La realidad es cambiante y en la actualidad hay demasiados factores para intentar predecir la realidad del mañana. No es de extrañar que se haya rescatado el acrónimo VUCA para, en una sola palabra, calificar el entorno actual de los negocios. Las cuatro letras que forman este acrónimo se corresponden a la V de volatilidad, lo rápido que cambian todo, la U de incertidumbre (Uncertainty en inglés), la dificultad de predecir o intuir el futuro, la C de complejidad, de cuanto difícil es adaptarse a las nuevas formas, procesos o herramientas, y por último la A de ambigüedad, nada es lo que parece. Es difícil saber cuál de los 4 factores tiene más peso, dependerá mucho del negocio, del país y sin lugar a duda de la experiencia y capacidad de quien se enfrente, persona, equipo u organización, a este entorno VUCA, al que me atrevería a decir que más que entorno es un estilo de vida que ha llegado para quedarse.

Y la tecnología, al tiempo que es consecuencia directa de este nuevo estilo de vida, es la herramienta que tenemos a nuestro alcance para adaptarnos y estar preparados para los cambios que llegarán sin avisar. Pero la tecnología necesita de personas, primero para seleccionar de entre las distintas opciones cual es la más apropiada para nuestras necesidades, actuales y las que podemos intuir que vendrán, luego hay que implantarla, y aquí es donde la tecnología debe demostrar su capacidad de adaptarse a las personas y viceversa, la importancia de equipos que se sientan cómodos con cambios continuos, que lo entiendan como parte de su trabajo y hagan de ello un sello diferencial será fundamental. Y una vez que se tiene este tándem, personas – tecnología, puede llegar la creatividad, que dicha creatividad se convierta en ideas y que estas puedan llegar a considerarse innovadoras.

Hoy en día la palabra innovación tiene mucho peso, parece que tiene que venir relacionada con grandes logros, de los que los que aparecen en la prensa especializada, cuando oímos que alguien está innovando, y nos explican porque, casi siempre tiene una connotación de cambio revolucionario, cambio impactante, cambio radical, pienso que esto hace daño a la innovación que necesitamos en el día a día, la que necesita nuestro tejido empresarial, una innovación modesta, pero innovación al fin y al cambio. Debemos tener en cuenta que innovar en la mayoría de los casos viene referido a introducir novedades, que no cambios, en procesos ya existentes con la finalidad de mejorarlos. Por tanto, aquí la frase de, sin cambio no hay mejora posible, pero no todo cambio supone una mejora, la podemos aplicar a la innovación, no toda innovación implicará una mejora en nuestro negocio, pero lo que parece seguro es que si no innovamos nos quedaremos atrás. Como nos quedaríamos atrás si aplicáramos la que hasta hace poco fue una máxima, si funciona no lo toques, ahora mismo lo que hay que pensar es, si funciona mejóralo.

Mucho son los factores que nos requieren estar atentos para ser capaces de detectar en lo que podemos y debemos mejorar, al ya mencionado y más genérico VUCA comentado al inicio del artículo podemos añadir otros más concretos. Se habla que el nuevo petróleo de este siglo son los datos, la imagen de este BitMeet 2021 lo representa, y para obtener beneficio de estos datos hay que tratarlos y para ello necesitamos de la tecnología y de las personas que sepan utilizarla. Otro factor a tener en cuenta son las barreras de entrada en la mayoría de los negocios, y que cada vez son más débiles, la transparencia se ha convertido en una seña de identidad de muchos negocios, ya son pocos los chefs que no publican sus recetas, lo que antes era una barrera ahora ya no lo es, y en el caso de los chefs la forma de protegerse es mejorar y sacar nuevas recetas, no esconder las que tienen, y donde hablamos de recetas, pensemos en procesos.  

Resumiendo, no hay que confundirse, el utilizar o cambiar de tecnología no es innovar, en el mejor de los casos estarás utilizando una innovación que otros ya llevan años aplicando, que tampoco tiene porque ser una mala opción llegado el caso. Tampoco se trata de innovar por innovar, sino para mejorar, pudiendo focalizar esa mejora en maximizar los ingresos, minimizar los costes, ser más eficientes, mejorar la percepción del cliente, etc. La tan buscada y ansiada mejora continua en los negocios no se consigue si no se innova, y no hay forma de innovar sin mejorar continuamente.