Conocer los monumentos históricos más emblemáticos de la isla, algunos de sus yacimientos arqueológicos mejor conservados dará la oportunidad al visitante de tener una idea más completa de lo que ha sido y es Mallorca. 

Son muchos los vestigios que dejaron los primeros habitantes de la isla. De la época talayótica (1300-123 a. C) han quedado numerosos ejemplos. Destacan los poblados de ses Païsses, en Artà, uno de los más extensos y mejor conservados. En el término municipal de Llucmajor se halla Capocorb Vell, con un área de 6.000 metros cuadrados. Son Fornés, en Montuïri, conserva dos talayots imponentes. 

En Can Picafort se halla la impresionante necrópolis de Son Real, utilizada desde la Edad de Hierro y hasta la época romana. Situada frente al mar, en la necrópolis de Son Real se han identificado más de cien tumbas. Hoy día continúan los trabajos de excavación. Pollentia, en la ciudad de Alcúdia, es el yacimiento arqueológico más importante de la época romana. Se han excavado los restos de una zona residencial, el teatro y el foro. 

Los baños árabes de Palma son uno de los pocos vestigios de la época musulmana que se conservan en Mallorca. Se encuentran en el casco antiguo de la capital y debían formar parte de la vivienda de algún noble de la época. El palacio real de la Almudaina, situado frente a la Catedral, fue construido en el siglo XIV a instancias de Jaume II en el mismo emplazamiento en que se encontraba la alcazaba árabe, de la que quedan restos que pueden rastrearse en la edificación. 

En Mallorca encontramos además tres castillos roqueros: el de Alaró, del que hay constancia histórica desde el año 902; el castillo del Rey en Pollença y el de Santueri en Felanitx. Se situaron en puntos clave de la isla como atalaya y defensa ante posibles ataques. El de Alaró es el único que cuenta con hospedería.