Un año y medio después, el Augusta abrirá mañana sus puertas con el propósito de recuperar la sonrisa y la ilusión entre los espectadores. Atrás queda una larga travesía en la oscuridad, marcada por la descapitalización, los ERTE y el desánimo entre trabajadores y empresa. Desde hace quince días, cuando los responsables de la sala más emblemática de Palma comunicaron a su plantilla la fecha de reapertura, la felicidad ha sido protagonista absoluta en este antiguo local de Avingudes, donde el trajín de empleados se ha prolongado hasta el último día con el fin de que todo esté perfecto en el día más esperado.
Augusta reabre con el deseo de recuperar trabajadores y la sonrisa de los espectadores
Un año y medio después, el Augusta abrirá mañana sus puertas con el propósito de recuperar la sonrisa y la ilusión entre los espectadores. Atrás queda una larga travesía en la oscuridad, marcada por la descapitalización, los ERTE y el desánimo entre trabajadores y empresa. Desde hace quince días, cuando los responsables de la sala más emblemática de Palma comunicaron a su plantilla la fecha de reapertura, la felicidad ha sido protagonista absoluta en este antiguo local de Avingudes, donde el trajín de empleados se ha prolongado hasta el último día con el fin de que todo esté perfecto en el día más esperado.
Augusta reabre con el deseo de recuperar trabajadores y la sonrisa de los espectadores
Un año y medio después, el Augusta abrirá mañana sus puertas con el propósito de recuperar la sonrisa y la ilusión entre los espectadores. Atrás queda una larga travesía en la oscuridad, marcada por la descapitalización, los ERTE y el desánimo entre trabajadores y empresa. Desde hace quince días, cuando los responsables de la sala más emblemática de Palma comunicaron a su plantilla la fecha de reapertura, la felicidad ha sido protagonista absoluta en este antiguo local de Avingudes, donde el trajín de empleados se ha prolongado hasta el último día con el fin de que todo esté perfecto en el día más esperado.
Augusta reabre con el deseo de recuperar trabajadores y la sonrisa de los espectadores
Un año y medio después, el Augusta abrirá mañana sus puertas con el propósito de recuperar la sonrisa y la ilusión entre los espectadores. Atrás queda una larga travesía en la oscuridad, marcada por la descapitalización, los ERTE y el desánimo entre trabajadores y empresa. Desde hace quince días, cuando los responsables de la sala más emblemática de Palma comunicaron a su plantilla la fecha de reapertura, la felicidad ha sido protagonista absoluta en este antiguo local de Avingudes, donde el trajín de empleados se ha prolongado hasta el último día con el fin de que todo esté perfecto en el día más esperado.
Augusta reabre con el deseo de recuperar trabajadores y la sonrisa de los espectadores
Un año y medio después, el Augusta abrirá mañana sus puertas con el propósito de recuperar la sonrisa y la ilusión entre los espectadores. Atrás queda una larga travesía en la oscuridad, marcada por la descapitalización, los ERTE y el desánimo entre trabajadores y empresa. Desde hace quince días, cuando los responsables de la sala más emblemática de Palma comunicaron a su plantilla la fecha de reapertura, la felicidad ha sido protagonista absoluta en este antiguo local de Avingudes, donde el trajín de empleados se ha prolongado hasta el último día con el fin de que todo esté perfecto en el día más esperado.
Un año y medio después, el Augusta abrirá mañana sus puertas con el propósito de recuperar la sonrisa y la ilusión entre los espectadores. Atrás queda una larga travesía en la oscuridad, marcada por la descapitalización, los ERTE y el desánimo entre trabajadores y empresa. Desde hace quince días, cuando los responsables de la sala más emblemática de Palma comunicaron a su plantilla la fecha de reapertura, la felicidad ha sido protagonista absoluta en este antiguo local de Avingudes, donde el trajín de empleados se ha prolongado hasta el último día con el fin de que todo esté perfecto en el día más esperado.