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Murphy Brown
Ver galería >Parece que las oraciones de los mallorquines surtieron efecto y el paso de la tormenta Juliette fue intenso, pero rápido. Como suele decirse, «veni vidi vici», y una vez vencida, se despidió dando paso a la calma chicha que nos invita a pensar ya en la llegada de la primavera. Pero como buenos españoles, sabemos que la primavera no llega hasta que el Corte Inglés lo dice. Aun así, la nieve ya se derrite, el sol inunda los balcones y las primeras flores de almendro comienzan a brotar, dejándonos un paisaje bucólico y romántico. Mientras esto ocurre, las fiestas y saraos siguen aletargados. Los organizadores de eventos más in de la isla parecen estar en sus madrigueras sin dar señales de vida, llevándonos a los que hacemos crónica social a sentirnos como en el Día de la Marmota. Pero, aviso a navegantes, luego se nos van a juntar todo y a ver quién organiza la agenda; de momento vamos a lo que nos toca, que es contaros por dónde hemos pasado estos días.
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Parece que las oraciones de los mallorquines surtieron efecto y el paso de la tormenta Juliette fue intenso, pero rápido. Como suele decirse, «veni vidi vici», y una vez vencida, se despidió dando paso a la calma chicha que nos invita a pensar ya en la llegada de la primavera. Pero como buenos españoles, sabemos que la primavera no llega hasta que el Corte Inglés lo dice. Aun así, la nieve ya se derrite, el sol inunda los balcones y las primeras flores de almendro comienzan a brotar, dejándonos un paisaje bucólico y romántico. Mientras esto ocurre, las fiestas y saraos siguen aletargados. Los organizadores de eventos más in de la isla parecen estar en sus madrigueras sin dar señales de vida, llevándonos a los que hacemos crónica social a sentirnos como en el Día de la Marmota. Pero, aviso a navegantes, luego se nos van a juntar todo y a ver quién organiza la agenda; de momento vamos a lo que nos toca, que es contaros por dónde hemos pasado estos días.
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Parece que las oraciones de los mallorquines surtieron efecto y el paso de la tormenta Juliette fue intenso, pero rápido. Como suele decirse, «veni vidi vici», y una vez vencida, se despidió dando paso a la calma chicha que nos invita a pensar ya en la llegada de la primavera. Pero como buenos españoles, sabemos que la primavera no llega hasta que el Corte Inglés lo dice. Aun así, la nieve ya se derrite, el sol inunda los balcones y las primeras flores de almendro comienzan a brotar, dejándonos un paisaje bucólico y romántico. Mientras esto ocurre, las fiestas y saraos siguen aletargados. Los organizadores de eventos más in de la isla parecen estar en sus madrigueras sin dar señales de vida, llevándonos a los que hacemos crónica social a sentirnos como en el Día de la Marmota. Pero, aviso a navegantes, luego se nos van a juntar todo y a ver quién organiza la agenda; de momento vamos a lo que nos toca, que es contaros por dónde hemos pasado estos días.
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Parece que las oraciones de los mallorquines surtieron efecto y el paso de la tormenta Juliette fue intenso, pero rápido. Como suele decirse, «veni vidi vici», y una vez vencida, se despidió dando paso a la calma chicha que nos invita a pensar ya en la llegada de la primavera. Pero como buenos españoles, sabemos que la primavera no llega hasta que el Corte Inglés lo dice. Aun así, la nieve ya se derrite, el sol inunda los balcones y las primeras flores de almendro comienzan a brotar, dejándonos un paisaje bucólico y romántico. Mientras esto ocurre, las fiestas y saraos siguen aletargados. Los organizadores de eventos más in de la isla parecen estar en sus madrigueras sin dar señales de vida, llevándonos a los que hacemos crónica social a sentirnos como en el Día de la Marmota. Pero, aviso a navegantes, luego se nos van a juntar todo y a ver quién organiza la agenda; de momento vamos a lo que nos toca, que es contaros por dónde hemos pasado estos días.
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Parece que las oraciones de los mallorquines surtieron efecto y el paso de la tormenta Juliette fue intenso, pero rápido. Como suele decirse, «veni vidi vici», y una vez vencida, se despidió dando paso a la calma chicha que nos invita a pensar ya en la llegada de la primavera. Pero como buenos españoles, sabemos que la primavera no llega hasta que el Corte Inglés lo dice. Aun así, la nieve ya se derrite, el sol inunda los balcones y las primeras flores de almendro comienzan a brotar, dejándonos un paisaje bucólico y romántico. Mientras esto ocurre, las fiestas y saraos siguen aletargados. Los organizadores de eventos más in de la isla parecen estar en sus madrigueras sin dar señales de vida, llevándonos a los que hacemos crónica social a sentirnos como en el Día de la Marmota. Pero, aviso a navegantes, luego se nos van a juntar todo y a ver quién organiza la agenda; de momento vamos a lo que nos toca, que es contaros por dónde hemos pasado estos días.
