Silencio entre los vecinos que entran y salen del portal número seis de la calle Francesc Pi i Margall, en Pere Garau. Ninguno quiere hablar con nombres y apellidos de la «pesadilla» que viven desde hace por lo menos cuatro años, desde que unos conflictivos okupas se instalaron en uno de los pisos de este edificio. Hablan de peleas, gritos, suciedad en las zonas comunes, ruidos y música hasta altas horas de la madrugada, además de insultos e incluso amenazas de muerte.
En el edificio de la fachada roja, en el centro de la imagen, viven los conflictivos okupas.
Enrique Calvo
Silencio entre los vecinos que entran y salen del portal número seis de la calle Francesc Pi i Margall, en Pere Garau. Ninguno quiere hablar con nombres y apellidos de la «pesadilla» que viven desde hace por lo menos cuatro años, desde que unos conflictivos okupas se instalaron en uno de los pisos de este edificio. Hablan de peleas, gritos, suciedad en las zonas comunes, ruidos y música hasta altas horas de la madrugada, además de insultos e incluso amenazas de muerte.
Grafitis de los okupas en la escalera del edificio.
Enrique Calvo
Silencio entre los vecinos que entran y salen del portal número seis de la calle Francesc Pi i Margall, en Pere Garau. Ninguno quiere hablar con nombres y apellidos de la «pesadilla» que viven desde hace por lo menos cuatro años, desde que unos conflictivos okupas se instalaron en uno de los pisos de este edificio. Hablan de peleas, gritos, suciedad en las zonas comunes, ruidos y música hasta altas horas de la madrugada, además de insultos e incluso amenazas de muerte.
Los contenedores abrasados el día del incendio.
Enrique Calvo
Silencio entre los vecinos que entran y salen del portal número seis de la calle Francesc Pi i Margall, en Pere Garau. Ninguno quiere hablar con nombres y apellidos de la «pesadilla» que viven desde hace por lo menos cuatro años, desde que unos conflictivos okupas se instalaron en uno de los pisos de este edificio. Hablan de peleas, gritos, suciedad en las zonas comunes, ruidos y música hasta altas horas de la madrugada, además de insultos e incluso amenazas de muerte.
Una pelea en la calle pasadas las 11 de la noche.
Enrique Calvo
Silencio entre los vecinos que entran y salen del portal número seis de la calle Francesc Pi i Margall, en Pere Garau. Ninguno quiere hablar con nombres y apellidos de la «pesadilla» que viven desde hace por lo menos cuatro años, desde que unos conflictivos okupas se instalaron en uno de los pisos de este edificio. Hablan de peleas, gritos, suciedad en las zonas comunes, ruidos y música hasta altas horas de la madrugada, además de insultos e incluso amenazas de muerte.
Silencio entre los vecinos que entran y salen del portal número seis de la calle Francesc Pi i Margall, en Pere Garau. Ninguno quiere hablar con nombres y apellidos de la «pesadilla» que viven desde hace por lo menos cuatro años, desde que unos conflictivos okupas se instalaron en uno de los pisos de este edificio. Hablan de peleas, gritos, suciedad en las zonas comunes, ruidos y música hasta altas horas de la madrugada, además de insultos e incluso amenazas de muerte.