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Móviles

El adiós al ´roaming´ en Europa también tiene su letra pequeña

Desde el miércoles el sobrecoste que suponía la itinerancia móvil en la Unión Europea ha desaparecido, y pese al gran avance que supone...

El adiós al ´roaming´ en Europa también tiene su letra pequeña

Hasta este miércoles, cuando viajábamos por Europa debíamos tener mucho cuidado con el uso que se hacía de ese apéndice digital tan propio del humano del siglo XXI llamado smartphone. Los más versados en los viajes allende las fronteras patrias sabían que lo primero era desactivar el roaming de datos. Lo segundo, dejar un mensaje de voz en el contestador explicando que nos encontrábamos fuera de nuestro país para así evitar incómodas -y caras- llamadas. Lo tercero, una vez llegados a nuestro destino internacional, buscar desesperadamente redes wifi gratuitas. Pero tal vez lo primero que habría que hacer es explicar qué es el roaming o itinerancia móvil.

Simplificándolo mucho, podríamos decir que el roaming es un sobrecoste que los operadores aplican a los usuarios por usar su infraestructura móvil cuando estos últimos están en otro país. Si lo analizamos bien tiene toda su lógica ya que las antenas, repetidores e infraestructuras que un operador de telefonía monta en un país es para el uso de sus clientes. Tiene sentido que si un usuario que no es cliente de dicha compañía usa esa infraestructura, pague una cuota por ello. Aunque también es cierto que, en algunos casos, a ciertos operadores se les fue la mano con ese sobrecoste. ¿Quién no conoce algún caso de alguien que se fue de viaje a otro país y al regresar se encontró con una factura de 500 o 600 euros?

Todo eso se terminó el miércoles 15 de junio de 2017. Hace apenas dos días. La nueva, necesaria, inteligente y aplaudida normativa europea obliga a todos los operadores que operan dentro de la Unión Europea a eliminar el sobrecoste derivado del llamado roaming, algo que algunos operadores en Europa ya habían hecho desde hacía tiempo. En España, Vodafone eliminó el sobrecoste para sus contratos en 2015. El sobrecoste que se pagaba ha desaparecido desde el miércoles, pero no del todo y no en todas partes. En primer lugar hay que aclarar que el roaming sigue existiendo fuera de los países de la UE. Esto significa que si viajamos a países como, por ejemplo Andorra, Suiza o Noruega que sí están dentro del tratado de libre circulación de personas pero no en la Unión Europea, tendremos que pagar el sobrecoste de la itinerancia de datos. Este dato es importante ya que Andorra es un país muy visitado por los españoles, y precisamente el principado situado en los Pirineos tiene una de las tarifas de roaming más caras de Europa. Por otro lado, huelga decir que fuera de nuestro continente -por ejemplo, en EE UU- no dispondremos de esta ventaja.

Así pues, la itinerancia de datos ya no existe, de forma automática, en ninguno de los operadores de telefonía existentes en la Unión Europea. Y esto afecta tanto a los contratos como a las líneas de prepago. Las condiciones de dichas líneas tampoco se verán alteradas, y tanto los costes de las llamadas como el consumo de datos se facturará en cualquier país de la UE igual que en España. Esto significa que si, por ejemplo, servidor tiene un contrato de datos que incluye 20 Gb. de tráfico, puedo disponer de esos 20 Gb. tanto en España como en Francia, Alemania, Italia o Gran Bretaña.

Pero hay una letra pequeña. O varias. Si un operador justificara que no puede asumir los gastos derivados de esta nueva normativa europea, podrá salirse de ella. Por ahora ningún operador español lo ha hecho.

Por su parte, la UE ha puesto en manos de los operadores la posibilidad de eliminar el roaming gratis en ciertas situaciones. Si un usuario hiciera más uso del teléfono fuera de su país que en el de origen durante cuatro meses seguidos, el operador podría rescindirle el roaming gratuito. Además, para evitar que un residente en un país pueda contratar tarifas más ventajosas de otros países de la UE, los operadores podrán pedir que se acredite la residencia en ese estado. Caso aparte son situaciones como un Erasmus, ya que en este caso el desplazamiento a otro país de forma prolongada es justificado y, en estas circunstancias, los operadores no deberían poner ningún tipo de problemas.

Por lo pronto, ahora que llegan las vacaciones, ya se podrá disfrutar del móvil en el extranjero igual que si estuviéramos en casa. Las mismas condiciones del contrato doméstico se aplicarán fuera, sin gastos ni sustos extraordinarios al volver del merecido descanso.

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