sigo aquí en la lucha por contarles todo lo que sucede y acontece en nuestra ciudad, mientras intento sobrevivir en el intento. Sin más dilación ¡comencemos!
Murphy Brown
La sabiduría popular, acumulada a lo largo de siglos de experiencia, ensayo y error no se equivoca, y nos recuerda hoy más que nunca un conocido refrán: «Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo». La lluvia tan esperada en meses pasados se ha concentrado en unas semanas, cohgiéndonos a todos por sorpresa. Aunque hayamos comenzado el mes de junio, el paraguas y el chubasquero siguen siendo elementos indispensables en el equipaje diario. La tía Murphy ha sacado del armario sus mejores galas para no acabar con una bolsa del Pryca en la cabeza; dispuesta a todo menos a perder el glamour. Imagino que al igual que servidora, muchos de ustedes aun están con la resaca de las elecciones autonómicas y municipales. Cuando parecía que podíamos irnos de vacaciones tranquilos, ¡zas! El presidente del Gobierno de España nos anuncia que posterguemos nuestros planes. Una vez más nos vemos envueltos en la vorágine electoral, y no queda otra que esperar hasta que se elijan los miembros de las mesas electorales porque legalmente no podemos negarnos a ser parte de ellas, salvo circunstancias excepcionales. Y no, las vacaciones del pueblo o una uña rota no son consideradas causas suficientes, lo digo para aquellos avispados que estén leyendo estas líneas. En fin, sigo aquí en la lucha por contarles todo lo que sucede y acontece en nuestra ciudad, mientras intento sobrevivir en el intento. Sin más dilación ¡comencemos!
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La sabiduría popular, acumulada a lo largo de siglos de experiencia, ensayo y error no se equivoca, y nos recuerda hoy más que nunca un conocido refrán: «Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo». La lluvia tan esperada en meses pasados se ha concentrado en unas semanas, cohgiéndonos a todos por sorpresa. Aunque hayamos comenzado el mes de junio, el paraguas y el chubasquero siguen siendo elementos indispensables en el equipaje diario. La tía Murphy ha sacado del armario sus mejores galas para no acabar con una bolsa del Pryca en la cabeza; dispuesta a todo menos a perder el glamour. Imagino que al igual que servidora, muchos de ustedes aun están con la resaca de las elecciones autonómicas y municipales. Cuando parecía que podíamos irnos de vacaciones tranquilos, ¡zas! El presidente del Gobierno de España nos anuncia que posterguemos nuestros planes. Una vez más nos vemos envueltos en la vorágine electoral, y no queda otra que esperar hasta que se elijan los miembros de las mesas electorales porque legalmente no podemos negarnos a ser parte de ellas, salvo circunstancias excepcionales. Y no, las vacaciones del pueblo o una uña rota no son consideradas causas suficientes, lo digo para aquellos avispados que estén leyendo estas líneas. En fin, sigo aquí en la lucha por contarles todo lo que sucede y acontece en nuestra ciudad, mientras intento sobrevivir en el intento. Sin más dilación ¡comencemos!
Murphy Brown
La sabiduría popular, acumulada a lo largo de siglos de experiencia, ensayo y error no se equivoca, y nos recuerda hoy más que nunca un conocido refrán: «Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo». La lluvia tan esperada en meses pasados se ha concentrado en unas semanas, cohgiéndonos a todos por sorpresa. Aunque hayamos comenzado el mes de junio, el paraguas y el chubasquero siguen siendo elementos indispensables en el equipaje diario. La tía Murphy ha sacado del armario sus mejores galas para no acabar con una bolsa del Pryca en la cabeza; dispuesta a todo menos a perder el glamour. Imagino que al igual que servidora, muchos de ustedes aun están con la resaca de las elecciones autonómicas y municipales. Cuando parecía que podíamos irnos de vacaciones tranquilos, ¡zas! El presidente del Gobierno de España nos anuncia que posterguemos nuestros planes. Una vez más nos vemos envueltos en la vorágine electoral, y no queda otra que esperar hasta que se elijan los miembros de las mesas electorales porque legalmente no podemos negarnos a ser parte de ellas, salvo circunstancias excepcionales. Y no, las vacaciones del pueblo o una uña rota no son consideradas causas suficientes, lo digo para aquellos avispados que estén leyendo estas líneas. En fin, sigo aquí en la lucha por contarles todo lo que sucede y acontece en nuestra ciudad, mientras intento sobrevivir en el intento. Sin más dilación ¡comencemos!
