El Servicio autonómico de Gestión forestal y Protección del suelo ha participado, este martes, en un taller de autoprotección ante el riesgo de incendios forestales dirigido a propietarios y residentes de la urbanización de Canyamel, para enseñarles a reducir la vulnerabilidad de sus viviendas.

Canyamel es una urbanización que por su estructura y su entorno tiene un riesgo extremadamente elevado de incendio forestal. El objetivo del taller es enseñar a los propietarios las herramientas para mejorar su seguridad y disminuir la vulnerabilidad de las viviendas frente a los incendios forestales.

El taller lo ha organizado el ayuntamiento de Capdepera y ha contado con la colaboración también de la Dirección General de Emergencias e Interior, ha informado la Conselleria de Medio ambiente y Territorio en un comunicado.

Este taller experimental, de carácter práctico, ha consistido en la visita a algunas propiedades para ver in situ los procedimientos más eficaces para romper la continuidad horizontal y vertical del combustible vegetal en las parcelas y jardines de la urbanización y cuáles son los elementos o estructuras de las construcciones y de su entorno que se pueden mejorar para tener una propiedad más segura frente al riesgo de incendio.

En el caso de las viviendas unifamiliares con zonas de interfaz urbano-forestal, la Ley Agraria balear establece que se tendrá que ejecutar y mantener una franja exterior perimetral de seguridad de 30 metros de anchura mínima.

Las características que tiene que cumplir la franja de seguridad de 30 metros son, que tenga una distancia mínima entre copas de los árboles de 3 metros, y entre las copas de los árboles y la vivienda también de 3 metros.

Establece además la poda obligatoria de pies arbóreos adultos a una altura mínima de 3 metros desde el suelo y que haya una cobertura arbustiva inferior al 30 %. Además se deben eliminar todos los pies arbustivos que estén a menos de 3 metros de la vivienda.