El verano es el momento del descanso y del descubrimiento de las recetas mallorquinas más tradicionales que permiten acercarnos a nuestra cultura culinaria más arraigada. Las propuestas son variadas, refrescantes y permiten deleitarse con los sabores más auténticos de Mallorca de una manera sencilla. La principal característica de la gastronomía estival de la isla es que sus platos están compuestos por los productos de temporada que ayudan a promover la producción local y la sostenibilidad. A continuación describimos los ejemplos más populares que nos ayudarán a cuidar el paladar en las largas y calurosas jornadas estivales.

Tombet: Es uno de los platos más típicos del verano y contiene los productos estrella como el pimiento, la patata y la salsa de tomate que resultan fáciles de encontrar en el mercado porque son de temporada. Su elaboración resulta sencilla y muy sabrosa. Todos estos ingredientes se pasan por la sartén con aceite de oliva. Un buen acompañante de este plato pueden ser los huevos fritos, las chuletas de cordero, pescado o lomo. 

Frit: En el verano la opción más refrescante es la marinera que permite combinar la fritura de los productos del mar como las gambas, la sepia y los mejillones con verduras y patatas de diferentes maneras. Otra de las opciones posibles es la mezcla con carne y vísceras.

Trempó: Las ensaladas aceptan múltiples ingredientes y mezclas y, en este caso, está compuesta por pimiento, cebolla y tomate. Se cortan en trozos pequeños y, a continuación, se sirve aderezado con aceite y sal. La composición de este plato admite la introducción de alcaparras, atún o manzana para añadir nuevos sabores.