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Los planes de una servidora esta semana se fueron al traste. Os cuento. Tenía organizado un brunch palaciego en casa y había convocado a los amigos para una sesión de realeza viendo la coronación de Carlos y Camila. El sarao incluía coronas ad hoc, vestido cóctel y, por supuesto, té inglés. Pero como bien dicen, al final el destino es el que baraja las cartas; y además del destino nuestras ganas de contaros todo lo que sucede y acontece nos complicó la agenda. ¡Qué le vamos a hacer! Ya llegará la coronación de Leonor. Por cierto, ¿cuánto queda? Es para irme reservando el día.
Murphy Brown
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