Hace ya 30 años que los mallorquines empezamos a saber que hablar de un rap no es hablar de música sino de un peix, que en el sur de Llubí patrullaba el temido Sheriff Ripoll o que el nombre de Tòfol Colom no alude al descubridor de América, sino a un joven que va de Felanitx a Washington. Estas afirmaciones, que pueden parecer un tanto alocadas, son parte de las letras de algunas de las canciones más icónicas de Ossifar, un grupo local que se convirtió en el rey de las verbenas de Mallorca en los años 90.
El grupo Ossifar, en una de sus primeras imágenes juntos.
DM
Hace ya 30 años que los mallorquines empezamos a saber que hablar de un rap no es hablar de música sino de un peix, que en el sur de Llubí patrullaba el temido Sheriff Ripoll o que el nombre de Tòfol Colom no alude al descubridor de América, sino a un joven que va de Felanitx a Washington. Estas afirmaciones, que pueden parecer un tanto alocadas, son parte de las letras de algunas de las canciones más icónicas de Ossifar, un grupo local que se convirtió en el rey de las verbenas de Mallorca en los años 90.
Llàtzer Méndez y Luis Arboledas, los dos vocalistas de la desaparecida banda.
Guillem Bosch
Hace ya 30 años que los mallorquines empezamos a saber que hablar de un rap no es hablar de música sino de un peix, que en el sur de Llubí patrullaba el temido Sheriff Ripoll o que el nombre de Tòfol Colom no alude al descubridor de América, sino a un joven que va de Felanitx a Washington. Estas afirmaciones, que pueden parecer un tanto alocadas, son parte de las letras de algunas de las canciones más icónicas de Ossifar, un grupo local que se convirtió en el rey de las verbenas de Mallorca en los años 90.
Ossifar durante la presentación de una gira.
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Hace ya 30 años que los mallorquines empezamos a saber que hablar de un rap no es hablar de música sino de un peix, que en el sur de Llubí patrullaba el temido Sheriff Ripoll o que el nombre de Tòfol Colom no alude al descubridor de América, sino a un joven que va de Felanitx a Washington. Estas afirmaciones, que pueden parecer un tanto alocadas, son parte de las letras de algunas de las canciones más icónicas de Ossifar, un grupo local que se convirtió en el rey de las verbenas de Mallorca en los años 90.
El grupo en una imagen promocional.
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Hace ya 30 años que los mallorquines empezamos a saber que hablar de un rap no es hablar de música sino de un peix, que en el sur de Llubí patrullaba el temido Sheriff Ripoll o que el nombre de Tòfol Colom no alude al descubridor de América, sino a un joven que va de Felanitx a Washington. Estas afirmaciones, que pueden parecer un tanto alocadas, son parte de las letras de algunas de las canciones más icónicas de Ossifar, un grupo local que se convirtió en el rey de las verbenas de Mallorca en los años 90.
Una abarrotada plaza Major de Palma durante uno de sus conciertos.
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Hace ya 30 años que los mallorquines empezamos a saber que hablar de un rap no es hablar de música sino de un peix, que en el sur de Llubí patrullaba el temido Sheriff Ripoll o que el nombre de Tòfol Colom no alude al descubridor de América, sino a un joven que va de Felanitx a Washington. Estas afirmaciones, que pueden parecer un tanto alocadas, son parte de las letras de algunas de las canciones más icónicas de Ossifar, un grupo local que se convirtió en el rey de las verbenas de Mallorca en los años 90.
Hace ya 30 años que los mallorquines empezamos a saber que hablar de un rap no es hablar de música sino de un peix, que en el sur de Llubí patrullaba el temido Sheriff Ripoll o que el nombre de Tòfol Colom no alude al descubridor de América, sino a un joven que va de Felanitx a Washington. Estas afirmaciones, que pueden parecer un tanto alocadas, son parte de las letras de algunas de las canciones más icónicas de Ossifar, un grupo local que se convirtió en el rey de las verbenas de Mallorca en los años 90.