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B. Ramon
Ver galería >Con mascarillas, pegatinas en las aulas y en los pasillos para marcar la distancia de seguridad, mamparas en las recepciones, y gel desinfectante en la entrada de la cafetería, unos 3.000 alumnos han empezado presencialmente el curso más difícil para la Universitat de les Illes Balears (UIB). Con la resignación de que tarde o temprano acabará entrando en el campus, la universidad ya ha empezado con tres bajas en el profesorado y una veintena en el alumnado a causa del coronavirus. “Es algo con lo que habrá que ir conviviendo”, admiten desde la UIB.
Con mascarillas, pegatinas en las aulas y en los pasillos para marcar la distancia de seguridad, mamparas en las recepciones, y gel desinfectante en la entrada de la cafetería, unos 3.000 alumnos han empezado presencialmente el curso más difícil para la Universitat de les Illes Balears (UIB). Con la resignación de que tarde o temprano acabará entrando en el campus, la universidad ya ha empezado con tres bajas en el profesorado y una veintena en el alumnado a causa del coronavirus. “Es algo con lo que habrá que ir conviviendo”, admiten desde la UIB.
Con mascarillas, pegatinas en las aulas y en los pasillos para marcar la distancia de seguridad, mamparas en las recepciones, y gel desinfectante en la entrada de la cafetería, unos 3.000 alumnos han empezado presencialmente el curso más difícil para la Universitat de les Illes Balears (UIB). Con la resignación de que tarde o temprano acabará entrando en el campus, la universidad ya ha empezado con tres bajas en el profesorado y una veintena en el alumnado a causa del coronavirus. “Es algo con lo que habrá que ir conviviendo”, admiten desde la UIB.
Con mascarillas, pegatinas en las aulas y en los pasillos para marcar la distancia de seguridad, mamparas en las recepciones, y gel desinfectante en la entrada de la cafetería, unos 3.000 alumnos han empezado presencialmente el curso más difícil para la Universitat de les Illes Balears (UIB). Con la resignación de que tarde o temprano acabará entrando en el campus, la universidad ya ha empezado con tres bajas en el profesorado y una veintena en el alumnado a causa del coronavirus. “Es algo con lo que habrá que ir conviviendo”, admiten desde la UIB.
Con mascarillas, pegatinas en las aulas y en los pasillos para marcar la distancia de seguridad, mamparas en las recepciones, y gel desinfectante en la entrada de la cafetería, unos 3.000 alumnos han empezado presencialmente el curso más difícil para la Universitat de les Illes Balears (UIB). Con la resignación de que tarde o temprano acabará entrando en el campus, la universidad ya ha empezado con tres bajas en el profesorado y una veintena en el alumnado a causa del coronavirus. “Es algo con lo que habrá que ir conviviendo”, admiten desde la UIB.
Con mascarillas, pegatinas en las aulas y en los pasillos para marcar la distancia de seguridad, mamparas en las recepciones, y gel desinfectante en la entrada de la cafetería, unos 3.000 alumnos han empezado presencialmente el curso más difícil para la Universitat de les Illes Balears (UIB). Con la resignación de que tarde o temprano acabará entrando en el campus, la universidad ya ha empezado con tres bajas en el profesorado y una veintena en el alumnado a causa del coronavirus. “Es algo con lo que habrá que ir conviviendo”, admiten desde la UIB.
Con mascarillas, pegatinas en las aulas y en los pasillos para marcar la distancia de seguridad, mamparas en las recepciones, y gel desinfectante en la entrada de la cafetería, unos 3.000 alumnos han empezado presencialmente el curso más difícil para la Universitat de les Illes Balears (UIB). Con la resignación de que tarde o temprano acabará entrando en el campus, la universidad ya ha empezado con tres bajas en el profesorado y una veintena en el alumnado a causa del coronavirus. “Es algo con lo que habrá que ir conviviendo”, admiten desde la UIB.
Con mascarillas, pegatinas en las aulas y en los pasillos para marcar la distancia de seguridad, mamparas en las recepciones, y gel desinfectante en la entrada de la cafetería, unos 3.000 alumnos han empezado presencialmente el curso más difícil para la Universitat de les Illes Balears (UIB). Con la resignación de que tarde o temprano acabará entrando en el campus, la universidad ya ha empezado con tres bajas en el profesorado y una veintena en el alumnado a causa del coronavirus. “Es algo con lo que habrá que ir conviviendo”, admiten desde la UIB.
