1 - La Savina, puerta de entrada

El puerto de La Savina, ubicada al noroeste, es el único acceso a la isla y acoge la llegada de los ferris que llegan de Eivissa o de la península. Allí se puede obtener información sobre qué hacer y visitar en Formentera, alquilar un coche, moto o bicicleta, o reservar excursiones. Los alrededores cuentan con coquetos bares y restaurantes y algunas tiendas.

2 - Faro de la Mola: amaneceres mágicos

Al extremo este de la isla, es el lugar perfecto para ver salir el sol por el horizonte alumbrando cada nuevo día. Este faro inspiró a Julio Verne en una de sus novelas de aventuras, ‘Héctor Servadac’, como certifica un monolito dedicado al gran escritor francés. La carretera hasta llegar al faro es una delicia y pasear por los alrededores ofrece unas vistas incomparables.

3 - Ses Illetes, playa paradisiaca

Ses Illetes se encuentra entre las playas top mundiales. Los 450 metros de arenal están arropados por varios islotes y una zona dunar protegida, pues forma parte del Parque Natural de Ses Salines. Aguas tranquilas y poco profundas de color turquesa, y una fina arena dorada forman una combinación inolvidable.

4 - Estany Pudent, ruta ‘birding’

S’Estany Pudent es uno de los humedales con mayor valor biológico del Parque Natural, que desde 2020 acoge una ruta lineal de 4,3 kilómetros para el avistamiento de aves. Con ocho paneles que informan sobre el valor natural del área y una pantalla de observación. Es todo un lujo para los amantes de las aves.

5 - Can Marroig y Sa Pedrera

Esta finca acoge el Centro de Interpretación del Parque Natural de Ses Salines y se pueden admirar elementos tradicionales de la actividad agrícola de la isla, canteras y vestigios arqueológicos. Además, un curioso desierto de extrañas rocas de formas curiosas ‘sa Pedrera’ que en otros tiempos fue una cantera.

6 - Sant Francesc, corazón y capital

Sant Francesc, la captital ubicada en el centro de la isla, es su principal población y sede del Consell Insular. En su bello conjunto histórico destaca la iglesia a modo de fortaleza, la animada plaza que la acoge, el cementerio (finalista en los premios FAD de arquitectura 2017), la capilla de sa Tanca Vella, del siglo XIII. Y, muy cerca, los molinos de sa Miranda.

7 - Es Caló, esencia de pescadores

Es Caló conserva su imagen de antiguo pueblo de pescadores, con sus fotogénicos varaderos de madera declarados de interés cultural en 2002 y sus pequeñas calas, ses Platgetes. Es el punto de partida de una de las principales rutas verdes –la 25, por el histórico camino romano de sa Pujada, que conduce a la Mola–. Está cerca del castellum romano de Can Blai, restos de una construcción fortificada.

8 - Migjorn, el sur salvaje

Es el mayor arenal de la isla con 5 kilómetros de playas paradisíacas con un rincón muy especial: es Caló des Morts, pequeño arenal entre rocas con casetas de pescador, fiel reflejo del pasado marinero de la isla. 

9 - La Mola y su mercadillo

Pueblo situado en la zona más elevada de la isla, destila pura bohemia, sobre todo su mercado artesanal, abierto los miércoles y domingos tarde, de mayo a octubre. Destaca también su iglesia del siglo XVIII.

10 - Cap de Barbaria, puesta de sol

Sus acantilados son un palco natural para contemplar el atardecer en el Mediterráneo. Pero antes, un ritual: descender por un agujero hasta una cueva subterránea –la Cova Foradada– con impresionantes vistas.