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Guillem Bosch
Ver galería >Esto no es una victoria cualquiera. El Mallorca no ha jugado bien ante el Lugo, ha estado lejos de su mejor versión, pero eso da igual porque ha conquistado un triunfo que le acerca a la Primera División (2-0). Los bermellones aventajan en ocho puntos más el golaverage al Almería, que ocupa la tercera posición, cuando solo quedan ocho jornadas. Es un panorama idílico, soñado por los más optimistas y que este grupo se ha labrado en estos treinta y cuatro partidos. A estas alturas, esto es lo único importante. El caramelo que le ha enviado el Zaragoza, derrotando a los andaluces (2-1) justo antes de que empezara el duelo en Son Moix, obligaba a aprovechar la oportunidad. Sin excusas. Es el momento de sacar la calculadora, pero la realidad es que este equipo se ha ganado el derecho a depender de sí mismo, una circunstancia que todavía invita más a la ilusión porque el calendario no asusta, ni mucho menos. Los tantos de Dani Rodríguez, nada más empezar, y de Mollejo, poco después de saltar al césped, han bastado para tumbar a un rival que ha sido capaz de hacer daño en la primera parte y que, en la segunda, se ha acabado rindiendo. El Mallorca no ha estado nada fino, sin ritmo, pero ha sabido aprovechar sus oportunidad para sumar el triunfo. Tampoco le hacía falta nada más.
Esto no es una victoria cualquiera. El Mallorca no ha jugado bien ante el Lugo, ha estado lejos de su mejor versión, pero eso da igual porque ha conquistado un triunfo que le acerca a la Primera División (2-0). Los bermellones aventajan en ocho puntos más el golaverage al Almería, que ocupa la tercera posición, cuando solo quedan ocho jornadas. Es un panorama idílico, soñado por los más optimistas y que este grupo se ha labrado en estos treinta y cuatro partidos. A estas alturas, esto es lo único importante. El caramelo que le ha enviado el Zaragoza, derrotando a los andaluces (2-1) justo antes de que empezara el duelo en Son Moix, obligaba a aprovechar la oportunidad. Sin excusas. Es el momento de sacar la calculadora, pero la realidad es que este equipo se ha ganado el derecho a depender de sí mismo, una circunstancia que todavía invita más a la ilusión porque el calendario no asusta, ni mucho menos. Los tantos de Dani Rodríguez, nada más empezar, y de Mollejo, poco después de saltar al césped, han bastado para tumbar a un rival que ha sido capaz de hacer daño en la primera parte y que, en la segunda, se ha acabado rindiendo. El Mallorca no ha estado nada fino, sin ritmo, pero ha sabido aprovechar sus oportunidad para sumar el triunfo. Tampoco le hacía falta nada más.
Esto no es una victoria cualquiera. El Mallorca no ha jugado bien ante el Lugo, ha estado lejos de su mejor versión, pero eso da igual porque ha conquistado un triunfo que le acerca a la Primera División (2-0). Los bermellones aventajan en ocho puntos más el golaverage al Almería, que ocupa la tercera posición, cuando solo quedan ocho jornadas. Es un panorama idílico, soñado por los más optimistas y que este grupo se ha labrado en estos treinta y cuatro partidos. A estas alturas, esto es lo único importante. El caramelo que le ha enviado el Zaragoza, derrotando a los andaluces (2-1) justo antes de que empezara el duelo en Son Moix, obligaba a aprovechar la oportunidad. Sin excusas. Es el momento de sacar la calculadora, pero la realidad es que este equipo se ha ganado el derecho a depender de sí mismo, una circunstancia que todavía invita más a la ilusión porque el calendario no asusta, ni mucho menos. Los tantos de Dani Rodríguez, nada más empezar, y de Mollejo, poco después de saltar al césped, han bastado para tumbar a un rival que ha sido capaz de hacer daño en la primera parte y que, en la segunda, se ha acabado rindiendo. El Mallorca no ha estado nada fino, sin ritmo, pero ha sabido aprovechar sus oportunidad para sumar el triunfo. Tampoco le hacía falta nada más.
Esto no es una victoria cualquiera. El Mallorca no ha jugado bien ante el Lugo, ha estado lejos de su mejor versión, pero eso da igual porque ha conquistado un triunfo que le acerca a la Primera División (2-0). Los bermellones aventajan en ocho puntos más el golaverage al Almería, que ocupa la tercera posición, cuando solo quedan ocho jornadas. Es un panorama idílico, soñado por los más optimistas y que este grupo se ha labrado en estos treinta y cuatro partidos. A estas alturas, esto es lo único importante. El caramelo que le ha enviado el Zaragoza, derrotando a los andaluces (2-1) justo antes de que empezara el duelo en Son Moix, obligaba a aprovechar la oportunidad. Sin excusas. Es el momento de sacar la calculadora, pero la realidad es que este equipo se ha ganado el derecho a depender de sí mismo, una circunstancia que todavía invita más a la ilusión porque el calendario no asusta, ni mucho menos. Los tantos de Dani Rodríguez, nada más empezar, y de Mollejo, poco después de saltar al césped, han bastado para tumbar a un rival que ha sido capaz de hacer daño en la primera parte y que, en la segunda, se ha acabado rindiendo. El Mallorca no ha estado nada fino, sin ritmo, pero ha sabido aprovechar sus oportunidad para sumar el triunfo. Tampoco le hacía falta nada más.