Con mascarillas, pegatinas en las aulas y en los pasillos para marcar la distancia de seguridad, mamparas en las recepciones, y gel desinfectante en la entrada de la cafetería, unos 3.000 alumnos han empezado presencialmente el curso más difícil para la Universitat de les Illes Balears (UIB). Con la resignación de que tarde o temprano acabará entrando en el campus, la universidad ya ha empezado con tres bajas en el profesorado y una veintena en el alumnado a causa del coronavirus. “Es algo con lo que habrá que ir conviviendo”, admiten desde la UIB.
Con mascarillas, pegatinas en las aulas y en los pasillos para marcar la distancia de seguridad, mamparas en las recepciones, y gel desinfectante en la entrada de la cafetería, unos 3.000 alumnos han empezado presencialmente el curso más difícil para la Universitat de les Illes Balears (UIB). Con la resignación de que tarde o temprano acabará entrando en el campus, la universidad ya ha empezado con tres bajas en el profesorado y una veintena en el alumnado a causa del coronavirus. “Es algo con lo que habrá que ir conviviendo”, admiten desde la UIB.
Con mascarillas, pegatinas en las aulas y en los pasillos para marcar la distancia de seguridad, mamparas en las recepciones, y gel desinfectante en la entrada de la cafetería, unos 3.000 alumnos han empezado presencialmente el curso más difícil para la Universitat de les Illes Balears (UIB). Con la resignación de que tarde o temprano acabará entrando en el campus, la universidad ya ha empezado con tres bajas en el profesorado y una veintena en el alumnado a causa del coronavirus. “Es algo con lo que habrá que ir conviviendo”, admiten desde la UIB.
Con mascarillas, pegatinas en las aulas y en los pasillos para marcar la distancia de seguridad, mamparas en las recepciones, y gel desinfectante en la entrada de la cafetería, unos 3.000 alumnos han empezado presencialmente el curso más difícil para la Universitat de les Illes Balears (UIB). Con la resignación de que tarde o temprano acabará entrando en el campus, la universidad ya ha empezado con tres bajas en el profesorado y una veintena en el alumnado a causa del coronavirus. “Es algo con lo que habrá que ir conviviendo”, admiten desde la UIB.
Con mascarillas, pegatinas en las aulas y en los pasillos para marcar la distancia de seguridad, mamparas en las recepciones, y gel desinfectante en la entrada de la cafetería, unos 3.000 alumnos han empezado presencialmente el curso más difícil para la Universitat de les Illes Balears (UIB). Con la resignación de que tarde o temprano acabará entrando en el campus, la universidad ya ha empezado con tres bajas en el profesorado y una veintena en el alumnado a causa del coronavirus. “Es algo con lo que habrá que ir conviviendo”, admiten desde la UIB.
Con mascarillas, pegatinas en las aulas y en los pasillos para marcar la distancia de seguridad, mamparas en las recepciones, y gel desinfectante en la entrada de la cafetería, unos 3.000 alumnos han empezado presencialmente el curso más difícil para la Universitat de les Illes Balears (UIB). Con la resignación de que tarde o temprano acabará entrando en el campus, la universidad ya ha empezado con tres bajas en el profesorado y una veintena en el alumnado a causa del coronavirus. “Es algo con lo que habrá que ir conviviendo”, admiten desde la UIB.
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Con mascarillas, pegatinas en las aulas y en los pasillos para marcar la distancia de seguridad, mamparas en las recepciones, y gel desinfectante en la entrada de la cafetería, unos 3.000 alumnos han empezado presencialmente el curso más difícil para la Universitat de les Illes Balears (UIB). Con la resignación de que tarde o temprano acabará entrando en el campus, la universidad ya ha empezado con tres bajas en el profesorado y una veintena en el alumnado a causa del coronavirus. “Es algo con lo que habrá que ir conviviendo”, admiten desde la UIB.
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Con mascarillas, pegatinas en las aulas y en los pasillos para marcar la distancia de seguridad, mamparas en las recepciones, y gel desinfectante en la entrada de la cafetería, unos 3.000 alumnos han empezado presencialmente el curso más difícil para la Universitat de les Illes Balears (UIB). Con la resignación de que tarde o temprano acabará entrando en el campus, la universidad ya ha empezado con tres bajas en el profesorado y una veintena en el alumnado a causa del coronavirus. “Es algo con lo que habrá que ir conviviendo”, admiten desde la UIB.
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