La crisis socioeconómica derivada de la pandemia ha puesto en evidencia la necesidad de llevar a cabo una reinvención social y empresarial por lo que hay que apostar por una gran alianza para una gestión sostenible y responsable en las empresas. 

Esta es una de las principales conclusiones del Foro Responsabilidad Social Corporativa, patrocinado por TIRME, que se celebró el pasado miércoles en el Club Diario de Mallorca en formato virtual, y que sirvió para destacar que Balears tiene un futuro prometedor en materia de sostenibilidad y responsabilidad porque las entidades creen cada vez más en esta herramienta, que permite gestionar el desarrollo empresarial más allá del beneficio económico inmediato atendiendo a acciones sociales, laborales y medioambientales. 

En este debate, moderado por la coordinadora del Club DM, María Jesús Riera, bajo el título ‘RSC ahora, más que nunca, una exigencia’ participaron Manuel Porras, director general de Promoción Económica, Emprendimiento y Economía Circular y Social del Govern balear; Aleix Calveras, profesor de Economía de Empresa en la UIB; Amalia Cerdá, responsable de RSC en TIRME y Catalina Alemany, responsable de RSC en RIU Hotels.  

El acto, que se desarrolló por videoconferencia, comenzó con una intervención de cada uno de los ponentes, que permitió describir la situación actual de la Responsabilidad Social en las empresas de las islas. En representación de las administraciones públicas, Manuel Porras, destacó que convertir a Balears en un destino líder de turismo sostenible «es ineludible porque podemos competir en sostenibilidad frente a otros destinos turísticos» por lo que, en su opinión, el reciclaje de plásticos, las energías, la movilidad sostenible y la eficiencia energética son medidas inexcusables para el sector hotelero. 

En el ámbito de los derechos laborales, Porras recordó que el papel de los departamentos de RSC de las empresas «son fundamentales para la prevención de los riesgos laborales, el fomento del teletrabajo y la conciliación familiar y laboral».

Desde el punto de vista académico, Aleix Calveras, manifestó que la RSC ayuda a mejorar la competitividad empresarial con el tiempo. «Las políticas de cuidado medioambiental y de los derechos laborales pueden ser costosos a corto plazo pero rentables a largo plazo». 

Sin embargo, matizó que el impacto de la pandemia ha sido negativo para la RSC ya que la reducción de ingresos y la rentabilidad «ha hecho priorizar la supervivencia y el mantenimiento de los recursos humanos». 

Para el profesor de la UIB conseguir unas islas sostenibles requiere de «un diálogo fluido entre el Govern y las empresas» en el que «a las entidades se les debe pedir que sean transparentes y coherentes pero la actuación del Govern es fundamental con la aplicación de medidas de protección medioambiental como la ecotasa o la lucha contra el cambio climático».

«La política medioambiental puede ser costosa a corto plazo pero rentable a largo»

Aleix Calveras - Profesor de Economía de Empresa en la UIB

TIRME, un ejemplo de gestión de residuos sostenible 

La gestión segura y adecuada de los residuos para llegar a una economía circular ejemplar es el eje del modelo de negocio de TIRME, la empresa que se encarga del tratamiento de los residuos en Mallorca. Tal como explicó la responsable de RSC en esta entidad, Amalia Cerdá, durante esta pandemia ha desempeñado un papel fundamental en el tratamiento de los residuos sanitarios al disponer de las infraestructuras adecuadas. 

«Tenemos un papel esencial como ejemplo de sostenibilidad y economía circular en la isla para cambiar de un modelo lineal a otro circular», mantuvo Cerdá.  

Recordó que pese a las limitaciones de la covid-19, TIRME ha seguido aplicando su planificación estratégica en sostenibilidad, que incluye el impulso del plan 4.0 de desarrollo tecnológico y digitalización. También forma parte de esta estrategia el fomento de una empresa saludable evitando riesgos para la salud aplicando la distancia social y el teletrabajo. El plan de atención al cliente, el mantenimiento de las plantillas y dar solución a las necesidades y las dificultades que han surgido en la sociedad derivadas de la pandemia son otras de las acciones de la estrategia corporativa. 

Del mismo modo, Cerdá resaltó la necesidad de «colaborar con el sector turístico para avanzar en materia de sostenibilidad» en un año que definió como «complicado» a nivel interno pero en el que han proseguido con su tarea de desarrollo sostenible con acciones concretas pensando en el bienestar social. 

Entre ellas, la responsable de RSC de TIRME mencionó las ayudas para paliar los problemas sociales y la precariedad alimentaria de muchas familias mediante la colaboración con diversos organismos; el fomento del teletrabajo y la formación en Nuevas Tecnologías. «No hay que caer en el desánimo y debemos crear expectativas para salir reforzados tras la pandemia», concluyó. 

Entretanto, Cerdá recordó que la ONU ha declarado 2021 como el año de la economía creativa y el desarrollo sostenible para potenciar el conocimiento, la creatividad y la innovación empresarial.

