El recital que este domingo clausuró el XXIII Festival de Poesia de la Mediterrània en el Teatre Principal de Palma se convirtió en un alegato por los derechos humanos, una condena de la violencia hacia las mujeres y una defensa de las libertades. Doce poetisas y poetas participaron en esta fiesta, entre ellos dos refugiados sirios, en el que se presentó a la poesía como «energía salvadora, literalmente y en todos los sentidos». Estuvieron acompañados sobre el escenario por el contrabajo de Antonio Cuenca.
La Festa de la Poesia lanza un alegato contra la violencia y a favor de la libertad
Manu Mielniezuk
El recital que este domingo clausuró el XXIII Festival de Poesia de la Mediterrània en el Teatre Principal de Palma se convirtió en un alegato por los derechos humanos, una condena de la violencia hacia las mujeres y una defensa de las libertades. Doce poetisas y poetas participaron en esta fiesta, entre ellos dos refugiados sirios, en el que se presentó a la poesía como «energía salvadora, literalmente y en todos los sentidos». Estuvieron acompañados sobre el escenario por el contrabajo de Antonio Cuenca.
La Festa de la Poesia lanza un alegato contra la violencia y a favor de la libertad
Manu Mielniezuk
El recital que este domingo clausuró el XXIII Festival de Poesia de la Mediterrània en el Teatre Principal de Palma se convirtió en un alegato por los derechos humanos, una condena de la violencia hacia las mujeres y una defensa de las libertades. Doce poetisas y poetas participaron en esta fiesta, entre ellos dos refugiados sirios, en el que se presentó a la poesía como «energía salvadora, literalmente y en todos los sentidos». Estuvieron acompañados sobre el escenario por el contrabajo de Antonio Cuenca.
La Festa de la Poesia lanza un alegato contra la violencia y a favor de la libertad
Manu Mielniezuk
El recital que este domingo clausuró el XXIII Festival de Poesia de la Mediterrània en el Teatre Principal de Palma se convirtió en un alegato por los derechos humanos, una condena de la violencia hacia las mujeres y una defensa de las libertades. Doce poetisas y poetas participaron en esta fiesta, entre ellos dos refugiados sirios, en el que se presentó a la poesía como «energía salvadora, literalmente y en todos los sentidos». Estuvieron acompañados sobre el escenario por el contrabajo de Antonio Cuenca.
La Festa de la Poesia lanza un alegato contra la violencia y a favor de la libertad
Manu Mielniezuk
El recital que este domingo clausuró el XXIII Festival de Poesia de la Mediterrània en el Teatre Principal de Palma se convirtió en un alegato por los derechos humanos, una condena de la violencia hacia las mujeres y una defensa de las libertades. Doce poetisas y poetas participaron en esta fiesta, entre ellos dos refugiados sirios, en el que se presentó a la poesía como «energía salvadora, literalmente y en todos los sentidos». Estuvieron acompañados sobre el escenario por el contrabajo de Antonio Cuenca.
La Festa de la Poesia lanza un alegato contra la violencia y a favor de la libertad
Manu Mielniezuk
El recital que este domingo clausuró el XXIII Festival de Poesia de la Mediterrània en el Teatre Principal de Palma se convirtió en un alegato por los derechos humanos, una condena de la violencia hacia las mujeres y una defensa de las libertades. Doce poetisas y poetas participaron en esta fiesta, entre ellos dos refugiados sirios, en el que se presentó a la poesía como «energía salvadora, literalmente y en todos los sentidos». Estuvieron acompañados sobre el escenario por el contrabajo de Antonio Cuenca.
La Festa de la Poesia lanza un alegato contra la violencia y a favor de la libertad
Manu Mielniezuk
El recital que este domingo clausuró el XXIII Festival de Poesia de la Mediterrània en el Teatre Principal de Palma se convirtió en un alegato por los derechos humanos, una condena de la violencia hacia las mujeres y una defensa de las libertades. Doce poetisas y poetas participaron en esta fiesta, entre ellos dos refugiados sirios, en el que se presentó a la poesía como «energía salvadora, literalmente y en todos los sentidos». Estuvieron acompañados sobre el escenario por el contrabajo de Antonio Cuenca.
El recital que este domingo clausuró el XXIII Festival de Poesia de la Mediterrània en el Teatre Principal de Palma se convirtió en un alegato por los derechos humanos, una condena de la violencia hacia las mujeres y una defensa de las libertades. Doce poetisas y poetas participaron en esta fiesta, entre ellos dos refugiados sirios, en el que se presentó a la poesía como «energía salvadora, literalmente y en todos los sentidos». Estuvieron acompañados sobre el escenario por el contrabajo de Antonio Cuenca.