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Murphy Brown
Ver galería >Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
Murphy Brown
Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
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Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
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Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
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Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
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Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
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Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
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Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
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Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
Murphy Brown
Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
Guillem Bosch
Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
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Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
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Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
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Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
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Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
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Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
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Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
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Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
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Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
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Después de comprobar que servidora no estaba en la lista de beneficiarios de los Reyes -¡oh tragedia existencial!- constato que muy mal no debí portarme porque por no traer, no me trajeron ni carbón. Me miro en el espejo, me toco la frente y doy fe de que sigo teniendo salud, que es lo importante. Una vez pasada tan señalada fecha nos quedaban dos acontecimientos, que no por ser los últimos de las fiestas navideñas son menos importantes. Uno, celebrar la Pascua Militar, que os relataré después. Y por supuesto la comida del día de Reyes en la que no faltaron los escaldums como manda la tradición, además de la grata compañía de los amigos.
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