Murphy Brown
La sabiduría popular, acumulada a lo largo de siglos de experiencia, ensayo y error no se equivoca, y nos recuerda hoy más que nunca un conocido refrán: «Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo». La lluvia tan esperada en meses pasados se ha concentrado en unas semanas, cohgiéndonos a todos por sorpresa. Aunque hayamos comenzado el mes de junio, el paraguas y el chubasquero siguen siendo elementos indispensables en el equipaje diario. La tía Murphy ha sacado del armario sus mejores galas para no acabar con una bolsa del Pryca en la cabeza; dispuesta a todo menos a perder el glamour. Imagino que al igual que servidora, muchos de ustedes aun están con la resaca de las elecciones autonómicas y municipales. Cuando parecía que podíamos irnos de vacaciones tranquilos, ¡zas! El presidente del Gobierno de España nos anuncia que posterguemos nuestros planes. Una vez más nos vemos envueltos en la vorágine electoral, y no queda otra que esperar hasta que se elijan los miembros de las mesas electorales porque legalmente no podemos negarnos a ser parte de ellas, salvo circunstancias excepcionales. Y no, las vacaciones del pueblo o una uña rota no son consideradas causas suficientes, lo digo para aquellos avispados que estén leyendo estas líneas. En fin, sigo aquí en la lucha por contarles todo lo que sucede y acontece en nuestra ciudad, mientras intento sobrevivir en el intento. Sin más dilación ¡comencemos!
Murphy Brown
La sabiduría popular, acumulada a lo largo de siglos de experiencia, ensayo y error no se equivoca, y nos recuerda hoy más que nunca un conocido refrán: «Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo». La lluvia tan esperada en meses pasados se ha concentrado en unas semanas, cohgiéndonos a todos por sorpresa. Aunque hayamos comenzado el mes de junio, el paraguas y el chubasquero siguen siendo elementos indispensables en el equipaje diario. La tía Murphy ha sacado del armario sus mejores galas para no acabar con una bolsa del Pryca en la cabeza; dispuesta a todo menos a perder el glamour. Imagino que al igual que servidora, muchos de ustedes aun están con la resaca de las elecciones autonómicas y municipales. Cuando parecía que podíamos irnos de vacaciones tranquilos, ¡zas! El presidente del Gobierno de España nos anuncia que posterguemos nuestros planes. Una vez más nos vemos envueltos en la vorágine electoral, y no queda otra que esperar hasta que se elijan los miembros de las mesas electorales porque legalmente no podemos negarnos a ser parte de ellas, salvo circunstancias excepcionales. Y no, las vacaciones del pueblo o una uña rota no son consideradas causas suficientes, lo digo para aquellos avispados que estén leyendo estas líneas. En fin, sigo aquí en la lucha por contarles todo lo que sucede y acontece en nuestra ciudad, mientras intento sobrevivir en el intento. Sin más dilación ¡comencemos!
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La sabiduría popular, acumulada a lo largo de siglos de experiencia, ensayo y error no se equivoca, y nos recuerda hoy más que nunca un conocido refrán: «Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo». La lluvia tan esperada en meses pasados se ha concentrado en unas semanas, cohgiéndonos a todos por sorpresa. Aunque hayamos comenzado el mes de junio, el paraguas y el chubasquero siguen siendo elementos indispensables en el equipaje diario. La tía Murphy ha sacado del armario sus mejores galas para no acabar con una bolsa del Pryca en la cabeza; dispuesta a todo menos a perder el glamour. Imagino que al igual que servidora, muchos de ustedes aun están con la resaca de las elecciones autonómicas y municipales. Cuando parecía que podíamos irnos de vacaciones tranquilos, ¡zas! El presidente del Gobierno de España nos anuncia que posterguemos nuestros planes. Una vez más nos vemos envueltos en la vorágine electoral, y no queda otra que esperar hasta que se elijan los miembros de las mesas electorales porque legalmente no podemos negarnos a ser parte de ellas, salvo circunstancias excepcionales. Y no, las vacaciones del pueblo o una uña rota no son consideradas causas suficientes, lo digo para aquellos avispados que estén leyendo estas líneas. En fin, sigo aquí en la lucha por contarles todo lo que sucede y acontece en nuestra ciudad, mientras intento sobrevivir en el intento. Sin más dilación ¡comencemos!
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