Aunque estos meses hayamos sufrido subidas moderadas en el precio del combustible por el efecto de la bajada del euro con respecto al dólar, afrontamos un arranque de primavera con un precio del petróleo muy inferior al que teníamos el año pasado. El momento del año es importante, ya que tradicionalmente el menor consumo de combustibles en primavera y verano en el hemisferio norte lleva a una reducción de los precios.

De momento las reservas de crudo siguen subiendo y el precio, con algunos vaivenes, tienden de nuevo a la baja. Todo ello está llevando a que algunos analistas apuesten por una ruptura del precio de 40 dólares/barril para los próximos meses, por debajo incluso en el que el petróleo extraído a través del fracking es rentable. Todo ello tendrá un importante efecto económico para los países exportadores y también para los importadores (negativo para los primeros y positivo para los segundos) y dentro de estos beneficios para empresas y ciudadanos.

Beneficios económicos en general

España está entre los países que se beneficiarán por un petróleo más barato. En concreto, en el año 2013 las importaciones de petróleo se elevaron a 35 millones de barriles por un valor de 34.800 millones de euros, que sumados a los 10.700 millones por compra de gas natural elevó la factura energética a 45.500 millones de euros.

Para ver rápidamente estas ventajas tan sólo hace falta destacar un dato. En España en la última década el consumo de petróleo se ha mantenido bastante estable, pero hemos multiplicado por más de 2 lo que hemos pagado por ello por el efecto de la subida de precios. Por ello, cada 10% de bajada supone un ahorro económico superior a los 2.700 millones. En el escenario de un petróleo en 50 dólares el barril todo el 2015, llegaríamos a los 8.500 millones de euros de ahorro, a pesar de la subida del dólar.

El beneficio ayuda a las cuentas ajustar nuestra balanza comercial, disminuyendo las importaciones y haciendo mucho más competitivas las empresas. Por un lado el coste de los productos se reduce y se puede vender en condiciones más competitivas. Pero no sólo eso, el ahorro en costes se traduce en mayor dinero disponible para las empresas que impulsa la inversión y con ello una segunda vía de transmisión al consumidor.

Ventajas menos directas para los consumidores

Las vías de transmisión al consumidor son más indirectas que directas, ya que gasolina y gasóleo han bajado mucho menos que lo ha hecho el petróleo. Aún así tienen ciertos beneficios directos:

  • Transporte privado: Donde lo notamos más rápidamente. Si consumimos el mismo combustible con más dinero en el bolsillo, pero en muchos casos llevando a un mayor aumento del uso del vehículo que se está notando en el incremento del tráfico.
  • Transporte público y turismo: Buena parte del aumento de combustible se refleja en subidas de precio del transporte (autobuses, tren y especialmente avión) que se repercute al cliente. Precios más bajos influyen fundamentalmente en el potencial del turismo, con muy buenas perspectivas en 2015.
  • Menores precios energéticos: Esencialmente en el gas (con bajada al arranque de este año).
  • Transporte de mercancías: Otro sector que repercute con recargos (mensajería) haciendo más caro cualquier intercambio de productos.
  • Aminora el aumento del precio de importaciones: La bajada del euro hace que muchos de los productos que se importan sean más caros, pero su efecto será más reducido gracias a que los precios del transporte se están aminorando.

Antonio Gallardo, analista de iAhorro.com