La ONG Amnistía Internacional distribuirá este miércoles banderas arcoíris en el Allianz Arena de Múnich, después de que la UEFA prohibiera que ese estadio se ilumine con esos colores durante el partido Alemania-Hungría en protesta por una ley homófoba del Gobierno ultranacionalista húngaro.

El objetivo es, según esa ONG de derechos humanos, que los aficionados al fútbol puedan enviar un mensaje de solidaridad con la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales (LGBTI) de Hungría durante el partido.

Dávid Vig, director de Amnistía Internacional en Hungría, ha calificado de "señal esperanzadora" para los LGBTI en su país que en el estadio se muestren esos colores y que "el capitán de la selección alemana lleve un brazalete arcoíris, especialmente después de la aprobación de la reciente ley anti-LGBTI en Hungría."

El Parlamento húngaro aprobó el pasado lunes una ley contra la pedofilia que incluye la prohibición de hablar a menores sobre homosexualidad o cambio de sexo en la escuela o los medios.

"Esta ley hará desaparecer de hecho a la comunidad LGBTI de los medios de comunicación y del sistema educativo húngaro", dijo Vig en ese comunicado de AI.

Esta ONG se ha sumado al aluvión de criticas a la UEFA por negarse a la propuesta del Ayuntamiento de Múnich de iluminar el estadio son esos colores en apoyo de la comunidad LGTB de Hungría.

La UEFA ha argumentado su rechazo en que es una organización política y religiosamente neutral y que iluminar el estadio sería lanzar un mensaje político sobre una decisión tomada por el parlamento nacional húngaro.