La sostenibilidad es un principio ineludible en las empresas en la actualidad. ¿Por qué considera que debe ser de este modo? ¿Cuáles son las ventajas para los clientes y la sociedad?

El cambio climático se ha convertido en uno de los mayores desafíos de la historia. En BBVA tenemos claro que las empresas jugamos un papel crucial en la reparación y cuidado de nuestro planeta, tanto en la manera en que llevamos a cabo nuestra actividad diaria como en la relación con nuestros clientes, proveedores y demás grupos de interés. Pero la sostenibilidad no sólo es necesaria, es rentable. Igual que ahora nadie cuestiona la importancia de la transformación digital, estamos convencidos de que va a pasar lo mismo con la sostenibilidad. Las empresas que primero se posicionen en este sentido tendrán una ventaja competitiva sobre el resto. La clave está en que la sostenibilidad forme parte de la estrategia empresarial, del día a día del negocio. En el caso de BBVA es una de las prioridades estratégicas desde hace tiempo.

Una de las conclusiones del último foro organizado por Diario de Mallorca sobre sostenibilidad fue: “Las empresas serán sostenibles o no serán”. ¿Por qué ser sostenible es garantía de supervivencia empresarial?

Pensamos que es un asunto fundamental para las empresas, especialmente para las empresas de Baleares. Implantar una estrategia de sostenibilidad y de eficiencia energética va a permitir a las empresas ser más rentables y, por tanto, de ser más competitivas y más resilientes, tanto para afrontar una crisis como la actual, como para crisis futuras. La sostenibilidad, junto con la digitalización, van a ser claves para afrontar nuevos retos como la internacionalización.

Reducir emisiones por ejemplo con medidas de eficiencia energética es económicamente rentable porque genera ahorros. Si las empresas son más eficientes, consumen menos y pagarán menos energía. Además, en el contexto de la recuperación post-Covid, llevar las estrategias más allá del cumplimiento regulatorio permite posicionar a mi empresa para que sea un buen candidato para recibir las ayudas de los fondos europeos. Hay una intención de que los fondos europeos se focalicen en empresas que pueden ser actores activos en esa transformación hacia la sostenibilidad. Y por último es una gran oportunidad de diferenciación adaptar la empresa a las nuevas tendencias del mercado. Cada vez más, tanto los consumidores como las grandes empresas exigen criterios medioambientales a la hora de elegir sus proveedores.

El banco colabora en diversas iniciativas para promover la sostenibilidad. ¿Puede nombrar las más destacadas?

En BBVA, parte fundamental de la estrategia de nuestra entidad es ayudar a los clientes a adaptarse a este nuevo entorno, no sólo financiando sino también asesorandolos en esa transición ecológica. En ese sentido, a principios de 2019 anunciamos nuestras seis prioridades estratégicas como entidad, entre la que se encuentra como parte principal de las mismas: Ayudar a los clientes en la transición hacia un futuro sostenible y apoyar un desarrollo económico inclusivo.

En esta línea de asesoramiento podemos destacar el acuerdo que la entidad firmó en octubre pasado con la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Energéticos (ANESE). El objetivo es ayudar a las empresas en la adopción de medidas de ahorro energético, que les permita reducir costes y disminuir el impacto medioambiental de su actividad, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático. Además, este mes dimos un paso más en la estrategia de acompañamiento a los clientes, a través de un acuerdo de colaboración con Ateinsa. De la mano de un líder en el servicio de gestión de ayudas en el ámbito energético, queremos facilitar a empresas y pymes la gestión de subvenciones públicas orientadas a la mejora energética de sus negocios bajo criterios de sostenibilidad y respeto al medioambiente. Actualmente, el volumen de ayudas públicas destinadas a la sostenibilidad en España ronda los 1.000 millones de euros al año, cifra que se verá incrementada con los más de 30.000 millones de euros procedentes de los fondos del Plan de Recuperación de la UE. Al menos el 37% de los casi 81.000 millones de euros de estos fondos, se destinarán a proyectos sostenibles vía subvenciones.