¿Podré cobrar la pensión si no he cotizado? Es una duda más habitual de lo que creemos. Muchas personas pueden encontrar que llegan a la edad de jubilación sin haber trabajado los años necesarios para recibir la prestación o sin haber cotizado por haberse dedicado al trabajo doméstico. Si esa es tu situación, no te preocupes, existe una pensión para aquellas personas que no han cotizado. Desde iAhorro te contamos qué es una pensión no contributiva.

En España se tiene acceso a la pensión por jubilación a los 65 años. Para que la prestación se dé en su totalidad se tendrá que haber cotizado un mínimo de 36 años y 9 meses, y a partir de 2027 un mínimo de 38 años y 6 meses. Además, el mínimo cotizado para tener derecho a esta prestación es de 15 años, y dos de esos años cotizados deben estar dentro de los 15 años inmediatamente anteriores al momento de obtener la pensión.

Pero existe un tipo de pensiones para aquellas personas que por algún motivo no han podido alcanzar esta cotización: las pensiones no contributivas. La Seguridad Social define las pensiones no contributivas como "prestaciones económicas que se reconocen a aquellos ciudadanos que, encontrándose en situación de necesidad protegible, carezcan de recursos suficientes para su subsistencia en los términos legalmente establecidos, aun cuando no hayan cotizado nunca o el tiempo suficiente para alcanzar las prestaciones del nivel contributivo".

El requisito indispensable para tener derecho a recibir este tipo de pensión es probar la escasez de las rentas de las que se dispone, no pudiendo ser los ingresos superiores a 5.488 euros anuales. Esta cantidad varía si se convive con familiares.

En cuanto a la cantidad que se recibe al acceder a las pensiones no contributivas, el mínimo es de 98,90 euros mensuales (1.384,60 euros al año). Si se recibe la cuantía íntegra serán 395,60 euros al mes (5.538,40 euros al año). Y como última opción se podrá recibir la prestación íntegra y un incremento del 50%, recibiendo 593,40 euros mensuales (8.307,60 euros al año).

Además, la pensión no contributiva no es únicamente para jubilados, sino que hay dos modalidades:

- La pensión contributiva por invalidez. Para personas de entre 18 y 65 años con una discapacidad igual o superior al 65%. Deben residir en territorio español y haberlo hecho durante un período de cinco años, de los cuales dos han de ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de la solicitud.

- La pensión contributiva de jubilación es para personas de 65 años o más. Y para poder acceder a ella se deben reunir los siguientes requisitos: ser residente en territorio español durante al menos diez años a partir de los 16 años. Y dos de esos diez años han de ser consecutivos e inmediatamente anteriores al momento de solicitar esta prestación.

La pensión no contributiva de jubilación es incompatible con la de incapacidad, también con las pensiones asistenciales, con los subsidios de ingresos mínimos y con la asignación familiar por hijo a cargo con discapacidad.

La pensión no contributiva se solicita en las oficinas de los Servicios Sociales de las comunidades autónomas o del Imserso. También se puede tramitar por correo.

Una vez se acceda a esta pensión será vitalicia. Si bien, las personas que reciben la prestación están obligadas a comunicar cada año al organismo que gestione su pensión cualquier variación en su situación, llevando a cabo una declaración anual de sus rentas e ingresos y los de su unidad familiar de convivencia.