Esto no es una victoria cualquiera. El Mallorca no ha jugado bien ante el Lugo, ha estado lejos de su mejor versión, pero eso da igual porque ha conquistado un triunfo que le acerca a la Primera División (2-0). Los bermellones aventajan en ocho puntos más el golaverage al Almería, que ocupa la tercera posición, cuando solo quedan ocho jornadas. Es un panorama idílico, soñado por los más optimistas y que este grupo se ha labrado en estos treinta y cuatro partidos. A estas alturas, esto es lo único importante. El caramelo que le ha enviado el Zaragoza, derrotando a los andaluces (2-1) justo antes de que empezara el duelo en Son Moix, obligaba a aprovechar la oportunidad. Sin excusas. Es el momento de sacar la calculadora, pero la realidad es que este equipo se ha ganado el derecho a depender de sí mismo, una circunstancia que todavía invita más a la ilusión porque el calendario no asusta, ni mucho menos. Los tantos de Dani Rodríguez, nada más empezar, y de Mollejo, poco después de saltar al césped, han bastado para tumbar a un rival que ha sido capaz de hacer daño en la primera parte y que, en la segunda, se ha acabado rindiendo. El Mallorca no ha estado nada fino, sin ritmo, pero ha sabido aprovechar sus oportunidad para sumar el triunfo. Tampoco le hacía falta nada más.
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Esto no es una victoria cualquiera. El Mallorca no ha jugado bien ante el Lugo, ha estado lejos de su mejor versión, pero eso da igual porque ha conquistado un triunfo que le acerca a la Primera División (2-0). Los bermellones aventajan en ocho puntos más el golaverage al Almería, que ocupa la tercera posición, cuando solo quedan ocho jornadas. Es un panorama idílico, soñado por los más optimistas y que este grupo se ha labrado en estos treinta y cuatro partidos. A estas alturas, esto es lo único importante. El caramelo que le ha enviado el Zaragoza, derrotando a los andaluces (2-1) justo antes de que empezara el duelo en Son Moix, obligaba a aprovechar la oportunidad. Sin excusas. Es el momento de sacar la calculadora, pero la realidad es que este equipo se ha ganado el derecho a depender de sí mismo, una circunstancia que todavía invita más a la ilusión porque el calendario no asusta, ni mucho menos. Los tantos de Dani Rodríguez, nada más empezar, y de Mollejo, poco después de saltar al césped, han bastado para tumbar a un rival que ha sido capaz de hacer daño en la primera parte y que, en la segunda, se ha acabado rindiendo. El Mallorca no ha estado nada fino, sin ritmo, pero ha sabido aprovechar sus oportunidad para sumar el triunfo. Tampoco le hacía falta nada más.
Esto no es una victoria cualquiera. El Mallorca no ha jugado bien ante el Lugo, ha estado lejos de su mejor versión, pero eso da igual porque ha conquistado un triunfo que le acerca a la Primera División (2-0). Los bermellones aventajan en ocho puntos más el golaverage al Almería, que ocupa la tercera posición, cuando solo quedan ocho jornadas. Es un panorama idílico, soñado por los más optimistas y que este grupo se ha labrado en estos treinta y cuatro partidos. A estas alturas, esto es lo único importante. El caramelo que le ha enviado el Zaragoza, derrotando a los andaluces (2-1) justo antes de que empezara el duelo en Son Moix, obligaba a aprovechar la oportunidad. Sin excusas. Es el momento de sacar la calculadora, pero la realidad es que este equipo se ha ganado el derecho a depender de sí mismo, una circunstancia que todavía invita más a la ilusión porque el calendario no asusta, ni mucho menos. Los tantos de Dani Rodríguez, nada más empezar, y de Mollejo, poco después de saltar al césped, han bastado para tumbar a un rival que ha sido capaz de hacer daño en la primera parte y que, en la segunda, se ha acabado rindiendo. El Mallorca no ha estado nada fino, sin ritmo, pero ha sabido aprovechar sus oportunidad para sumar el triunfo. Tampoco le hacía falta nada más.
Esto no es una victoria cualquiera. El Mallorca no ha jugado bien ante el Lugo, ha estado lejos de su mejor versión, pero eso da igual porque ha conquistado un triunfo que le acerca a la Primera División (2-0). Los bermellones aventajan en ocho puntos más el golaverage al Almería, que ocupa la tercera posición, cuando solo quedan ocho jornadas. Es un panorama idílico, soñado por los más optimistas y que este grupo se ha labrado en estos treinta y cuatro partidos. A estas alturas, esto es lo único importante. El caramelo que le ha enviado el Zaragoza, derrotando a los andaluces (2-1) justo antes de que empezara el duelo en Son Moix, obligaba a aprovechar la oportunidad. Sin excusas. Es el momento de sacar la calculadora, pero la realidad es que este equipo se ha ganado el derecho a depender de sí mismo, una circunstancia que todavía invita más a la ilusión porque el calendario no asusta, ni mucho menos. Los tantos de Dani Rodríguez, nada más empezar, y de Mollejo, poco después de saltar al césped, han bastado para tumbar a un rival que ha sido capaz de hacer daño en la primera parte y que, en la segunda, se ha acabado rindiendo. El Mallorca no ha estado nada fino, sin ritmo, pero ha sabido aprovechar sus oportunidad para sumar el triunfo. Tampoco le hacía falta nada más.
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