La importantísima victoria de ayer del Mallorca, que saca al equipo de las posiciones de descenso, sirve para demostrar que mantener la categoría está al alcance de los de Javier Aguirre. «Sí, se puede», el grito que se ha hecho tan popular en el ámbito futbolístico, es una realidad tangible. Por fin se ha roto una dinámica de derrotas, siete consecutivas, que hacía dudar de un proyecto que se inició de forma notable. Se ha logrado tras un partido en el que, además, se ha logrado por fin mantener la portería a cero. Trece jornadas han tenido que pasar y un cambio de sistema, con una defensa de tres centrales, que ha dejado sin ocasiones de gol a los rojiblancos que no han puesto ni una vez en apuros a Sergio Rico.
El Atlético ha salido mandón, esperando resolver el partido pronto para no desgastarse en demasía tras la eliminatoria ante el City, en la que tenía un pensamiento. La paciencia que han tenido los rojillos ha tenido su fruto, como la ha tenido tal vez la charla del club con el comité arbitral por las últimas polémicas. Esta vez el VAR no se ha atrevido a cambiar una decisión favorable al Mallorca. El penalti transformado por Muriqui ha sellado una victoria ante el campeón actual, por segunda vez esta Liga, toda una paradoja.
La salvación, una vez salidos del pozo, pasa por Son Moix. Si el Mallorca ata las tres victorias en casa ante Alavés, Granada y Rayo Vallecano será difícil que el equipo no siga un año más en primera. Y si se suma fuera mejor.
