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El Mallorca se ha quedado con las ganas. El ascenso, lo único importante de esta temporada, ya estaba en el bolsillo, pero este empate, cuando el título ya se tocaba con las manos, sabe a muy poco. Con la derrota del Espanyol ante el Alcorcón y el gol de Abdón en el minuto 74 que elevaba el 2-1 en el marcador, los de Luis García Plaza se proclamaban campeones, pero el tanto de Curro, a solo tres del final, ha evitado cantar el alirón. Una pena que debe durar poco o nada de tiempo porque la realidad es que este equipo ya forma parte de la historia de los 105 años de vida de la entidad. Ha tenido el título en sus manos, hubiera sido un broche fabuloso, pero el premio gordo es volver a jugar con los grandes el próximo curso. Los bermellones han merecido ganar en El Toralín ante un adversario que no se jugaba nada, sobre todo por su buena segunda mitad, pero no ha sido suficiente (2-2).
El Mallorca se ha quedado con las ganas. El ascenso, lo único importante de esta temporada, ya estaba en el bolsillo, pero este empate, cuando el título ya se tocaba con las manos, sabe a muy poco. Con la derrota del Espanyol ante el Alcorcón y el gol de Abdón en el minuto 74 que elevaba el 2-1 en el marcador, los de Luis García Plaza se proclamaban campeones, pero el tanto de Curro, a solo tres del final, ha evitado cantar el alirón. Una pena que debe durar poco o nada de tiempo porque la realidad es que este equipo ya forma parte de la historia de los 105 años de vida de la entidad. Ha tenido el título en sus manos, hubiera sido un broche fabuloso, pero el premio gordo es volver a jugar con los grandes el próximo curso. Los bermellones han merecido ganar en El Toralín ante un adversario que no se jugaba nada, sobre todo por su buena segunda mitad, pero no ha sido suficiente (2-2).
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