Formentera es una isla muy comprometida con la sostenibilidad. Su riqueza medioambiental es el secreto de su éxito, por lo que siempre busca el equilibrio perfecto entre el entorno y el turismo.

En la isla se han lanzado diferentes iniciativas para reducir el consumo de plásticos de un solo uso, se impulsan campañas de limpieza de playas y de concienciación ciudadana y se fomenta el uso de la bicicleta. De hecho, con el fin de controlar el número de vehículos de la isla, los turistas que quieran llevar su coche en sus vacaciones de verano deben inscribirse en la web formentera.eco para evitar superar las cuotas establecidas por el gobierno insular y autonómico.

Para proteger el entorno

Todas estas iniciativas están dirigidas a proteger los increíbles paisajes mediterráneos, entre los que destaca el Parque Natural de ses Salines, donde descubrir una variada fauna y flora.

Desde el punto de vista de la flora, los pinos y las sabinas son las especies más comunes en los bosques, y los arbustos son más habituales en las dunas que rodean algunas de las playas de la isla.

El valor ecológico submarino tiene una clara protagonista, la Posidonia oceánica, una planta marina que oxigena y mantiene cristalinas las aguas que rodean Ibiza y Formentera. De hecho, las praderas de posidonia son consideradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

La fauna de Formentera es muy variada, con más de 210 especies de aves censadas, habitando tanto de forma permanente como temporal en diferentes entornos de la isla. También tiene una relevancia especial la lagartija autóctona, que puede observarse en cualquier punto de la isla.

Estas características naturales convierten Formentera en un paraíso para los amantes del buceo y el submarinismo o los observadores de aves. Naturaleza en estado puro que se puede disfrutar en cualquier época del año.