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El producto de la tierra

Albergínia: delicioso regusto amargo en el plato

Existe una gran variedad de tipos de berenjena, diferentes en color y forma.

Hace más de cuatro mil años que se incorporó a la alimentación humana, en el sudeste asiático; y hace mil años se cultivaba en Egipto y de allí se extendió a Occidente. En el área mediterránea se utiliza de forma generalizada a partir de la edad media, siendo un ingrediente imprescindible en platos tradicionales de Turquia, Túnez, Grecia, Italia, el sur de Francia y el área mediterránea de España, donde hay referencias en recetarios del siglo XV. Desde España desembarca en Latinoamérica.

Como pasa con el tomate y el pimiento, el sol es vital para la 'albergínia'. De hecho, estamos en plena temporada, por lo que, ahora, la berenjena es más sabrosa y rica que la que se ofrece el resto de año.

La que se ha cultivado tradicionalmente en la isla es "negra, de forma alargada y delgada", apunta Biel Torrens, payés ecológico de Can Caló, en Ruberts (Sencelles). Ahora bien, también existe otra variedad como la la morada, que como su nombre indica tiene la piel de este color. A estas dos, hay que añadir la "conocida como blanca, que tiene un color crema, que también es típica de los campos mallorquines", señala Torrens, pese a que su cultivo ha retrocedido en favor de otras variedades.

Hortaliza con nicotina

Como pasa con muchos alimentos, la 'albergínia' cuenta con un gran número de variedades, diferentes en color y forma. Las hay de abultadas, ovaladas y alargadas, además de verdes, blancas, moradas, negras, bicolores y hasta las hay de amarillas. Está formada por un 92% de agua y es rica en potasio. También tiene fósforo, calcio, magnesio y hierro, pero en muy pequeñas cantidades. Ahora bien, lo que llama la atención es que uno de sus componentes es la nicotina. Esta sustancia, que encontramos en el tabaco, está presente en esta hortaliza. Ahora bien, es necesario puntualizar que se deberían tomar kilos de berenjenas para llegar a tener la misma cantidad de nicotina de un solo cigarro.

¿Tóxica?

La 'albergínia´, como muchos otros alimentos de origen vegetal, contiene alcaloides, que en dosis elevadas puede ser tóxico. Por ello, se recomienda que la berenjena se consuma cocinada. De esta manera, se destruye este compuesto químico natural.

Aquellas personas que las encuentran amargas pueden bañarlas con leche y un poco de agua. También hay quien les pone sal y las deja reposar durante media hora, así pierden agua y parte de la amargor.

Platos para disfrutarlas

Son imprescindibles para elaborar una riquísima escalivada o un sabroso 'tombet', ya sea solo, con huevos fritos, con lomo o con 'costelles de me'. Son deliciosas para comer 'farcides de carn capolada', aunque también hay quien las rellena de verduras o pescado. Otro plato delicioso es la 'corona d'albergínies', como suele prepararlas mi pareja. Se cortan en rodajas y se fríen, luego se ponen en una bandeja; A parte de baten huevos y se tiran por encima de la berenjena y al final todo de cubre con salsa de tomate natural, y se deja en el horno hasta que esté listo. Otra manera de prepararlas es como 'chips': se cortan en rodajas, se fríen y se les pone sal y miel. En otros lugares del mundo se comen como patí, sirva de ejemplo el 'baba ganoush' tunecino, también en España suele comerse encurtida y aliñada, como pasa con las de Almagro, o en forma de musaka, una especie de lasaña de berenjenas típica de los Balcanes y de medio oriente.

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