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Pere Joan Oliver
Ver galería >Mientras varias decenas de niños esperan impacientes la cola del ‘pintacaras’, los voluntarios Andrea, Nerea, Marga y Alberto, del club d’esplai Xirol, caracterizan un rostro tras otro con círculos negros alrededor de los ojos y la cara completamente blanca. En pocas horas, Sa Riera se llenó ayer de pequeñas almas vivientes que corrían y jugaban por el recinto.
Pere Joan Oliver Orell
Mientras varias decenas de niños esperan impacientes la cola del ‘pintacaras’, los voluntarios Andrea, Nerea, Marga y Alberto, del club d’esplai Xirol, caracterizan un rostro tras otro con círculos negros alrededor de los ojos y la cara completamente blanca. En pocas horas, Sa Riera se llenó ayer de pequeñas almas vivientes que corrían y jugaban por el recinto.
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Mientras varias decenas de niños esperan impacientes la cola del ‘pintacaras’, los voluntarios Andrea, Nerea, Marga y Alberto, del club d’esplai Xirol, caracterizan un rostro tras otro con círculos negros alrededor de los ojos y la cara completamente blanca. En pocas horas, Sa Riera se llenó ayer de pequeñas almas vivientes que corrían y jugaban por el recinto.
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