Pep Magraner es el gerente de la Associació de Forners i Pastissers de Balears, la entidad que impulsó hace seis años la Ruta del Llonguet, una iniciativa que ha logrado poner en valor y recuperar un producto local. Cada miércoles se puede degustar este tradicional panecillo y una bebida por tres euros en una treintena de hornos y panaderías de Palma.

La Ruta del Llonguet de Palma ha recibido uno de los premios del suplemento de Diario de Mallorca. ¿Qué supone para la asociación que promueve esta iniciativa? 

Es importante porque reconoce un trabajo que tiene resultados. Se ha recuperado el llonguet y su consumo se ha visto aumentado no sólo en los hornos y pastelerías que forman parte de la ruta sino también en bares y cafeterías.

Esta cita tuvo un gran éxito de público desde el principio con la participación de una treintena de panaderías. ¿A qué atribuye esta buena acogida?

Este año la ruta del Llonguet cumple su sexta edición. Cada miércoles se puede adquirir un llonguet y una bebida por tres euros en las más de treinta panaderías y hornos participantes. Este año comenzó el 20 de octubre y se prolongará hasta el 15 de diciembre. Desde que se puso en marcha en 2015 se han producido una media de 5.000 llonguets. Hemos detectado que los miércoles los que se suman a esta iniciativa se citan en el horno. Incluso en los lugares de trabajo encargan el panecillo. Es una iniciativa que resulta atractiva y cuenta con un gran éxito en las redes sociales.  

Uno de los objetivos de esta ruta es la promoción del comercio local y de proximidad. ¿Lo han conseguido?

Cuando pensamos en poner en marcha la ruta nos marcamos dos objetivos. Por una parte, poner en valor el llonguet y recuperar el producto y el comercio local. Por otra parte, atraer a la gente para que vaya al horno y conozca su funcionamiento. Esta iniciativa surgió a raíz del movimiento Orgull Llonguet de las fiestas de Sant Sebastià de Palma para apoyar sus reivindicaciones.  

La venta de productos de kilómetro 0 es otro de los propósitos de este proyecto. ¿Considera que el consumidor está suficientemente concienciado sobre la importancia de este tipo de productos?  

El consumidor está cada vez más concienciado de la necesidad de adquirir productos artesanales y de calidad. Se da cuenta que es más saludable consumir pan mallorquín de los hornos locales que el industrial. La Ruta del Llonguet promueve el consumo responsable y el aprovechamiento de las sinergias. Por ejemplo, los panecillos siempre llevan sobrasada del Consell Regulador de Mallorca.  

¿Tienen previsto introducir alguna novedad en las próximas ediciones?

El próximo año queremos organizar un concurso al mejor llonguet. En otras ediciones hemos llevado a cabo actividades como un certamen de panecillos gourmet. 

¿Cree que la pandemia ha cambiado los hábitos de consumo y ha permitido que el consumidor valore más la producción local?

Durante el confinamiento se produjo un incremento de pan en los hornos tradicionales. Los ciudadanos acudieron más a estos establecimientos tradicionales por proximidad. 

Como gerente de la Associació de Forners i Pastissers de Balears. ¿Cuáles son sus principales reivindicaciones?  

La Asociación la formamos 320 establecimientos en Balears i 200 en Mallorca. El aumento de los costes de la energía y de la harina entre un 15 y un 20% ha obligado a aumentar el precio del pan. Ahora más que nunca es importante reivindicar el valor de la producción artesanal y la necesidad de aumentar su consumo. Además, padecemos la problemática de la falta de mano de obra cualificada y necesitamos promocionar la FP de esta especialidad para que no se pierda este oficio.