A pocos días de su concierto de despedida en Palma, Lorenzo Santamaría viaja a su infancia, al calabozo donde le metieron los grises, a sus inicios en el rock. "Siempre he sido un espíritu libre", afirma el músico, que se subirá al Auditorium el próximo 3 de noviembre para repasar todos sus grandes éxitos. "Un hombre de 77 años no puede estar dos horas en un concierto sin ir a mear, por eso hago intermedios en mis actuaciones, no porque me canse", aclara.
Lorenzo Santamaría, en la plaça de Ca’n Orell, en Santa María del Camí.
Manu Mielniezuk
A pocos días de su concierto de despedida en Palma, Lorenzo Santamaría viaja a su infancia, al calabozo donde le metieron los grises, a sus inicios en el rock. "Siempre he sido un espíritu libre", afirma el músico, que se subirá al Auditorium el próximo 3 de noviembre para repasar todos sus grandes éxitos. "Un hombre de 77 años no puede estar dos horas en un concierto sin ir a mear, por eso hago intermedios en mis actuaciones, no porque me canse", aclara.
Llorenç Rosselló Horrach, en su infancia.
Manu Mielniezuk
A pocos días de su concierto de despedida en Palma, Lorenzo Santamaría viaja a su infancia, al calabozo donde le metieron los grises, a sus inicios en el rock. "Siempre he sido un espíritu libre", afirma el músico, que se subirá al Auditorium el próximo 3 de noviembre para repasar todos sus grandes éxitos. "Un hombre de 77 años no puede estar dos horas en un concierto sin ir a mear, por eso hago intermedios en mis actuaciones, no porque me canse", aclara.
Lorenzo Santamaría, al volante de una Vespa, el primer vehículo que le llevó a Palma.
Manu Mielniezuk
A pocos días de su concierto de despedida en Palma, Lorenzo Santamaría viaja a su infancia, al calabozo donde le metieron los grises, a sus inicios en el rock. "Siempre he sido un espíritu libre", afirma el músico, que se subirá al Auditorium el próximo 3 de noviembre para repasar todos sus grandes éxitos. "Un hombre de 77 años no puede estar dos horas en un concierto sin ir a mear, por eso hago intermedios en mis actuaciones, no porque me canse", aclara.
Con su madrina, en su Santa Maria natal.
Manu Mielniezuk
A pocos días de su concierto de despedida en Palma, Lorenzo Santamaría viaja a su infancia, al calabozo donde le metieron los grises, a sus inicios en el rock. "Siempre he sido un espíritu libre", afirma el músico, que se subirá al Auditorium el próximo 3 de noviembre para repasar todos sus grandes éxitos. "Un hombre de 77 años no puede estar dos horas en un concierto sin ir a mear, por eso hago intermedios en mis actuaciones, no porque me canse", aclara.
Frente a la casa en la que nació, mirando la misma morera en la que jugaba a subirse.
Manu Mielniezuk
A pocos días de su concierto de despedida en Palma, Lorenzo Santamaría viaja a su infancia, al calabozo donde le metieron los grises, a sus inicios en el rock. "Siempre he sido un espíritu libre", afirma el músico, que se subirá al Auditorium el próximo 3 de noviembre para repasar todos sus grandes éxitos. "Un hombre de 77 años no puede estar dos horas en un concierto sin ir a mear, por eso hago intermedios en mis actuaciones, no porque me canse", aclara.
A pocos días de su concierto de despedida en Palma, Lorenzo Santamaría viaja a su infancia
A pocos días de su concierto de despedida en Palma, Lorenzo Santamaría viaja a su infancia, al calabozo donde le metieron los grises, a sus inicios en el rock. "Siempre he sido un espíritu libre", afirma el músico, que se subirá al Auditorium el próximo 3 de noviembre para repasar todos sus grandes éxitos. "Un hombre de 77 años no puede estar dos horas en un concierto sin ir a mear, por eso hago intermedios en mis actuaciones, no porque me canse", aclara.
A pocos días de su concierto de despedida en Palma, Lorenzo Santamaría viaja a su infancia
A pocos días de su concierto de despedida en Palma, Lorenzo Santamaría viaja a su infancia, al calabozo donde le metieron los grises, a sus inicios en el rock. "Siempre he sido un espíritu libre", afirma el músico, que se subirá al Auditorium el próximo 3 de noviembre para repasar todos sus grandes éxitos. "Un hombre de 77 años no puede estar dos horas en un concierto sin ir a mear, por eso hago intermedios en mis actuaciones, no porque me canse", aclara.
A pocos días de su concierto de despedida en Palma, Lorenzo Santamaría viaja a su infancia
A pocos días de su concierto de despedida en Palma, Lorenzo Santamaría viaja a su infancia, al calabozo donde le metieron los grises, a sus inicios en el rock. "Siempre he sido un espíritu libre", afirma el músico, que se subirá al Auditorium el próximo 3 de noviembre para repasar todos sus grandes éxitos. "Un hombre de 77 años no puede estar dos horas en un concierto sin ir a mear, por eso hago intermedios en mis actuaciones, no porque me canse", aclara.
A pocos días de su concierto de despedida en Palma, Lorenzo Santamaría viaja a su infancia
A pocos días de su concierto de despedida en Palma, Lorenzo Santamaría viaja a su infancia, al calabozo donde le metieron los grises, a sus inicios en el rock. "Siempre he sido un espíritu libre", afirma el músico, que se subirá al Auditorium el próximo 3 de noviembre para repasar todos sus grandes éxitos. "Un hombre de 77 años no puede estar dos horas en un concierto sin ir a mear, por eso hago intermedios en mis actuaciones, no porque me canse", aclara.
A pocos días de su concierto de despedida en Palma, Lorenzo Santamaría viaja a su infancia, al calabozo donde le metieron los grises, a sus inicios en el rock. "Siempre he sido un espíritu libre", afirma el músico, que se subirá al Auditorium el próximo 3 de noviembre para repasar todos sus grandes éxitos. "Un hombre de 77 años no puede estar dos horas en un concierto sin ir a mear, por eso hago intermedios en mis actuaciones, no porque me canse", aclara.