El cine de ficción siempre ha sabido aventurar hábilmente las colosales consecuencias de los grandes desastres, sean pandemias letales, conflagraciones bélicas, hecatombes nucleares o, por supuesto, desastres medioambientales. En las últimas décadas, numerosas ficciones han tratado las devastadoras crisis derivadas del cambio climático y la sobreexplotación del planeta (uno viene de la mano del otro), tanto desde la ciencia ficción pura como desde el educativo cine de animación o el desprejuiciado espectáculo para multisalas.
‘Naves misteriosas’, de Douglas Trumbul (1972).
El cine de ficción siempre ha sabido aventurar hábilmente las colosales consecuencias de los grandes desastres, sean pandemias letales, conflagraciones bélicas, hecatombes nucleares o, por supuesto, desastres medioambientales. En las últimas décadas, numerosas ficciones han tratado las devastadoras crisis derivadas del cambio climático y la sobreexplotación del planeta (uno viene de la mano del otro), tanto desde la ciencia ficción pura como desde el educativo cine de animación o el desprejuiciado espectáculo para multisalas.
‘Waterworld’, de Kevin Reynolds (1995).
El cine de ficción siempre ha sabido aventurar hábilmente las colosales consecuencias de los grandes desastres, sean pandemias letales, conflagraciones bélicas, hecatombes nucleares o, por supuesto, desastres medioambientales. En las últimas décadas, numerosas ficciones han tratado las devastadoras crisis derivadas del cambio climático y la sobreexplotación del planeta (uno viene de la mano del otro), tanto desde la ciencia ficción pura como desde el educativo cine de animación o el desprejuiciado espectáculo para multisalas.
‘Inteligencia artificial’, de Steven Spielberg (2001).
El cine de ficción siempre ha sabido aventurar hábilmente las colosales consecuencias de los grandes desastres, sean pandemias letales, conflagraciones bélicas, hecatombes nucleares o, por supuesto, desastres medioambientales. En las últimas décadas, numerosas ficciones han tratado las devastadoras crisis derivadas del cambio climático y la sobreexplotación del planeta (uno viene de la mano del otro), tanto desde la ciencia ficción pura como desde el educativo cine de animación o el desprejuiciado espectáculo para multisalas.
‘El día de mañana’, de Roland Emmerich (2004).
El cine de ficción siempre ha sabido aventurar hábilmente las colosales consecuencias de los grandes desastres, sean pandemias letales, conflagraciones bélicas, hecatombes nucleares o, por supuesto, desastres medioambientales. En las últimas décadas, numerosas ficciones han tratado las devastadoras crisis derivadas del cambio climático y la sobreexplotación del planeta (uno viene de la mano del otro), tanto desde la ciencia ficción pura como desde el educativo cine de animación o el desprejuiciado espectáculo para multisalas.
‘Happy Feet 2’, de George Miller (2011).
El cine de ficción siempre ha sabido aventurar hábilmente las colosales consecuencias de los grandes desastres, sean pandemias letales, conflagraciones bélicas, hecatombes nucleares o, por supuesto, desastres medioambientales. En las últimas décadas, numerosas ficciones han tratado las devastadoras crisis derivadas del cambio climático y la sobreexplotación del planeta (uno viene de la mano del otro), tanto desde la ciencia ficción pura como desde el educativo cine de animación o el desprejuiciado espectáculo para multisalas.
‘Walle-E’, de Andrew Stanton (2008).
El cine de ficción siempre ha sabido aventurar hábilmente las colosales consecuencias de los grandes desastres, sean pandemias letales, conflagraciones bélicas, hecatombes nucleares o, por supuesto, desastres medioambientales. En las últimas décadas, numerosas ficciones han tratado las devastadoras crisis derivadas del cambio climático y la sobreexplotación del planeta (uno viene de la mano del otro), tanto desde la ciencia ficción pura como desde el educativo cine de animación o el desprejuiciado espectáculo para multisalas.
‘Rompenieves’, de Bong Joon-Ho (2013).
El cine de ficción siempre ha sabido aventurar hábilmente las colosales consecuencias de los grandes desastres, sean pandemias letales, conflagraciones bélicas, hecatombes nucleares o, por supuesto, desastres medioambientales. En las últimas décadas, numerosas ficciones han tratado las devastadoras crisis derivadas del cambio climático y la sobreexplotación del planeta (uno viene de la mano del otro), tanto desde la ciencia ficción pura como desde el educativo cine de animación o el desprejuiciado espectáculo para multisalas.
‘Una vida a lo grande’, de Alex Payne (2017).
El cine de ficción siempre ha sabido aventurar hábilmente las colosales consecuencias de los grandes desastres, sean pandemias letales, conflagraciones bélicas, hecatombes nucleares o, por supuesto, desastres medioambientales. En las últimas décadas, numerosas ficciones han tratado las devastadoras crisis derivadas del cambio climático y la sobreexplotación del planeta (uno viene de la mano del otro), tanto desde la ciencia ficción pura como desde el educativo cine de animación o el desprejuiciado espectáculo para multisalas.
‘Blade Runner 2049’, de Denis Villeneuve (2017).
El cine de ficción siempre ha sabido aventurar hábilmente las colosales consecuencias de los grandes desastres, sean pandemias letales, conflagraciones bélicas, hecatombes nucleares o, por supuesto, desastres medioambientales. En las últimas décadas, numerosas ficciones han tratado las devastadoras crisis derivadas del cambio climático y la sobreexplotación del planeta (uno viene de la mano del otro), tanto desde la ciencia ficción pura como desde el educativo cine de animación o el desprejuiciado espectáculo para multisalas.
‘Geostorm’, de Dean Devlin (2017).
El cine de ficción siempre ha sabido aventurar hábilmente las colosales consecuencias de los grandes desastres, sean pandemias letales, conflagraciones bélicas, hecatombes nucleares o, por supuesto, desastres medioambientales. En las últimas décadas, numerosas ficciones han tratado las devastadoras crisis derivadas del cambio climático y la sobreexplotación del planeta (uno viene de la mano del otro), tanto desde la ciencia ficción pura como desde el educativo cine de animación o el desprejuiciado espectáculo para multisalas.
El cine de ficción siempre ha sabido aventurar hábilmente las colosales consecuencias de los grandes desastres, sean pandemias letales, conflagraciones bélicas, hecatombes nucleares o, por supuesto, desastres medioambientales. En las últimas décadas, numerosas ficciones han tratado las devastadoras crisis derivadas del cambio climático y la sobreexplotación del planeta (uno viene de la mano del otro), tanto desde la ciencia ficción pura como desde el educativo cine de animación o el desprejuiciado espectáculo para multisalas.