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Parece que las oraciones de los mallorquines surtieron efecto y el paso de la tormenta Juliette fue intenso, pero rápido. Como suele decirse, «veni vidi vici», y una vez vencida, se despidió dando paso a la calma chicha que nos invita a pensar ya en la llegada de la primavera. Pero como buenos españoles, sabemos que la primavera no llega hasta que el Corte Inglés lo dice. Aun así, la nieve ya se derrite, el sol inunda los balcones y las primeras flores de almendro comienzan a brotar, dejándonos un paisaje bucólico y romántico. Mientras esto ocurre, las fiestas y saraos siguen aletargados. Los organizadores de eventos más in de la isla parecen estar en sus madrigueras sin dar señales de vida, llevándonos a los que hacemos crónica social a sentirnos como en el Día de la Marmota. Pero, aviso a navegantes, luego se nos van a juntar todo y a ver quién organiza la agenda; de momento vamos a lo que nos toca, que es contaros por dónde hemos pasado estos días.
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Parece que las oraciones de los mallorquines surtieron efecto y el paso de la tormenta Juliette fue intenso, pero rápido. Como suele decirse, «veni vidi vici», y una vez vencida, se despidió dando paso a la calma chicha que nos invita a pensar ya en la llegada de la primavera. Pero como buenos españoles, sabemos que la primavera no llega hasta que el Corte Inglés lo dice. Aun así, la nieve ya se derrite, el sol inunda los balcones y las primeras flores de almendro comienzan a brotar, dejándonos un paisaje bucólico y romántico. Mientras esto ocurre, las fiestas y saraos siguen aletargados. Los organizadores de eventos más in de la isla parecen estar en sus madrigueras sin dar señales de vida, llevándonos a los que hacemos crónica social a sentirnos como en el Día de la Marmota. Pero, aviso a navegantes, luego se nos van a juntar todo y a ver quién organiza la agenda; de momento vamos a lo que nos toca, que es contaros por dónde hemos pasado estos días.
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Parece que las oraciones de los mallorquines surtieron efecto y el paso de la tormenta Juliette fue intenso, pero rápido. Como suele decirse, «veni vidi vici», y una vez vencida, se despidió dando paso a la calma chicha que nos invita a pensar ya en la llegada de la primavera. Pero como buenos españoles, sabemos que la primavera no llega hasta que el Corte Inglés lo dice. Aun así, la nieve ya se derrite, el sol inunda los balcones y las primeras flores de almendro comienzan a brotar, dejándonos un paisaje bucólico y romántico. Mientras esto ocurre, las fiestas y saraos siguen aletargados. Los organizadores de eventos más in de la isla parecen estar en sus madrigueras sin dar señales de vida, llevándonos a los que hacemos crónica social a sentirnos como en el Día de la Marmota. Pero, aviso a navegantes, luego se nos van a juntar todo y a ver quién organiza la agenda; de momento vamos a lo que nos toca, que es contaros por dónde hemos pasado estos días.
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Parece que las oraciones de los mallorquines surtieron efecto y el paso de la tormenta Juliette fue intenso, pero rápido. Como suele decirse, «veni vidi vici», y una vez vencida, se despidió dando paso a la calma chicha que nos invita a pensar ya en la llegada de la primavera. Pero como buenos españoles, sabemos que la primavera no llega hasta que el Corte Inglés lo dice. Aun así, la nieve ya se derrite, el sol inunda los balcones y las primeras flores de almendro comienzan a brotar, dejándonos un paisaje bucólico y romántico. Mientras esto ocurre, las fiestas y saraos siguen aletargados. Los organizadores de eventos más in de la isla parecen estar en sus madrigueras sin dar señales de vida, llevándonos a los que hacemos crónica social a sentirnos como en el Día de la Marmota. Pero, aviso a navegantes, luego se nos van a juntar todo y a ver quién organiza la agenda; de momento vamos a lo que nos toca, que es contaros por dónde hemos pasado estos días.
