La situación no tiene nada que ver con la de marzo de 2020, pero las imágenes que está dejando son igual de sobrecogedoras. Esta semana, la psicosis que durante la pandemia terminó con el papel higiénico, ha vuelto a las estanterías de los supermercados mallorquines, en especial las de aceites, y a las estaciones de servicio de la isla. Estos días, los ciudadanos se dividen entre los que hacen aprovisionamiento por el miedo a la escasez, y los que tratan de no dejarse llevar por el pánico
El aceite de girasol escasea en los supermercados.
Irene R. Aguado
La situación no tiene nada que ver con la de marzo de 2020, pero las imágenes que está dejando son igual de sobrecogedoras. Esta semana, la psicosis que durante la pandemia terminó con el papel higiénico, ha vuelto a las estanterías de los supermercados mallorquines, en especial las de aceites, y a las estaciones de servicio de la isla. Estos días, los ciudadanos se dividen entre los que hacen aprovisionamiento por el miedo a la escasez, y los que tratan de no dejarse llevar por el pánico
Los establecimientos han limitado la venta de aceite de girasol.
Irene R. Aguado
La situación no tiene nada que ver con la de marzo de 2020, pero las imágenes que está dejando son igual de sobrecogedoras. Esta semana, la psicosis que durante la pandemia terminó con el papel higiénico, ha vuelto a las estanterías de los supermercados mallorquines, en especial las de aceites, y a las estaciones de servicio de la isla. Estos días, los ciudadanos se dividen entre los que hacen aprovisionamiento por el miedo a la escasez, y los que tratan de no dejarse llevar por el pánico
El Mercadona de la calle Can Bronca se quedó sin carne ayer por la tarde.
Penélope Oliver
La situación no tiene nada que ver con la de marzo de 2020, pero las imágenes que está dejando son igual de sobrecogedoras. Esta semana, la psicosis que durante la pandemia terminó con el papel higiénico, ha vuelto a las estanterías de los supermercados mallorquines, en especial las de aceites, y a las estaciones de servicio de la isla. Estos días, los ciudadanos se dividen entre los que hacen aprovisionamiento por el miedo a la escasez, y los que tratan de no dejarse llevar por el pánico
Cola de vehículos en la gasolinera de la calle Camp de Déu.
Bernardo Arzayus
La situación no tiene nada que ver con la de marzo de 2020, pero las imágenes que está dejando son igual de sobrecogedoras. Esta semana, la psicosis que durante la pandemia terminó con el papel higiénico, ha vuelto a las estanterías de los supermercados mallorquines, en especial las de aceites, y a las estaciones de servicio de la isla. Estos días, los ciudadanos se dividen entre los que hacen aprovisionamiento por el miedo a la escasez, y los que tratan de no dejarse llevar por el pánico
La conductora Rocío Cornás.
Bernardo Arzayus
La situación no tiene nada que ver con la de marzo de 2020, pero las imágenes que está dejando son igual de sobrecogedoras. Esta semana, la psicosis que durante la pandemia terminó con el papel higiénico, ha vuelto a las estanterías de los supermercados mallorquines, en especial las de aceites, y a las estaciones de servicio de la isla. Estos días, los ciudadanos se dividen entre los que hacen aprovisionamiento por el miedo a la escasez, y los que tratan de no dejarse llevar por el pánico
La encargada de la estación de servicio de la calle Camp de Déu, Pepi Díaz.
Bernardo Arzayus
La situación no tiene nada que ver con la de marzo de 2020, pero las imágenes que está dejando son igual de sobrecogedoras. Esta semana, la psicosis que durante la pandemia terminó con el papel higiénico, ha vuelto a las estanterías de los supermercados mallorquines, en especial las de aceites, y a las estaciones de servicio de la isla. Estos días, los ciudadanos se dividen entre los que hacen aprovisionamiento por el miedo a la escasez, y los que tratan de no dejarse llevar por el pánico
El precio del combustible está absolutamente disparado.
Bernardo Arzayus
La situación no tiene nada que ver con la de marzo de 2020, pero las imágenes que está dejando son igual de sobrecogedoras. Esta semana, la psicosis que durante la pandemia terminó con el papel higiénico, ha vuelto a las estanterías de los supermercados mallorquines, en especial las de aceites, y a las estaciones de servicio de la isla. Estos días, los ciudadanos se dividen entre los que hacen aprovisionamiento por el miedo a la escasez, y los que tratan de no dejarse llevar por el pánico
Un trabajador llena el depósito del vehículo de un cliente.
Bernardo Arzayus
La situación no tiene nada que ver con la de marzo de 2020, pero las imágenes que está dejando son igual de sobrecogedoras. Esta semana, la psicosis que durante la pandemia terminó con el papel higiénico, ha vuelto a las estanterías de los supermercados mallorquines, en especial las de aceites, y a las estaciones de servicio de la isla. Estos días, los ciudadanos se dividen entre los que hacen aprovisionamiento por el miedo a la escasez, y los que tratan de no dejarse llevar por el pánico
La situación no tiene nada que ver con la de marzo de 2020, pero las imágenes que está dejando son igual de sobrecogedoras. Esta semana, la psicosis que durante la pandemia terminó con el papel higiénico, ha vuelto a las estanterías de los supermercados mallorquines, en especial las de aceites, y a las estaciones de servicio de la isla. Estos días, los ciudadanos se dividen entre los que hacen aprovisionamiento por el miedo a la escasez, y los que tratan de no dejarse llevar por el pánico