Por su parte, el sector turístico estuvo representado por Catalina Alemany, responsable de RSC en RIU Hotels. Reflexionó principalmente sobre los retos a los que deben enfrentarse los hoteleros que, a su juicio, tendrán que poner el foco en la inversión social. 

Alemany advirtió de que el contexto al que se enfrenta el sector hotelero «es tan duro que tener una estrategia de sostenibilidad bien definida nos ha ayudado a pensar en el largo plazo». De hecho, describió el impacto de la pandemia en RIU Hotels. Ha pasado de tener 99 hoteles abiertos en 2019 a 46 el año pasado. Su plantilla ha disminuido de más de 31.000 trabajadores a 24.000 y el número de clientes ha pasado de 4,9 a 2,8 millones. 

«Convertir a Balears en un destino turístico sostenible es ineludible»

Manuel Porras - Director General de Promoción Económica

Alemany puso de relieve que RIU Hotels ha llevado a cabo actuaciones en favor de las personas durante esta pandemia. De este modo, describió algunas de estas acciones prioritarias: la protección de los derechos de sus trabajadores afectados por los ERTE; garantizar la seguridad de sus clientes «por encima de los resultados económicos» y «corregir las desigualdades sociales de la población local» que se han incrementado durante esta pandemia mediante la colaboración con otras entidades para paliar los problemas alimenticios de muchas familias y reducir la brecha digital y educativa. 

Pese a las dificultades económicas y la reducción de los recursos, Alemany detalló que se han mantenido «las inversiones medioambientales que no se pueden paralizar». 

La directora del departamento de RSC en RIU Hotels quiso dar valor a las alianzas con otras entidades para avanzar en materia de responsabilidad empresarial. «El sector hotelero tiene pendiente una gran alianza para emprender proyectos más ambiciosos en turismo sostenible y responsable».

En este sentido, lanzó dos retos destacados: la necesidad de que las empresas sean transparentes y el retorno social de la inversión con el desarrollo de políticas de responsabilidad social. Para conseguirlo propuso «la aplicación de una comunicación más fluida y un compromiso a largo plazo que nos haga a todos más fuertes y preparados para afrontar las dificultades».

«Tirme tiene un papel esencial como ejemplo de sostenibilidad y economía circular»

Amalia Cerdá - Responsable de RSC en Tirme

¿La pandemia ha influido en los proyectos de RSC?

Tras la introducción inicial, los participantes en la mesa redonda debatieron sobre si la pandemia ha servido para acelerar los proyectos de Responsabilidad Social Corporativa de las empresas. 

El profesor Aleix Calveras alertó de que es «un mal momento para las RSC» porque, tal como argumentó, «invertir en nuevos proyectos medioambientales es menos prioritario para las empresas cuando deben hacer frente a los problemas a corto plazo como la reducción de la plantilla o llegar a final de mes».

En un contexto de crisis socioeconómica como el actual, Catalina Alemany sostuvo que la prioridad «es la economía cuando los recursos son limitados». «Las personas deben estar por encima de las cuestiones medioambientales aunque tenemos que seguir luchando contra el cambio climático», añadió. 

Al respecto, Amalia Cerdá puso de relieve que la estrategia medioambiental de TIRME está bien definida y no ha cambiado con esta pandemia. 

La economía circular, ¿una utopía o una realidad? 

Otro de los temas que se debatieron fue si la economía circular, un aspecto fundamental de la Responsabilidad Social, es una utopía o una realidad. Todos coincidieron en señalar que es una realidad que se va afianzando en la sociedad. 

Para Cerdá, las islas tienen muchas posibilidades para cambiar del modelo lineal al circular. «La economía circular que repercute en beneficio de la sociedad ya está aquí y se puede reforzar mediante la búsqueda de alianzas y sinergias entre las diferentes entidades».

Para Aleix Calveras, «la economía circular es un concepto necesario en el que hay que profundizar». 

Catalina Alemany, de RIU Hotels, puntualizó que la economía circular no debe entenderse solo como «reutilizar y reciclar los recursos» y hay que ir más allá con un retorno al producto local. «Lo que necesitamos es mecanismos y estrategias para potenciar las prácticas responsables en el sector turístico», añadió. 

«El turismo tiene pendiente una gran alianza para lanzar proyectos sostenibles»

Catalina Alemany - Responsable de RSC en Riu Hotels

La medición de los resultados de las medidas de RSC 

Por último, se trató la cuestión de si es posible medir los resultados de las medidas que aplican las empresas en materia de RSC.  

A juicio de Amalia Cerdá, de TIRME, su empresa utiliza un modelo de gestión integrado que incluye indicadores de percepción y opinión de los grupos afectados por sus políticas de gestión responsable y el rendimiento de las acciones y las inversiones para ajustar las estrategias presentes y futuras. 

Por su parte, Catalina Alemany, lamentó que todavía no se haya llegado a la cultura de la «transparencia empresarial». «Las empresas estamos obligadas a ser transparentes y el reto es llegar a medir la inversión social y medioambiental». Desde un punto de vista científico y universitario, Aleix Calveras señaló que el desafío debe ser aumentar la comunicación entre la universidad y las empresas para avanzar en materia de desarrollo sostenible.