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B. Ramon
Ver galería >Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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Joan Garau (1967) ha decidido despedirse en vida. El próximo sábado, en el barrio de Santa Catalina de Palma, celebrará una fiesta. No es un cumpleaños, ni una jubilación. «Que venga quien quiera, es mi forma de decir adiós. Si se puede planificar una boda o un bautizo, ¿por qué no esto?», reflexiona con una serenidad que desarma. A sus 57 años, este ex celador de Son Espases convive con un sarcoma que se ha extendido a varios órganos de su cuerpo y ya no hay más tratamientos posibles, así que ha optado por los cuidados paliativos. Ahora, en la recta final de su vida, le acompaña el Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD).
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