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Javier Fernández
Ver galería >¡Pero vamos a ver, que la señora tiene 95 años! Sí, me refiero a Isabel II que, por primera vez, apareció en público usando un bastón para salir del coche y caminar. Una imagen inédita que ha sorprendido (¿?) a medio mundo y de la que no se deja de hablar. Tanto ha sido así, que fuentes del palacio de Buckingham tuvieron que salir al paso y decir eso de que lo usa «para su comodidad»; como si envejecer fuera cómodo, fácil o delito. Me ha recordado esta justificación, salvando las distancias, claro, a las explicaciones que ha tenido que dar Linda Evangelista, la antaño supermodelo internacional,y que ahora permanece recluida en su casa por una depresión a raíz de los resultados de un tratamiento estético que la ha dejado irreconocible. Tenemos, así en plural, como sociedad, un talento innato para criticar y hacer odas a la belleza, obviando que todos vamos a acabar en el mismo sitio. Por favor, seamos mucho más naturales, admiremos más la mente y menos el físico; salgamos de nuestra zona de confort y empezemos a valorar lo diferente.
¡Pero vamos a ver, que la señora tiene 95 años! Sí, me refiero a Isabel II que, por primera vez, apareció en público usando un bastón para salir del coche y caminar. Una imagen inédita que ha sorprendido (¿?) a medio mundo y de la que no se deja de hablar. Tanto ha sido así, que fuentes del palacio de Buckingham tuvieron que salir al paso y decir eso de que lo usa «para su comodidad»; como si envejecer fuera cómodo, fácil o delito. Me ha recordado esta justificación, salvando las distancias, claro, a las explicaciones que ha tenido que dar Linda Evangelista, la antaño supermodelo internacional,y que ahora permanece recluida en su casa por una depresión a raíz de los resultados de un tratamiento estético que la ha dejado irreconocible. Tenemos, así en plural, como sociedad, un talento innato para criticar y hacer odas a la belleza, obviando que todos vamos a acabar en el mismo sitio. Por favor, seamos mucho más naturales, admiremos más la mente y menos el físico; salgamos de nuestra zona de confort y empezemos a valorar lo diferente.
¡Pero vamos a ver, que la señora tiene 95 años! Sí, me refiero a Isabel II que, por primera vez, apareció en público usando un bastón para salir del coche y caminar. Una imagen inédita que ha sorprendido (¿?) a medio mundo y de la que no se deja de hablar. Tanto ha sido así, que fuentes del palacio de Buckingham tuvieron que salir al paso y decir eso de que lo usa «para su comodidad»; como si envejecer fuera cómodo, fácil o delito. Me ha recordado esta justificación, salvando las distancias, claro, a las explicaciones que ha tenido que dar Linda Evangelista, la antaño supermodelo internacional,y que ahora permanece recluida en su casa por una depresión a raíz de los resultados de un tratamiento estético que la ha dejado irreconocible. Tenemos, así en plural, como sociedad, un talento innato para criticar y hacer odas a la belleza, obviando que todos vamos a acabar en el mismo sitio. Por favor, seamos mucho más naturales, admiremos más la mente y menos el físico; salgamos de nuestra zona de confort y empezemos a valorar lo diferente.
¡Pero vamos a ver, que la señora tiene 95 años! Sí, me refiero a Isabel II que, por primera vez, apareció en público usando un bastón para salir del coche y caminar. Una imagen inédita que ha sorprendido (¿?) a medio mundo y de la que no se deja de hablar. Tanto ha sido así, que fuentes del palacio de Buckingham tuvieron que salir al paso y decir eso de que lo usa «para su comodidad»; como si envejecer fuera cómodo, fácil o delito. Me ha recordado esta justificación, salvando las distancias, claro, a las explicaciones que ha tenido que dar Linda Evangelista, la antaño supermodelo internacional,y que ahora permanece recluida en su casa por una depresión a raíz de los resultados de un tratamiento estético que la ha dejado irreconocible. Tenemos, así en plural, como sociedad, un talento innato para criticar y hacer odas a la belleza, obviando que todos vamos a acabar en el mismo sitio. Por favor, seamos mucho más naturales, admiremos más la mente y menos el físico; salgamos de nuestra zona de confort y empezemos a valorar lo diferente.