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Parece que las oraciones de los mallorquines surtieron efecto y el paso de la tormenta Juliette fue intenso, pero rápido. Como suele decirse, «veni vidi vici», y una vez vencida, se despidió dando paso a la calma chicha que nos invita a pensar ya en la llegada de la primavera. Pero como buenos españoles, sabemos que la primavera no llega hasta que el Corte Inglés lo dice. Aun así, la nieve ya se derrite, el sol inunda los balcones y las primeras flores de almendro comienzan a brotar, dejándonos un paisaje bucólico y romántico. Mientras esto ocurre, las fiestas y saraos siguen aletargados. Los organizadores de eventos más in de la isla parecen estar en sus madrigueras sin dar señales de vida, llevándonos a los que hacemos crónica social a sentirnos como en el Día de la Marmota. Pero, aviso a navegantes, luego se nos van a juntar todo y a ver quién organiza la agenda; de momento vamos a lo que nos toca, que es contaros por dónde hemos pasado estos días.
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Parece que las oraciones de los mallorquines surtieron efecto y el paso de la tormenta Juliette fue intenso, pero rápido. Como suele decirse, «veni vidi vici», y una vez vencida, se despidió dando paso a la calma chicha que nos invita a pensar ya en la llegada de la primavera. Pero como buenos españoles, sabemos que la primavera no llega hasta que el Corte Inglés lo dice. Aun así, la nieve ya se derrite, el sol inunda los balcones y las primeras flores de almendro comienzan a brotar, dejándonos un paisaje bucólico y romántico. Mientras esto ocurre, las fiestas y saraos siguen aletargados. Los organizadores de eventos más in de la isla parecen estar en sus madrigueras sin dar señales de vida, llevándonos a los que hacemos crónica social a sentirnos como en el Día de la Marmota. Pero, aviso a navegantes, luego se nos van a juntar todo y a ver quién organiza la agenda; de momento vamos a lo que nos toca, que es contaros por dónde hemos pasado estos días.
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Parece que las oraciones de los mallorquines surtieron efecto y el paso de la tormenta Juliette fue intenso, pero rápido. Como suele decirse, «veni vidi vici», y una vez vencida, se despidió dando paso a la calma chicha que nos invita a pensar ya en la llegada de la primavera. Pero como buenos españoles, sabemos que la primavera no llega hasta que el Corte Inglés lo dice. Aun así, la nieve ya se derrite, el sol inunda los balcones y las primeras flores de almendro comienzan a brotar, dejándonos un paisaje bucólico y romántico. Mientras esto ocurre, las fiestas y saraos siguen aletargados. Los organizadores de eventos más in de la isla parecen estar en sus madrigueras sin dar señales de vida, llevándonos a los que hacemos crónica social a sentirnos como en el Día de la Marmota. Pero, aviso a navegantes, luego se nos van a juntar todo y a ver quién organiza la agenda; de momento vamos a lo que nos toca, que es contaros por dónde hemos pasado estos días.
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Parece que las oraciones de los mallorquines surtieron efecto y el paso de la tormenta Juliette fue intenso, pero rápido. Como suele decirse, «veni vidi vici», y una vez vencida, se despidió dando paso a la calma chicha que nos invita a pensar ya en la llegada de la primavera. Pero como buenos españoles, sabemos que la primavera no llega hasta que el Corte Inglés lo dice. Aun así, la nieve ya se derrite, el sol inunda los balcones y las primeras flores de almendro comienzan a brotar, dejándonos un paisaje bucólico y romántico. Mientras esto ocurre, las fiestas y saraos siguen aletargados. Los organizadores de eventos más in de la isla parecen estar en sus madrigueras sin dar señales de vida, llevándonos a los que hacemos crónica social a sentirnos como en el Día de la Marmota. Pero, aviso a navegantes, luego se nos van a juntar todo y a ver quién organiza la agenda; de momento vamos a lo que nos toca, que es contaros por dónde hemos pasado estos días.
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Parece que las oraciones de los mallorquines surtieron efecto y el paso de la tormenta Juliette fue intenso, pero rápido. Como suele decirse, «veni vidi vici», y una vez vencida, se despidió dando paso a la calma chicha que nos invita a pensar ya en la llegada de la primavera. Pero como buenos españoles, sabemos que la primavera no llega hasta que el Corte Inglés lo dice. Aun así, la nieve ya se derrite, el sol inunda los balcones y las primeras flores de almendro comienzan a brotar, dejándonos un paisaje bucólico y romántico. Mientras esto ocurre, las fiestas y saraos siguen aletargados. Los organizadores de eventos más in de la isla parecen estar en sus madrigueras sin dar señales de vida, llevándonos a los que hacemos crónica social a sentirnos como en el Día de la Marmota. Pero, aviso a navegantes, luego se nos van a juntar todo y a ver quién organiza la agenda; de momento vamos a lo que nos toca, que es contaros por dónde hemos pasado estos días.
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