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Gastronomía DM

El Codony, fruta de otoño que resurge en la alta cocina

Membrilleros a punto de recolección.

El membrillo fruto del membrillero, árbol de la familia de las rosáceas, al igual que las peras y las manzanas. Crece en climas fríos y templados. Originario de tierras mesopotámicas.

Los griegos lo importaron de la isla de Creta, concretamente de Cydon de ahí su nombre científico, Cydonia Oblonga. A través de rutas marítimas llega a España y posteriormente al continente americano.

En las culturas griega y romana lo consagraron a Afrodita y Venus diosas del amor. Dicen que lo daban de comer a los novios como símbolo de suerte y fecundidad.

Desde Grecia hasta el Renacimiento se ha relacionado simbólicamente con el matrimonio, la fertilidad y el sexo. En la Edad Media no faltaba en las mesas de monarcas y aristócratas.

El membrillo es un fruto carnoso de color verde claro cuando es inmaduro que se transforma en amarillo brillante al alcanzar su plena maduración. Fruta aromática y muy olorosa (las abuelas la introducían en los armarios para aromatizar el ajuar).

La cosecha se realiza entre septiembre y diciembre. Una vez recolectada se conserva en buenas condiciones entre dos y tres meses.

A la hora de adquirir esta fruta hay que tener muy presente su grado de maduración; si los adquirimos verdes podemos dejarlos madurar a temperatura ambiente, si por el contrario los compramos amarillos hay que consumirlos inmediatamente o por el contrario envolverlos en papel de manera individual y guardarlos en el frigorífico.

Probablemente fue una de las primeras frutas que se utilizó en conserva y cocinada es una excelente acompañante en los platos de caza.

Su carne es áspera y astringente y de sabor ácido por lo que es recomendable consumirlo cocido, asado o transformado en carne de membrillo, en un buen alioli o, porque no, en un buen licor como el que ´Mado Coloma´ en su popular recetario de cocina popular mallorquina nos dejó: ´Se pelan los membrillos y se hacen trozos y seguidamente se muelen (pueden hacerlo con la maquinilla de moler la carne) y del jugo se ponen cuatro vasos dentro de una olla y dos vasos de alcohol y cuatro vasos de azúcar, un limón a trocitos y un poco de vainilla, se mezcla todo y cuando el azúcar este derretido se pone dentro de una garrafa y se tapa. Se tiene durante once días removiéndolo una vez al día, transcurrido este tiempo se pasa por un papel filtro y se guarda en botellas bien tapadas. Puede ponerse más azúcar o más alcohol pero menos no´

Su alto contenido en pectina lo hace idóneo para la elaboración de mermeladas, compotas y jaleas, sin tener que añadir algún espesante más.

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