Consultar a un abogado ahorra futuros problemas. ¿En qué situaciones lo recomienda?

Además de las causas con relevancia penal, en las que el asesoramiento letrado está plenamente asumido, prácticamente todos los actos de la vida tienen trascendencia jurídica, especialmente los más importantes, y, por eso, como dice, para evitar futuros problemas o que un conflicto se enquiste, es muy importante contar con la orientación previa y cualificada de los profesionales de la abogacía. Comprar una vivienda, firmar una hipoteca, hacer un testamento o formar una familia son ejemplos muy claros de actividades en las que convendría obtener ese consejo previo. Así aseguramos nuestros derechos y minimizamos las posibilidades de conflicto o, en su caso, que éste vaya a más. Siempre es mejor prevenir que curar.

¿Cómo les afecta la falta de confianza del ciudadano en el sistema judicial?

De muchas formas, aunque, quizá, la más frecuente, es que al ciudadano le resulta muy difícil entender la lentitud de la justicia y el hecho de estar años esperando una respuesta en los tribunales. Una frustración que te trasladan constantemente y que es difícil de explicar, porque se sale de toda lógica y porque no hemos de olvidar que cualquiera que llega a los tribunales lo hace por una cuestión que para él es principal, casi vital, y no puede comprender que el reconocimiento de sus derechos o la solución de su conflicto no sea todo lo ágil que cabe esperar en un servicio esencial.

¿Qué cree que es fundamental mejorar del sistema judicial?

Además de cuestiones organizativas y de procedimiento, es imprescindible realizar una inversión decida en tecnología, en recursos materiales y humanos. La Justicia ha de dejar de ser la hermana pobre del sistema.

¿Cómo ha incidido la pandemia en la actividad de los abogados?

La actividad en la abogacía, como la de otros profesionales, se ha visto seriamente afectada por los efectos de la pandemia y por las medidas de restricción. Recordemos que la actividad judicial estuvo paralizada tres meses, salvo la esencial, y eso, lógicamente, repercutió en un descenso de la actividad en la mayoría de despachos. 

¿Cuáles son ahora las prioridades del Colegio?

Seguir ofreciendo a los colegiados todos los servicios y herramientas que faciliten su trabajo diario en el nuevo contexto; incidir en su acceso gratuito a la mejor formación; exigir que los espacios judiciales garanticen su máxima protección y ayudarles en todo lo que esté en nuestras manos.