¡Pero vamos a ver, que la señora tiene 95 años! Sí, me refiero a Isabel II que, por primera vez, apareció en público usando un bastón para salir del coche y caminar. Una imagen inédita que ha sorprendido (¿?) a medio mundo y de la que no se deja de hablar. Tanto ha sido así, que fuentes del palacio de Buckingham tuvieron que salir al paso y decir eso de que lo usa «para su comodidad»; como si envejecer fuera cómodo, fácil o delito. Me ha recordado esta justificación, salvando las distancias, claro, a las explicaciones que ha tenido que dar Linda Evangelista, la antaño supermodelo internacional,y que ahora permanece recluida en su casa por una depresión a raíz de los resultados de un tratamiento estético que la ha dejado irreconocible. Tenemos, así en plural, como sociedad, un talento innato para criticar y hacer odas a la belleza, obviando que todos vamos a acabar en el mismo sitio. Por favor, seamos mucho más naturales, admiremos más la mente y menos el físico; salgamos de nuestra zona de confort y empezemos a valorar lo diferente.
¡Pero vamos a ver, que la señora tiene 95 años! Sí, me refiero a Isabel II que, por primera vez, apareció en público usando un bastón para salir del coche y caminar. Una imagen inédita que ha sorprendido (¿?) a medio mundo y de la que no se deja de hablar. Tanto ha sido así, que fuentes del palacio de Buckingham tuvieron que salir al paso y decir eso de que lo usa «para su comodidad»; como si envejecer fuera cómodo, fácil o delito. Me ha recordado esta justificación, salvando las distancias, claro, a las explicaciones que ha tenido que dar Linda Evangelista, la antaño supermodelo internacional,y que ahora permanece recluida en su casa por una depresión a raíz de los resultados de un tratamiento estético que la ha dejado irreconocible. Tenemos, así en plural, como sociedad, un talento innato para criticar y hacer odas a la belleza, obviando que todos vamos a acabar en el mismo sitio. Por favor, seamos mucho más naturales, admiremos más la mente y menos el físico; salgamos de nuestra zona de confort y empezemos a valorar lo diferente.
¡Pero vamos a ver, que la señora tiene 95 años! Sí, me refiero a Isabel II que, por primera vez, apareció en público usando un bastón para salir del coche y caminar. Una imagen inédita que ha sorprendido (¿?) a medio mundo y de la que no se deja de hablar. Tanto ha sido así, que fuentes del palacio de Buckingham tuvieron que salir al paso y decir eso de que lo usa «para su comodidad»; como si envejecer fuera cómodo, fácil o delito. Me ha recordado esta justificación, salvando las distancias, claro, a las explicaciones que ha tenido que dar Linda Evangelista, la antaño supermodelo internacional,y que ahora permanece recluida en su casa por una depresión a raíz de los resultados de un tratamiento estético que la ha dejado irreconocible. Tenemos, así en plural, como sociedad, un talento innato para criticar y hacer odas a la belleza, obviando que todos vamos a acabar en el mismo sitio. Por favor, seamos mucho más naturales, admiremos más la mente y menos el físico; salgamos de nuestra zona de confort y empezemos a valorar lo diferente.
¡Pero vamos a ver, que la señora tiene 95 años! Sí, me refiero a Isabel II que, por primera vez, apareció en público usando un bastón para salir del coche y caminar. Una imagen inédita que ha sorprendido (¿?) a medio mundo y de la que no se deja de hablar. Tanto ha sido así, que fuentes del palacio de Buckingham tuvieron que salir al paso y decir eso de que lo usa «para su comodidad»; como si envejecer fuera cómodo, fácil o delito. Me ha recordado esta justificación, salvando las distancias, claro, a las explicaciones que ha tenido que dar Linda Evangelista, la antaño supermodelo internacional,y que ahora permanece recluida en su casa por una depresión a raíz de los resultados de un tratamiento estético que la ha dejado irreconocible. Tenemos, así en plural, como sociedad, un talento innato para criticar y hacer odas a la belleza, obviando que todos vamos a acabar en el mismo sitio. Por favor, seamos mucho más naturales, admiremos más la mente y menos el físico; salgamos de nuestra zona de confort y empezemos a valorar lo diferente.
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