Navidad es esa época del año en la que los excesos están a la orden del día. El fenómeno 'mejor que sobre a que falte' se cuela en los hogares para celebrar las reuniones familiares, pudiendo golpear gravemente en la economía doméstica. Según el estudio 'Consumo navideño 2016', elaborado por Deloitte, las familias españoles gastarán 682 euros durante las fiestas navideñas, de los cuales 200 euros irán destinados a la alimentación.

A pesar de adentrarnos en diciembre, hasta final de mes no comienza la festividad navideña. Sin embargo, son cada vez más los que adelantan las compras para ahorrar. Durante los días festivos los productos suben de precio, por lo que comprar los alimentos con antelación es una buena opción para no hacer sufrir tanto al bolsillo.

Una gran parte de los consumidores piensa que las cadenas de alimentación se aprovechan de ellos al encarecer el precio de los productos simplemente ser Navidad. No obstante, los productos se encarecen porque la demanda está por encima de la oferta. Según datos de la OCU, los precios podrían incrementarse entre un 3 y un 30 %.

Un ejemplo: el consumidor se podría ahorrar hasta tres o cuatro euros por kg de cochinillo o cordero si lo compra dos semanas antes de los días festivos. El pescado y el marisco son otros de los productos que incrementan sus precios, especialmente besugos, carabineros y cigalas frescas.

Planificación a la hora de comprar

Las técnicas de ahorro se van asentando entre los consumidores. A pesar de que diciembre continúa siendo el mes con mayor venta de alimentos, las ventas se han ido adelantando a noviembre.

Llevar la compra al día y planificada nos puede ayudar más allá del ahorro. Librarnos de colas, del estrés de comprar a última hora y aglomeraciones en centros comerciales o mercados en ganar en salud.

Otra técnica para ahorrar dinero es tener claro lo que queremos comprar. Por ello, llevar el dinero en efectivo y no en la tarjeta de crédito nos ayudará a no sobrepasarnos en el precio y no generar exceso de comida que acabaría en el desperdicio de alimentos.

Conservación de los alimentos

La adecuada conservación de la compra es vital para que el género no se eche a perder. El método más habitual pasa por congelar los alimentos. Si decidimos congelar la comida debemos tener en cuenta tres factores: temperatura, preparación y descongelación.

La temperatura perfecta para conservar los alimentos se sitúa por debajo de los -18º. En cuanto a la preparación, es recomendable trocear el producto en función de su consumo. Las piezas las introduciremos en un envoltorio sin grietas para evitar el contacto con el aire y marcaremos el embalaje con la fecha de congelación.

Cuando decidamos descongelar el producto, tenemos diferentes opciones: dejarlo 24 horas en el frigorífico, en agua fría entre media hora y una hora o en el microondas.