Los palmesanos de principios de siglo XVII debían pensar que el nuevo vecino recién instalado en la calle Sant Feliu estaba loco. O que era arisco, incapaz de relacionarse civilizadamente con sus vecinos. La locura era fácil de explicar, nadie había construido una fachada tan extraña en Palma. La falta de empatía se manifestaba a través de la ornamentación de portales y ventanas, además de por una polisémica palabra en latín grabada sobre la entrada principal.
Ses Carasses: La casa que da miedo cumple cuatro siglos
B. Ramon
Los palmesanos de principios de siglo XVII debían pensar que el nuevo vecino recién instalado en la calle Sant Feliu estaba loco. O que era arisco, incapaz de relacionarse civilizadamente con sus vecinos. La locura era fácil de explicar, nadie había construido una fachada tan extraña en Palma. La falta de empatía se manifestaba a través de la ornamentación de portales y ventanas, además de por una polisémica palabra en latín grabada sobre la entrada principal.
Ses Carasses: La casa que da miedo cumple cuatro siglos
B. Ramon
Los palmesanos de principios de siglo XVII debían pensar que el nuevo vecino recién instalado en la calle Sant Feliu estaba loco. O que era arisco, incapaz de relacionarse civilizadamente con sus vecinos. La locura era fácil de explicar, nadie había construido una fachada tan extraña en Palma. La falta de empatía se manifestaba a través de la ornamentación de portales y ventanas, además de por una polisémica palabra en latín grabada sobre la entrada principal.
Ses Carasses: La casa que da miedo cumple cuatro siglos
B. Ramon
Los palmesanos de principios de siglo XVII debían pensar que el nuevo vecino recién instalado en la calle Sant Feliu estaba loco. O que era arisco, incapaz de relacionarse civilizadamente con sus vecinos. La locura era fácil de explicar, nadie había construido una fachada tan extraña en Palma. La falta de empatía se manifestaba a través de la ornamentación de portales y ventanas, además de por una polisémica palabra en latín grabada sobre la entrada principal.
Ses Carasses: La casa que da miedo cumple cuatro siglos
B. Ramon
Los palmesanos de principios de siglo XVII debían pensar que el nuevo vecino recién instalado en la calle Sant Feliu estaba loco. O que era arisco, incapaz de relacionarse civilizadamente con sus vecinos. La locura era fácil de explicar, nadie había construido una fachada tan extraña en Palma. La falta de empatía se manifestaba a través de la ornamentación de portales y ventanas, además de por una polisémica palabra en latín grabada sobre la entrada principal.
Ses Carasses: La casa que da miedo cumple cuatro siglos
B. Ramon
Los palmesanos de principios de siglo XVII debían pensar que el nuevo vecino recién instalado en la calle Sant Feliu estaba loco. O que era arisco, incapaz de relacionarse civilizadamente con sus vecinos. La locura era fácil de explicar, nadie había construido una fachada tan extraña en Palma. La falta de empatía se manifestaba a través de la ornamentación de portales y ventanas, además de por una polisémica palabra en latín grabada sobre la entrada principal.
Ses Carasses: La casa que da miedo cumple cuatro siglos
B. Ramon
Los palmesanos de principios de siglo XVII debían pensar que el nuevo vecino recién instalado en la calle Sant Feliu estaba loco. O que era arisco, incapaz de relacionarse civilizadamente con sus vecinos. La locura era fácil de explicar, nadie había construido una fachada tan extraña en Palma. La falta de empatía se manifestaba a través de la ornamentación de portales y ventanas, además de por una polisémica palabra en latín grabada sobre la entrada principal.
Ses Carasses: La casa que da miedo cumple cuatro siglos
B. Ramon
Los palmesanos de principios de siglo XVII debían pensar que el nuevo vecino recién instalado en la calle Sant Feliu estaba loco. O que era arisco, incapaz de relacionarse civilizadamente con sus vecinos. La locura era fácil de explicar, nadie había construido una fachada tan extraña en Palma. La falta de empatía se manifestaba a través de la ornamentación de portales y ventanas, además de por una polisémica palabra en latín grabada sobre la entrada principal.
Ses Carasses: La casa que da miedo cumple cuatro siglos
B. Ramon
Los palmesanos de principios de siglo XVII debían pensar que el nuevo vecino recién instalado en la calle Sant Feliu estaba loco. O que era arisco, incapaz de relacionarse civilizadamente con sus vecinos. La locura era fácil de explicar, nadie había construido una fachada tan extraña en Palma. La falta de empatía se manifestaba a través de la ornamentación de portales y ventanas, además de por una polisémica palabra en latín grabada sobre la entrada principal.
Ses Carasses: La casa que da miedo cumple cuatro siglos
B. Ramon
Los palmesanos de principios de siglo XVII debían pensar que el nuevo vecino recién instalado en la calle Sant Feliu estaba loco. O que era arisco, incapaz de relacionarse civilizadamente con sus vecinos. La locura era fácil de explicar, nadie había construido una fachada tan extraña en Palma. La falta de empatía se manifestaba a través de la ornamentación de portales y ventanas, además de por una polisémica palabra en latín grabada sobre la entrada principal.
Los palmesanos de principios de siglo XVII debían pensar que el nuevo vecino recién instalado en la calle Sant Feliu estaba loco. O que era arisco, incapaz de relacionarse civilizadamente con sus vecinos. La locura era fácil de explicar, nadie había construido una fachada tan extraña en Palma. La falta de empatía se manifestaba a través de la ornamentación de portales y ventanas, además de por una polisémica palabra en latín grabada sobre la entrada principal.