Mi 'aerocopa': Debut en la sala de embarque

El lunes regresaba a casa después de unos días de vacaciones y, casualidades de la vida, tenía que volar casi a la misma hora en la que se jugaba el España-Chequía. La cosa tenía inicialmente mala pinta, pero tanto yo, con el beneplácito de mi mujer, claro, como el resto de pasajeros nos las ingeniamos para ver el partido prácticamente íntegro. ¿Dónde? Pues en la cafetería de la sala de embarque del aeropuerto. El sitio quizá no era el idóneo para disfrutar del fútbol, aunque visto cómo terminaron las cosas (de bien) no descarto volver por allí si la selección va superando rondas... Y de paso me doy otra vuelta por la playa.

Más vale tarde: El gol de la última llamada

El caso es que estuvimos allí todos volcados con la Roja. Nunca había sido tan consciente como el otro día de la repercusión que tiene entre la gente ese tipo de campeonatos, del tirón del que goza España. En lugar de apurar las horas de sol y baño, lo que apuramos la gran mayoría fue a la hora de subir al avión. Todos aguantamos hasta la última llamada, a cambio de alguna que otra mirada inquisitorial de la gente de la compañía aérea, porque la selección dominaba pero no era capaz de marcar. Eso sí, marcó y todos rapidito para arriba; tampoco era cuestión de quedarse en tierra por tres o cuatro minutos de descuento.

Luces y sombras: No hay que descuidarse atrás

Los 80 y largos minutos que ví, solo quité la vista de la tele para atender a quienes me pidieron una fotografía y/o autógrafo„ me dejaron un sabor agridulce. Sí, claro que España fue mejor y mereció ganar. Aún así me quedé con la impresión de que no se debe descuidar tanto ciertos detalles defensivos por tener el control del balón. El ´7´ de Chequia, sin nada especial como delantero, empezó controlando e iniciando sus contras muy fácil al principio; hasta que Ramos y Piqué le fijaron bien la marca. Y después del descanso, por la falta de gol, Alba y Juanfran pasaron de laterales a extremos y ellos lanzaron dos contras que ante un rival de más entidad podrían haber resultado letales.

Muy individualista: Nolito, pásala un poquito

En mi anterior columna apostaba por él y me mantengo. Va a ser la sorpresa positiva de España, porque a Iniesta ya lo conoce todo el mundo, pero debería ser menos individualista. Nolito ha ido a la Euro por cómo juega en el Celta, que es justamente intentando acabar cada jugada, con la diferencia de que en la Roja tiene a su lado a Iniesta, Silva y cía. Vamos, que no necesita arriesgar siempre; si no lo hace, mejor tanto para el resto como para él mismo. Ah, que conste que tampoco me retracto de mi simpatía por Bélgica a pesar de su derrota ante Italia. Por suerte, lo que dije de Croacia se defiende por sí solo.

Rival en la grada: Testigo de la 'pasión turca'

Se habla de seguridad e incidentes para mañana, por la peligrosidad de la hinchada turca. Yo doy fe de ella; jugué un año en el Besiktas, y ocho partidos como locales fueron a puerta cerrada. En una ocasión, nuestros aficionados mataron a uno del rival. En otra, porque se enfrentaron dos facciones distintas de ultras del club. Con eso lo digo todo. Como selección, Turquía no es más que Chequia y España debería ganar. Por cierto, mi entrenador en el Besiktas fue Del Bosque. Allí lo despidieron entre lágrimas; nosotros dos aún nos felicitamos por Navidad.