¿Qué piensa cuando le dicen que es usted un referente en el sector?

No voy a mentir, es algo que gusta, pero también he de reconocer que soy muy autocrítico y, además, soy de los que piensa que el halago debilita, así que siempre miro hacia adelante y pienso en qué mejorar.

El suyo es un oficio que se mueve entre la tradición y la innovación, ¿Dónde se siente más cómodo?

Siempre me han inculcado que una buena casa ha de tener buenos cimientos, así que para mí mi oficio se sustenta en una buena base, como es la tradición, y va creciendo gracias a la innovación. Digamos que son las dos caras de una misma moneda, no hay la una sin la otra.

La creatividad le habrá llevado por caminos que no imaginaba cuando empezó. ¿De qué se siente especialmente orgulloso?

Creatividad y emprendimiento van de la mano y no siempre son sinónimo de éxito. Te diría que estoy orgulloso de todo lo que he hecho o intentado hacer, algunos proyectos han llegado a buen puerto y otros muchos se han quedado en el camino, pero curiosamente de los que he aprendido más son de estos últimos.

¿Cómo le gustaría definir su modo de trabajar y sus productos?

Digamos que tradicional adaptado a los tiempos que corren. No negaré que, como empresario que soy, busco la máxima rentabilidad, pero si algo tengo muy claro es que la clave del éxito está en la calidad, quien viene a mi pastelería sabe que compra calidad.

¿Qué rasgo cree que hace que su oferta sea diferente?

Además del producto, no hay que olvidar el servicio, algo en lo que siempre he puesto mucho hincapié: la simpatía, cercanía, profesionalidad y eficiencia son rasgos característicos de nuestro personal.

El tener clientes ilustres le ha dado cierta proyección mediática, pero ¿Cómo es su día a día?

Mi afición por el arte, así como buscar hacerme un hueco en ciertos nichos de mercado, me ha permitido conocer a gente muy interesante y, como bien dices, de cierta relevancia. Quien me conoce, sabe que soy una persona llana y asequible que estoy a la disposición de toda mi clientela. Diariamente superviso todos los procesos en los que están involucrados mis negocios, desde administración hasta producción, pasando por ventas, compras, personal y servicio. Recientemente tuve a uno de mis pasteleros de permiso de paternidad y tuve que arremangarme las mangas y ser uno más en el obrador, han sido cuatro meses de duro trabajo pero también me ha servido para volver a las raíces y tomar conciencia de qué se puede mejorar en el proceso productivo.

Si hay algo que le caracteriza es su espíritu emprendedor, ¿La pandemia ha puesto obstáculos a posibles nuevos proyectos?

La dificultad estimula el ingenio por ello, he decidido abrir un nuevo establecimiento, Ángel Café, un nuevo concepto que empieza desde cero pero en el que confío plenamente. También he apostado decididamente por la tienda on-line ensaimadasangel.com, que hasta antes de la pandemia se había limitado a ser un complemento y ahora es, como digo yo, mi tercer establecimiento. Los pedidos de ensaimadas se han multiplicado y repartimos a diario por toda la Península.