Ser disciplinado y hacer un presupuesto de las necesidades básicas y, por otra parte, saber compatibilizar este esfuerzo con el ahorro para disfrutar del tiempo de ocio es una de las grandes preocupaciones de muchos españoles en un momento de gran incertidumbre en lo que respecta a la economía, en el que los precios no paran de subir. COn este panorama, muchos han decidido aplicar a su economía doméstica una fórmula para el ahorro propuesta por algunos expertos: la regla del 50-20-30.

¿En qué consiste este método?

El método tiene su razón de ser en los porcentajes. El 50% se dedica a las necesidades fundamentales, el 20% al ahorro y el 30% a gastos de carácter personal. No obstante, lo ajustado de los ingresos de muchos hogares hará difícil cumplir con esta regla, ya que los gastos del día a día se imponen en la realidad de muchas familias españolas

Así, el 50% de los ingresos o rentas que se perciban deben destinarse a los aspectos inaplazables: facturas, cuotas de hipotecas o alquiler, la cesta de la compra, transportes, recibos... La previsión es dedicar el 50% de lo que se gana a estos conceptos. Si sobra algo, mucho mejor: debe destinarse a la siguiente partida, la del ahorro.

El 20% de los ingresos deben asignarse al ahorro. De esta manera, se podrán cubrir gastos imprevistos y otros como la reforma de la vivienda, un tratamiento médico o nuevas situaciones familiares. El ahorro debe potenciarse desde edades tempranas, ya que en la adultez costará mucho menos atender debidamente este hábito.

Por último, el 30% de los ingresos se pueden asignar a gastos personales: actividades físicas de ocio, como el gimnasio, viajes, cursos, etc. En Internet y en los teléfonos móviles existen diversas aplicaciones que ayudan a cuantificar estos conceptos y a llevar las cuentas de manera efectiva.