Cultura, historia, tradición y deporte son algunos de los atractivos fundamentales de Eivissa, el municipio más poblado de Ibiza.

La ciudad de Eivissa, capital de la isla, es sinónimo de cultura, historia y patrimonio. En sus cerca de 11 kilómetros cuadrados, los visitantes pueden encontrar un sinfín de planes por hacer en sus vacaciones. Uno de los imprescindibles es dar un largo paseo por Dalt Vila, la ciudad antigua, declarada Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco en 1999. El recinto amurallado alberga un laberinto de callejuelas y pequeñas plazas en las que el visitante se sumerge en la historia, la arquitectura y la tradición de Eivissa. Este año se han puesto en marcha visitas guiadas gratuitas, todos los días, para recorrer el entorno patrimonial.

En la ciudad antigua, además de encontrar pequeños comercios y una gran oferta de restauración, es posible visitar museos (el Museo de Arte Contemporáneo de Eivissa, el Museo Puget y la casa Broner), iglesias o simplemente asomarse a uno de los baluartes para contemplar la ciudad y el Mediterráneo en una panorámica espectacular. En este contexto se celebra, el segundo fin de semana de mayo, una feria medieval que conmemora la declaración del patrimonio.

El puerto deEivissa, a los pies de Dalt Vila, y el barrio de la Marina, en la misma zona, son dos de los emplazamientos más vivos de la ciudad. La gran oferta de restauración, ocio y comercial permite desde saborear gastronomía de diferentes estilos hasta comprar tanto pequeños detalles en souvenirs como artículos de lujo en boutiques de moda.

La ciudad de Eivissa cuenta con una playa urbana, ses Figueretes, y la playa de Talamanca y comparte Platja d’en Bossa con el municipio de Sant Josep. En todas ellas se pueden practicar deportes náuticos y se organizan cursillos y actividades al aire libre con el fin de potenciar el turismo activo.